lunes, 7 de septiembre de 2015

El niño que era amigo del demonio. Un cuento de Ana Mª Matute


EL NIÑO QUE ERA AMIGO DEL DEMONIO

Ana María Matute

Todo el mundo, en el colegio, en la casa, en la calle, le decía cosas crueles y feas del demonio, y él le vio en el infierno de su libro de doctrina, lleno de fuego, con cuernos y rabo ardiendo, con cara triste y solitaria, sentado en la caldera. “Pobre demonio -pensó-, es como los judíos, que todo el mundo les echa de su tierra”. Y, desde entonces, todas las noches decía: “Guapo, hermoso, amigo mío” al demonio. La madre, que le oyó, se santiguó y encendió la luz: “Ah, niño tonto, ¿tú no sabes quién es el demonio?”. “Sí -dijo él-: sí: el demonio tienta a los malos, a los crueles. Pero yo, como soy amigo suyo, seré bueno siempre, y me dejará ir tranquilo al cielo”.

FIN

(Cuento incluido en el libro Los niños tontos)

Nº 11 DE LA REVISTA CONVIVES: BIENESTAR DOCENTE Y CONVIVENCIA

PRESENTACIÓN: Bienestar docente y convivencia. Equip Cuidem-nos

ARTÍCULOS
Vivir bien educando. Equip Cuidem-nos
El bienestar docente: una buena prevención de la salud laboral. Victoria Ochoa Meneses
El equipo directivo y el bienestar del profesorado. Nélida Zaitegi De Miguel
Cuidarse con H-ALMA. José Luís Bimbela Pedrola

EXPERIENCIAS
Hacer escuela. Anna Comas Arbós
El profesorado novel. Anna Nueno Pérez
La técnica del Replanteo como instrumento de convivencia. Gemma Argelaga Odri
Mentorías y bienestar. ¿Por qué no soñar? Cesc Notó Brullas, Àngels Grado Pére
Una experiencia de planificación: convivencia intergeneracional, bienestar y efectividad. Ma Pau González Gómez de Olmedo
La jubilación, una oportunidad. Sunta Sogas Figueras

ENTREVISTA a... Begoña Román Maestre 

sábado, 5 de septiembre de 2015

La ladrona. Un cuento de Carmen de Burgos, (1867–1932), periodista, escritorra y activista de los derechos de la mujer.

LA LADRONA

Era el día de la última prueba de mi traje de baile; después de tantos días de espera iba a contemplar en conjunto aquel poema, de chiffones delicado, frágil, verdadera obra de arte, compuesta por el modisto con el mismo cuidado con que un pintor traza la figura mas importante de su cuadro.

Un traje de baile emociona siempre a la mujer. Tiene el don de rejuvenecerla con ese sentimiento de emoción sincera que se experimenta con el primer traje de cola, que ha de hacernos aparecer transformadas, casi desconocidas, ante nuestros amigos. Son esos trajes solemnes, definitivos, difíciles, en los que se juega una reputación de mujer elegante. Los modistos de París saben bien hacernos conocer la importancia, la solemnidad y la religiosidad de una elección de traje.

Para la mujer que va a París con el objeto de proveer su guardarropa, la gran ciudad es como un inmenso restaurante y un inmenso almacén donde no hubiese ninguna otra cosa en que pensar; ninguna pasión, ningún dolor, ningún trabajo: lo oculta todo el inmenso manto bordado por sus modistos. CONTINUAR LEYENDO

ANOCHE CUANDO DORMÍA. POEMA DE ANTONIO MACHADO


Anoche cuando dormía soñé,¡Bendita ilusión!,
que una fontana fluía dentro de mi corazón.
Di,¿Porqué acequia escondida agua,vienes hasta mi,
manantial de nueva vida de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía soñé,¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía dentro de mi corazón,
y las doradas abejas iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía soñé,¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía dentro dentro corazón.

Era ardiente porque daba calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba y porque hacia llorar
anoche cuando dormía soñé,¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.

Inma Serrano lanza “Princesa tú, princesa yo”, un videclip que habla del amor lésbico.


Inma Serrano (Alicante, 1968) cumple 20 años dedicada a la música y ha decidido celebrarlo lanzando un vídeo que habla del amor lésbico: Princesa tú, princesa yo.

Es el primer sencillo del disco Mi sueño. En el videoclip participan parejas de lesbianas que ganaron un concurso lanzado por Inma Serrano y revista MíraLES, en la que las chicas debían enviar una fotografía que representara su amor y con la que aparecen en el vídeo.

La cantautora, una de las pocas que ha salido del armario en España, tiene varias letras que hablan de relaciones lésbicas, pero sin duda esta es la más explicita. Desea contribuir a la visbilidad lésbica. El sencillo, producido por Chucho Rincón, Fabián Rincón y Miguel Trujillo, está dedicado a todas las mujeres que aún no se atreven a salir del armario.

Forges y las fronteras


viernes, 4 de septiembre de 2015

La puerta en el muro. Un cuento de H.G. Wells

Oliver Sacks en su libro titulado: "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" hace referencia a este cuento en el capítulo 15 (pág. 178) titulado: Reminiscencia. Dice así: 
Había oído cosas similares a algunos de mis pacientes tratados con L-Dopa... y el término que yo utilizaba era "nostalgia incontinente". Y lo que me dijo la señora O'C., su patente nostalgia, me recordó un relato conmovedor de H. G. Wells, "La puerta en el muro". Le expliqué el argumento. "Es eso", dijo ella. "Eso expresa perfectamente la atmósfera, el sentimiento,. Pero mi puerta es real, lo mismo que era real mi muro. Mi puerta lleva al pasado perdido y olvidado".

LA PUERTA EN EL MURO

Hará próximamente unos tres meses me contó Lionel Wallace, durante una larga sobremesa propicia a las confidencias, la historia de la puerta en el muro; y recuerdo que tuve la impresión de que, al menos en cuanto a mi amigo se refería, acababa de escuchar un relato verídico. Habló con tan persuasiva simplicidad, que no pude substraerme a su sugestión; pero cuando a la mañana siguiente me desperté y me puse a rememorar en la pereza muelle del lecho sus palabras, despojadas ya en el recuerdo de la cadencia grave y lenta de su voz y de la luz tamizada por la pantalla, cuya claridad tenue dulcificaba los objetos que cubrían la mesita, envolviendo los cubiertos de plata y el blanco mantel en una sugeridora penumbra, la historia me pareció increíble.

Y me dije: "Ha empleado su destreza de conversador en jugar a mi credulidad una mala pasada... No esperaba eso de él". . . Poco después, sentado en la cama, mientras bebía a lentos sorbos mi taza de té, traté de explicarme cierta impresión de realidad que, chocando con mi escepticismo, inscribía la confidencia en un círculo vicioso tan pronto de incertidumbre como de confianza; y mi impresión final fue que debía suponer, sospechar, adivinar -no sé cuál de estos términos será más justo- algunas aventuras inconfensables merced a las cuales la narración escuchada la víspera hallaría el complemento preciso para ser verdadera.

¿Cómo obtener ya esas aclaraciones? Actualmente mis dudas se han desvanecido y creo, como creí la noche de la confidencia, que Wallace me reveló su secreto sin impostura alguna; pero me es imposible afirmar si vio o creyó ver los hechos, si estaba dotado de un privilegio sobrenatural o bien era juguete de una alucinación. Las circunstancias que rodearon su muerte no esclarecen esta disyuntiva. El lector juzgará por sí mismo. No me acuerdo ya qué comentario o qué censura mía incitó a Wallace, tan reservado siempre, a confiarse a mí. CONTINUAR LEYENDO