Cuando tengas dinero regálame un anillo,
cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,
cuando no sepas qué hacer vente conmigo
─pero luego no digas que no sabes lo que haces.
Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.
Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:
Se llama Ángel y conduce al llanto.
COMPARTIENDO LECTURAS, PALABRAS Y SENTIMIENTOS
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
sábado, 14 de septiembre de 2024
"SIEMPRE LO QUE QUIERAS". Un poema de Ángel González
miércoles, 11 de septiembre de 2024
La página en blanco. Un cuento de Isak Dinesen (seudónimo de Karen Blixen) (Dinamarca, 1885 - 1962)
"Cerca de las puertas de la antigua ciudad solía sentarse una anciana de piel color de café, cubierta con un velo negro, que se ganaba el pan contando historias.
Decía la mujer:
- ¿Queréis un cuento, señora gentil, caballero? He contado muchas, muchas historias, mil y una más, desde los tiempos en que dejaba que los muchachos me contasen a mí el cuento de la rosa roja, los dos suaves capullos de azucena y las cuatro serpientes sedosas, cimbreantes y mortalmente enlazadas. Fue la madre de mi madre, la bailarina de ojos negros a quien tantos poseyeron, la que hacia el fin de su vida, arrugada como una manzana de invierno y escondida detrás del piadoso velo, me enseñó el arte de relatar historias. La madre de su madre se lo había enseñado a ella, y ambas eran mejores narradoras que yo. Pero esto ahora no tiene importancia, porque, para las gentes, ellas y yo somos la misma y me tratan con gran respeto, puesto que vengo contando historias desde hace doscientos años.
Después, si se le ha pagado bien y está de buen humor, proseguirá:
- La de mi abuela - decía - fue una escuela bien dura.
"- Sé fiel a la historia - me decía la vieja ruja -. Sé eterna e inquebrantablemente fiel a la historia.
"- ¿Por qué, abuela? - preguntaba yo.
"- ¿He de darte razones, desvergonzada? - gritaba ella- ¿Y tú quieres ser cuentista? ¿Tú vas a ser cuentista y yo he de darte razones? Pues bien, escucha: cuando el narrador es fiel, eterna e inquebrantablemente fiel a la historia, al final es el silencio quien habla. Cuando la historia ha sido traicionada, el silencio no es más que vacío. Pero nosotros, los fieles, cuando hemos dicho nuestra última palabra oímos la voz del sielncio. Lo entienda o no una mocosa impertinente". CONTINUAR LEYENDO
martes, 10 de septiembre de 2024
"MI PATRIA". Un poema de Silvia Delgado
Si quieres saber cuál es mi patria no la busques en los mapas,
no la busques como quien busca un difícil nombre bajo las piedras,
no la busques como quien busca su propia osamenta entre las sábanas.
Búscala como si fuera Ítaca,
como si fuera tan ancha , tan silvestre, tan oceánica,
búscala en los pájaros que sobrevuelan la buena nueva de los partos.
Busca mi patria en la tierra y el arado,
en las luciérnagas,
en la costra infecunda de los olvidos,
en los libros que oxidan la vista hasta cegarnos.
Búscala en las calles asfaltadas con corazones precarios,
en las casas donde la vida es una ausencia
creciendo igual que un minotauro salvaje.
Busca mi patria en las palabras.
Aquí o donde nuestros ojos no alcanzan.
En las palabras está mi patria.
En cada palabra que llama,
en la palabra-pan, en la palabra-herida,
en la palabra.
Si quieres saber cual es mi patria, fascista,
búscame allá donde tú la decapitas.
no la busques como quien busca un difícil nombre bajo las piedras,
no la busques como quien busca su propia osamenta entre las sábanas.
Búscala como si fuera Ítaca,
como si fuera tan ancha , tan silvestre, tan oceánica,
búscala en los pájaros que sobrevuelan la buena nueva de los partos.
Busca mi patria en la tierra y el arado,
en las luciérnagas,
en la costra infecunda de los olvidos,
en los libros que oxidan la vista hasta cegarnos.
Búscala en las calles asfaltadas con corazones precarios,
en las casas donde la vida es una ausencia
creciendo igual que un minotauro salvaje.
Busca mi patria en las palabras.
Aquí o donde nuestros ojos no alcanzan.
En las palabras está mi patria.
En cada palabra que llama,
en la palabra-pan, en la palabra-herida,
en la palabra.
Si quieres saber cual es mi patria, fascista,
búscame allá donde tú la decapitas.
domingo, 8 de septiembre de 2024
"¿POR QUÉ INTRODUCIR EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO EN LA ENSEÑANZA DESDE EDADES TEMPRANA? Carlos Javier González Serrano (elvuelodelalechuza.com)
En un escenario vital que va tan rápido y que se acelera progresivamente, enganchado enfermizamente a las dinámicas de productividad y rentabilidad, se olvida en muchas ocasiones el valor de la pausa y la lentitud y, asociado a él, el de la curiosidad y el asombro. Al aceptar sin cuestionamiento la aceleración de cualquier actividad y proceso vital, se pierde, también, la capacidad para detenernos y contemplar nuestro paisaje interior y exterior.
En este contexto, altamente tecnologizado y dominado por las pantallas y por el auge de la inteligencia artificial, la importancia de las humanidades -en particular de la filosofía- cobra un papel central, imprescindible, insustituible en términos individuales y sociales. Cuando alcanzamos la valentía para pensar nuestro mundo y nuestra circunstancia concreta, con ello impedimos igualmente ser víctimas de la perversa polarización y de la constante hiperestimulación a la que nuestros sentidos y nuestro intelecto quedan expuestos. Cuando todo va más rápido, resulta más sencillo caer en las garras de la manipulación, tanto emocional como intelectual.
Por todo ello deberíamos preguntarnos por la paulatina erosión que la filosofía y la ética, como disciplinas académicas, sufren en los planes académicos de los estudiantes. Sobre todo en el caso de los más jóvenes (en la educación secundaria); en paralelo, en el ámbito universitario, disciplinas como las filologías, la música o la historia del arte están sufriendo serios varapalos propiciados por el imperativo del provecho y del rendimiento. Ya lo denunció Friedrich Schiller hace más de dos siglos: «La utilidad es el gran ídolo de nuestra época, y a él deben complacer todos los poderes y rendir homenaje todos los talentos» (Cartas sobre la educación estética de la humanidad).
Se pide a los jóvenes que tengan más criterio propio y piensen por sí mismos mientras las humanidades sufren una silenciosa merma en la enseñanza. El conocimiento no puede ser esclavo del sistema productivo. Una educación que sólo enseña lo útil sólo sirve para servir sin pensar. No se trata de enseñar en las aulas, desde la niñez, la historia de la filosofía. En términos de psicología evolutiva, hay conceptos complejos (como los de belleza, justicia, igualdad, bondad o verdad) que necesitan cierto recorrido experiencial y un alto grado de madurez cognitiva para ser comprendidos, discutidos o desarrollados. Sin embargo, sí se puede mostrar, fomentar y educar en la actitud filosófica. Este es el punto clave. Porque, como apuntó Kant, no consiste en enseñar pensamientos, sino en invitar a pensar. CONTINUAR LEYENDO
sábado, 7 de septiembre de 2024
"EL LINCHAMIENTO". Un cuento de John Steinbeck
El arrebato pasional, el confuso movimiento y el vocerío de la multitud fueron extinguiéndose poco a poco, y el silencio se hizo dueño de nuevo del pequeño parque municipal. Grupos de personas quedaban aún cerca de los árboles, como figuras fantasmales a la luz azulada de una casa próxima. Todos parecían cansados, y se movían sigilosos, casi de puntillas; uno a uno, los grupos se dispersaban, perdiéndose en las sombras. El césped del parque aparecía pisoteado y roto por mil sitios, como un tapiz hecho jirones.
Mike sabía que todo había terminado. También él estaba cansado. Tan cansado como si llevara varias noches sin dormir, y le parecía vivir en sueños, caminar como un sonámbulo. Echándose la gorra sobre los ojos se apartó de allí, pero antes contempló el parque por última vez.
En uno de los grupos alguien había improvisado una antorcha con un periódico. Mike pudo ver cómo se enroscaban las llamas en los pies desnudos de aquel cuerpo grisáceo que se balanceaba colgado del árbol. Siempre le sorprendía comprobar el tono gris, casi azulado, de los cadáveres de los negros. La antorcha de papel iluminaba los rostros de los que estaban cerca, callados e inmóviles, como estatuas.
Mike se enfadó sin saber por qué con el hombre que pretendía prender fuego al cadáver. Se volvió a uno que estaba junto a él en la oscuridad y dijo:
—Eso no sirve de nada.
El otro se alejó sin contestar.
El periódico en llamas se apagó, dejando a oscuras el parque. Inmediatamente se encendió otra luminaria bajo los pies del ahorcado. Mike se aproximó a uno de los curiosos.
—Eso no sirve de nada —insistió—. Ya está muerto. Por más que se empeñen no pueden hacerle más daño.
El hombre emitió un gruñido sin apartar la mirada del papel ardiendo.
—Buen trabajo —dijo—. El país se ahorra dinero y así no se entromete ningún abogado del demonio.
—Es lo que yo he dicho siempre —asintió Mike—. No hacen falta abogados. Pero no tiene ningún objeto pretender quemarlo.
El desconocido continuó mirando las llamas, como fascinado.
—Tampoco se hace daño a nadie con eso.
Mike miró atentamente la escena. Sus sentidos estaban embotados. Se daba cuenta de que no podía pensar con claridad. Y él quería absorber todos los detalles de aquel momento histórico, para poder relatarlos más tarde. Su cerebro le decía que estaba presenciando algo muy importante, pero sus ojos no querían reconocerlo. Le decían que se trataba de algo vulgar, ordinario. Media hora antes, cuando había estado gritando entre la multitud y esforzándose por tirar él también de la cuerda, se había sentido fuerte, poderoso y en plena posesión de todas sus facultades. Pero ahora todo le parecía muerto, casi irreal, y los restos de la muchedumbre no eran más que figuras de cera o muñecos de madera pintada iluminados por un papel que ardía. Haciendo un esfuerzo, Mike se volvió en redondo y salió del parque. CONTINUAR LEYENDO
viernes, 6 de septiembre de 2024
"CANAS EN EL CORAZÓN". Un poema de Abu-Tammam Al-Tai (805 - 845) traducido del original por Pedro Martínez Montávez
Tengo ya encanecida la cabeza,pero yo sólo he visto que encanezcan cabezas
cuando ya estaba cano el corazón.
Que siempre el corazón
es vanguardia del cuerpo,
en todas las miserias y fortunas.
Y a través de caminos de esperanza,
cuando ya todo guía y camellero se había extraviado,
cruzaste las tinieblas.
Porque la claridad de la esperanza
abre la vista más, y el corazón,
que cualquier claridad en otros sitios.
Aun cuando las colinas
hasta las sendas estrelladas estén cerca,
y la suerte resida en los abismos.
jueves, 5 de septiembre de 2024
"EL ALMOHADÓN DE PLUMAS". Un inquietante cuento de Horacio Quiroga
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra. CONTINUAR LEYENDO
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