Ya es hora de ir cerrando el curso. Son momentos tensos, de una actividad frenética que parece no acabar nunca. Pero, afortunadamente, sabemos que después de la tempestad viene la calma. Reposo para que lo vivido durante el año vaya calando en nuestro corazón. Karina, la cantante, decía en una canción que "Volver la vista atrás es bueno a veces, mirar hacia delante es vivir sin temor. Vive siempre con ilusión...". Ya sé que no es un clásico, pero puede valer. Y en ese volver la mirada he de deciros que, a pesar de la crisis, para mí ha sido un año fantástico. Por una parte tengo la inmensa suerte de que estéis ahí, casi en silencio. Somos alrededor de 500 personas. Todo un lujo. Y por otra este curso he podido compartir palabras y lecturas con muchas personas de toda la piel de toro. He conocido y reconocido a gente maravillosa que sigue empeñada en defender que otro mundo es posible y que todos los días se levanta con la ilusión y el afán de construirlo. Personas de todas las edades y condición. Desde preciosidades de infantil hasta personas mayores. Y esto es lo que da sentido a mi vida -principio del aprendizaje dialógico-. Son las personas y las relaciones humanizantes las que explican nuestra existencia. Lo que he vivido y aprendido aquí en Euskadi, en Castellar de Santiago, en Linares -¡qué recuerdos!-, en Albacete, en Murcia, en Plasencia, en Logroño, y hace poco en Valencia, entre otros sitios, han dejado en mí una huella imborrable.
La verdad es que el futuro, como siempre, además de retador, sigue siendo ilusionante. El avance de las Comunidades de Aprendizaje en sitios como Andalucía y Valencia nos habla de un mañana prometedor. Y junto a este avance, o a la par, está el de las Tertulias. En el magnífico Congreso que celebramos en Barcelona ya se vio claro que habíamos superado aquel objetivo que nos marcamos hace algunos años y que era el de 1001 tertulias. Hoy en día ya somos más. Así que GRACIAS a todas esas personas que hacéis posible este transformar las dificultades en posibilidades.
Ya tan sólo me queda despedirme hasta septiembre. Y quiero hacerlo de una manera muy especial con un vídeo que encontré el otro día por ahí y que muestra el valor de la palabra y del cariño. Me resultó terriblemente enternecedor. Espero que os guste y que esas preciosas imágenes se os queden en el corazón y sean una especie de guía en vuestro quehacer cotidiano.
UN FUERTE ABRAZO para todas y todos.Miguel
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