martes, 27 de diciembre de 2016

Paco Ibáñez: “Hay que hacer sonar las alarmas porque vamos directos al precipicio”.

Paco Ibáñez está en perfecta buena forma, no solo encima del escenario sino cuando se explaya en su domicilio barcelonés porque no para de agitar conciencias y motivar posicionamientos críticos. Tras su aclamada gira de Vivencias y su repaso de la poesía española a lo largo de los siglos, el trovador no tiene suficiente.

¿Qué se propone en esta ocasión? ¿Por qué habría que ir a sus conciertos?

Los titulo En tiempos de ignominia porque hace años y años que uno va aguantando y aguantando, y piensa que alguna voz, algunas voces se levantarán por allí o que la gente saldrá a la calle a protestar… y no; bueno, sí, porque la gente sí sale a la calle pero para coger el taxi e irse al Camp Nou para ver el puto fútbol. O si no para ir de juerga por ahí, en plan frívolo, para mover el esqueleto. Es decir, todo lo más lejos posible de lo que podríamos entender como alma, sentimiento o espiritualidad. Así que la idea es que los que cantan, los que ofrecen canciones duraderas, que se instalen de una vez por todas dentro de ti y que te acompañen toda la vida. La canción no es algo solo para divertirte.

Fuente: lavanguardia.com

EL MEJOR ANUNCIO DE NAVIDAD DE LA HISTORIA: Tregua de Navidad de 1914

Este fue un hecho real que se produjo en aquella Navidad. Soldados de diferentes bandos se unen cantando villancicos y jugando un partido de fútbol. Los mandatarios de la época ocultaron durante mucho tiempo estos hechos, porque eran una denuncia contra la falta de humanidad de la que fueron portadores y de la responsabilidad sobre la muerte de muchos jóvenes en una guerra absurda, como todas las guerras, librada exclusivamente por intereses espurios, como todas las guerras.

jueves, 22 de diciembre de 2016

"Sobre encontrarse a la chica 100% perfecta una bella mañana de abril". Un cuento de Haruki Murakami para escuchar y/o leer.


Una bella mañana de abril, en una callecita lateral del elegante barrio de Harajuku en Tokio, me crucé con la chica 100% perfecta.

A decir verdad, no era tan guapa. No sobresalía de ninguna manera. Su ropa no era nada especial. En la nuca su cabello tenía las marcas de recién haber despertado. Tampoco era joven –debía andar alrededor de los treinta, ni si quiera cerca de lo que comúnmente se considera una “chica”. Aún así, a quince metros sé que ella es la chica 100% perfecta para mí. Desde el momento que la vi algo retumbó en mi pecho y mi boca quedó seca como un desierto.

Quizá tú tienes tu propio tipo de chica favorita: digamos, las de tobillos delgados, o grandes ojos, o delicados dedos, o sin tener una buena razón te enloquecen las chicas que se toman su tiempo en terminar su merienda. Yo tengo mis propias preferencias, por supuesto. A veces en un restaurante me descubro mirando a la chica de la mesa de junto porque me gusta la forma de su nariz.

Pero nadie puede asegurar que su chica 100% perfecta corresponde a un tipo preconcebido. Por mucho que me gusten las narices, no puedo recordar la forma de la de ella –ni siquiera si tenía una. Todo lo que puedo recordar de forma segura es que no era una gran belleza. Extraño. CONTINUAR LEYENDO


¿Para qué sirve la liberatura? Aquiles Julian

El rector de una universidad me dice: “No sé para qué sirve la literatura. No le encuentro sentido. Veo gente que dedica su tiempo a leer novelas, cuentos, poesía… ¿Qué ganan con eso?” Lo escucho, sorprendido.

“¿Tiene algún valor la literatura?”, me pregunta. Es como preguntar: ¿Tiene algún valor la imaginación? La literatura es un ejercicio de la inteligencia, necesaria para la vida tanto como el pan. En una ocasión, unos queridos amigos sacaron a la luz una revista literaria: “El pan y la palabra”, ¡tremendo título! “No sólo de pan vive el hombre…”, dijo Jesús. Necesitamos el pan de la palabra.

Desde el inicio de la humanidad, sobrevivimos por nuestra capacidad de soñar, de imaginar. Esa capacidad nos permitió prever, anticipar, inventar. Creamos historias para aprender, para divertirnos, para comunicarnos, para explorar posibilidades, escenarios alternativos, para meternos en otra piel y experimentar la vida desde otra perspectiva.

La mirada embelesada del oyente, del lector, del que completa el circuito de comunicación narrador/receptor, esa actitud que coparticipa y recrea, indica claramente que el acto de imaginar es primordial y básico de la especie. La literatura es sólo una formalización, una sistematización, un perfeccionamiento de ese acto básico, al establecer códigos de efectividad en distintos planos: el plano de la originalidad de las historias, del manejo eficiente de la lengua, del uso perspicaz de los recursos narrativos, del aporte hecho al fondo común del arte literario.

Sin imaginación, sin literatura, sin arte, el mundo se vuelve tosco, pedestre, insulso. Una rutina miserable, que aturde. Necesitamos soñar. 

En la base de los pueblos están sus historias, su imaginario social. Las grandes sagas, las grandes culturas se congregaron alrededor de grandes textos: Los Upanishads hindúes, los textos de Lao Tse y Confucio en la China, los textos del Buda, el Pentateuco y los libros sagrados tibetanos, egipcios, babilonios… Grandes poemas, sagas heroicas… Las lenguas fueron pulidas, perfeccionadas, enriquecidas, acrisoladas por el trabajo de los escritores.

La literatura amplía horizontes, aporta puntos de vistas nuevos, nos permite vivir otras vidas, despierta nuevas maneras de pensar… Y anticipa. Antes de llegar a la luna, de explorar el lecho submarino, de surcar los cielos, alguien lo pensó, alguien escribió sobre ello, alguien colocó en el imaginario social esa idea.

¿Dónde estaríamos sin literatura? Talvez espulgándonos en las cavernas, sometido a la lucha feroz por la sobrevivencia, ciclo vegetativo en que viven los animales.

La literatura formaliza una competencia propia del ser humano: la de anticipar, prever, imaginar. Soñamos el viaje a la luna mucho antes de poseer la tecnología y capacidad de hacerlo; soñamos volar por los aires, explorar el fondo del mar; viajar alrededor del globo terráqueo; edificar torres que salten al cielo… Todo invento, todo avance, todo desarrollo fue antes que hecho, soñado. La literatura nos ha servido para ello.

La literatura también nos ha permitido entender que, por encima de las diferencias nimias que los separan originadas en la aclimatación a un entorno que talló en cada etnia peculiaridades diferenciadoras, en la base somos inmensamente parecidos. Miedos, esperanzas, anhelos, reacciones, pasiones, sacrificios… Todo anima en el corazón humano que es igual, por encima de culturas, colores, estadios de desarrollo y lenguas.

Cuando leemos, por ejemplo, a Haruki Murakami, del Japón, o cuando leemos a Homero, cuando nos embelesamos con la delicadeza de Emily Dickinson o nos sumergimos en los ríos verbales de Tolstoi, comprobamos que las diferencias de época, raza o cultura son simples pintorequismos frente a la realidad de las pasiones, creencias, valores, actitudes, conductas y esperanzas que mueven el corazón humano.

Sí, la literatura hermana, aúna, reúne, amiga. Tiende lazos, construye puentes, elimina temores, promueve comprensión, impulsa el entendimiento y la aceptación. Sin ella el mundo no sólo sería más pobre, sería más peligroso.

¿Podemos vivir sin ella? Sí, pero a un precio muy alto: nuestras vidas se limitarían a operar dentro de las condiciones de supervivencia fisiológica, sin mayores expectativas, sin grandes sueños.

Mentalmente estaríamos atrapados en nuestro ego. Creyéndonos distintos y mejores. Ignorando estúpidamente a los demás. De espaldas a la variedad y amplitud del mundo. Mezquinamente reducidos a lo poco que somos, en vez de crecer a lo inmenso que podríamos ser.

Merry Christmas | Classical Music & Christmas Songs | 6 Days before Christmas

martes, 20 de diciembre de 2016

La cerillera (La niña de los fósforos). Un cuento de Hans Christian Andersen. Vídeo de Disney con música del tercer movimiento (Nocturno) de El Cuarteto de cuerda n.º 2 en Re Mayor de Alexander Borodin.

¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. CONTINUAR LEYENDO

Tertulias Musicales Dialógicas realizadas en el CEIP Santa Teresa Doctora de Linares (Jaen) durante este primer trimestre.




Historia mínima. Un cuento de Luis Sepúlveda.

A la memoria de mi hermano Rafael Ramírez Heredia, que conoció la génesis de esta historia.

“Hace dos horas que espero y qué importa si me miran”, mascullo en voz baja mientras me busco en un ángulo del espejo para alisarme el pelo y corregir el nudo de la corbata. Hay muchas cosas en el espejo: espaldas de material sintético que lucen americanas de marca, piernas enfundadas en pantalones de lino porque se acerca el verano, extrañas estructuras vagamente antropomórficas para sostener camisas o pulóveres de esos que se llevan negligentemente sobre los hombros, y entre dos pares de mocasines está también mi cabeza, mi rostro algo nervioso, serio, ilusionado.

Las gentes me miran, algunos sonríen, otros le dan un codazo al compañero de camino para que se fije en mí, y sé que no es por mi indumentaria. Vestido o desnudo, nunca pasaré inadvertido. Corté unas flores en el parque cercano, nada extraordinario, flores sencillas que estaban ahí, al alcance de mis manos. Ni siquiera sé cómo se llaman.

¿Vendrá? Dudo, porque sé cuán difícil es vencer el miedo que no es miedo, la vergüenza que no es tal, la culpa más inocente. Dudo y, para mitigar la desconfianza de estas horas que llevo esperando, enciendo un pitillo Ahora atraigo mucho más las miradas de los paseantes. Siempre es así. “Está fumando”, “está comiendo”, “está llorando”. Haga lo que haga, siempre es así.

De pronto miro el ramo de flores y descubro que mi mano, lejos de sostenerlas, las aprieta, las estrangula con esa mínima violencia que basta para derrotar los frágiles cuellos vegetales. Sonrío al pensar que en tan diminuta porción de tiempo se han tornado mustias, como las banderas de un mínimo ejército vencido, y sus pétalos traposos me indican que es tiempo de emprender la retirada.

Arrojo las flores al primer basurero y me alejo, seguido por las miradas de los paseantes y por sus voces que dicen: “¿Viste cómo botó las flores el enano?”, “¿Tendría una cita?”, “¿Con una enana?”, “Lo dejaron plantado al enano”, “Son raros los enanos”, y otros comentarios cuya estatura no quiero ni debo responder."


Sepúlveda, L. (2008) La lámpara de Aladino. (Barcelona) Tusquets (págs. 61-64)

Vol. 2, Núm. 3 (Diciembre, 2016): CATALEJOS. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños.

Editorial. Mila Cañón.

[...] Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños, luego de un semestre de trabajo colectivo, presenta su tercer número problematizando los modos de leer, los modos de enseñar, la democratización de la palabra en todos los soportes en la escuela y fuera de ella, las lecturas literarias también. Se trata en definitiva de producir aportes para comprender procesos complejos, en medio de la incertidumbre que caracteriza nuestra época, como dijera Perla Zelmanovich (2003), para que en la escuela se teja “esa trama de significaciones que atempera, que protege, que resguarda y que posibilita por esa vía el acceso a la cultura”.

En este tercer número, Claudia Segretin dirige el Dossier “Vida cotidiana, lectura, escritura y conversación en red”, con la participación de quienes supieron usar los catalejos para mirar en perspectiva estos temas en constante mutación: Ana Siro, Martín Broide y Javier Maidana, Mireia Manresa y Ana María Margallo, Diana Fernández Zalazar, María Victoria Martín y Miriam Kapp.  


Verdi - Requiem - Dies Irae & Tuba Mirum - Berliner Philarmoniker dir. da C. Abbado

lunes, 19 de diciembre de 2016

EL AMOR ENTRE UN PADRE Y SU PEQUEÑA EN 14 TIERNAS ILUSTRACIONES

La joven ilustradora Snezhana Soosh ha querido reflejar el amor tan especial que existe entre un padre y su hija a través de unas preciosas acuarelas donde narra con gran dulzura este vínculo emocional. Los suaves trazos al pincel, los colores suaves y dulces, y las escenas cotidianas entre ambos, nos transmiten dulzura e incluso nos hacen sentir el calor de un hogar donde hay amor por todos sus rincones.


Revista Convives nº 16 APRENDIZAJE-SERVICIO Y CONVIVENCIA.

PRESENTACIÓN 
Aprendizaje-servicio y Convivencia
Pedro Mª Uruñuela Nájera

ARTÍCULOS
Aprendizaje-servicio, una metodología que funciona
Eloísa Teijeira Bautista

Aprendizaje-servicio y educación en valores
Josep M. Puig Rovira

El aprendizaje-servicio una metodología para la innovación educativa
Rafael Mendía Gallardo

Reforzando el tejido social: el papel de los ayuntamientos en el impulso del ApS
Mar Cruz Mora

EXPERIENCIAS
Hacer un león con fabricación digital. CEIP Lavinia. Barcelona

Cuídate, cuídalo. CEPR San Pascual Bailón. Pinos Puente (Granada)

Generación Inter. IES Miguel Catalán. Coslada (Madrid)
 
El servicio comunitario. Jóvenes comprometidos con voluntad de cambio. Gené Gordó. Departament d’Ensenyament (Catalunya)

Construyendo sonrisas. Una experiencia de educación inclusiva. Fundación Pioneros. (La Rioja)

Proyecto “La Integración natural”. CEOM. Asociación para la Integración de Personas con Discapacidad Intelectual. El Palmar (Murcia)

ENTREVISTA a... Roser Batlle Suñer
MÁS... EN LA WEB
COMENTANDO LA ACTUALIDAD

Libros y recursos recomendados
Webgrafía
Convives en las Redes


CONVIVES: Cibermentores. Un servicio de apoyo entre iguales para la gestión de la convivencia en las redes sociales en los centros educativos.

La cibermentoría es un sistema de apoyo entre iguales que funciona en algunos entornos escolares en el que alumnado de edades superiores, normal- mente de 3ºESO en adelante, formado y preparado para ello, atiende a alumnado más pequeño en la gestión de sus relaciones interpersonales en las redes sociales y sobre problemas que puedan surgir en ellas.

Suelen ser chicos y chicas que han pasado por otros sistemas de apoyo entre iguales anteriores que funcionan en los centros (acogida, ayuda, mediación, mentoría o consejo) y que con su perfil socioemocional de sensibilización por las situaciones de interacción que ocurren en internet y en las redes sociales, están en condiciones de formarse para atender las demandas de sus iguales en este terreno. 

Son alumnos y alumnas que tienen un perfil diverso y cumplen funciones variadas: por una parte, se manejan con suficiente soltura técnica en internet, sobre cómo y por qué suceden las cosas en el espacio virtual, y por otra, poseen un perfil sociomoral reconocido entre sus iguales que les sitúan en su órbita de elección cuando necesitan guía y consejo ante situaciones difíciles o complicadas en el mundo virtual. La escuela lo que hace es crear la estructura y organizar y supervisar el servicio para que esa guía y esa influencia sea posible y positiva. Compartimos esta guía gratuita escrita por dos miembros de Convives, esperando que sea de vuestra ayuda.


Fuente: convivesenlaescuela.blogspot.com.es/

Benedetti-Viglietti. Concierto recital a dos voces (2002)

Concierto-recital ofrecido en octubre de 2002 por Mario Benedetti y Daniel Viglietti en el cine La Esperanza de San Vicente del Raspeig (Alicante). Organizado por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante, el Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti y el patrocinio del Club Información.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Malditos sean los tibios. Un artículo de Rosa Montero en el País Semanal.

Los auténticos culpables de que la vida pueda ser tan cruel son los tibios de corazón. Permiten con su indiferencia que el Mal campe a sus anchas.

MI AMIGA Gabriela Cañas me mandó hace unos días un vídeo escalofriante que circula por Internet. Una cámara oculta colocada en un ascensor sueco permite observar las reacciones de la gente ante una escena de violencia de género. Un joven grandullón maltrata verbal y físicamente a una muchacha: la arrincona e insulta con las palabras más soeces, la zarandea, le tira del pelo, grita que la va a matar. La víctima gimotea y pide ayuda. Mientras esto sucede, vamos viendo a diversas personas que comparten el ascensor con ellos. Se ponen de espaldas, no dicen ni palabra, salen corriendo. Son hombres y mujeres, solos o en parejas. Una señora mayor tiene la desfachatez de protestar diciendo: “Eh, que no están solos, esperen a que me vaya”, como si el único derecho que estuviera conculcando el energúmeno fuera el de fastidiarle su tranquilidad. Es un vídeo increíble, aterrador. Al fin, una mujer de unos treinta y tantos años se enfrenta al maltratador y le dice: “Si la vuelves a tocar llamo a la policía”. Subieron 53 personas en ese ascensor y sólo reaccionó ella.

Los países nórdicos tienen las tasas de violencia de género más altas de Europa. Suecia, en concreto, duplica el porcentaje de casos que hay en España. Algunos pretenden justificar estas cifras elevadísimas diciendo que allí denuncian más, pero no me lo creo en absoluto. En primer lugar, porque estamos hablando de víctimas mortales. Pero además me parece que influye el nivel de alcoholismo y el hecho de que son los países en donde se está destruyendo de forma más acelerada el sistema machista, y eso siempre crea una herida social y una respuesta feroz por parte del sector más brutal de los varones, de un puñado de psicópatas que se sienten súbitamente desplazados.

Pero no es de la violencia de género de lo que quería hablar, sino de los tibios de corazón, de los indiferentes y de los cobardes. Y me refiero a una cobardía estructural, no al miedo insuperable. Por ejemplo, yo, que soy verdaderamente una gallina ante los riesgos físicos, sé que me las hubiera apañado en el ascensor para hacer algo. Como estoy segura de que me hubiera amedrentado enfrentarme a ese tiarrón en el encierro de la caja de acero, hubiera esperado hasta llegar al piso y, tras bloquear la puerta para dejarla abierta, hubiera empezado a gritar para pedir ayuda. Quiero decir que hasta una miedica como yo puede encontrar un modo de actuar.

Pero los cobardes morales ni siquiera se plantean abandonar su zona de ensimismado confort. Estoy convencida de que el porcentaje de individuos de verdad malvados que hay en el mundo es pequeño, quizá muy pequeño, incluso ínfimo. Los auténticos culpables de que la vida pueda ser tan cruel y de que la Tierra se convierta en un valle de lágrimas son los tibios de corazón, porque esos sí que son legión, esos son muchísimos; esos quizá sean, por desgracia, la mayoría de los seres humanos, y son quienes no se enfrentan a los energúmenos, quienes no protegen a los indefensos, quienes permiten con su callosa indiferencia que el Mal campe a sus anchas. Son los niños que dejan que un matón torture a un compañero de clase, los padres que prefieren no enterarse, los oficinistas que admiten el acoso a un colega, los vecinos que hacen oídos sordos al ruido de golpes y llantos que se cuela a través de las paredes, o que secundan a un presidente despiadado y se niegan a poner una rampa en el portal que permitiría salir a la calle al vecino en silla de ruedas. Toda esa gentuza es la peor. Alfredo Llopico, un amigo con quien hablé de esto, me mandó dos citas maravillosas. Una es del Apocalipsis, en donde Jesús dice: “Conozco tus obras, sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca”. Y la otra es de la Divina Comedia, de Dante, en donde, en el ‘Canto III del Infierno’, encontramos que las almas más despreciables son aquellas “que vivieron sin merecer alabanzas ni vituperio (…) que no fueron rebeldes ni fieles a Dios, sino que sólo vivieron para sí”. Siempre hemos sabido que los culpables del horror del mundo son los tibios de corazón. Malditos sean.
Fuente: elpaissemanal.elpais.com/columna/rosa-montero-malditos-los-tibios

Tertulia Literaria y Musical Dialógica en el CEPA de la Fundación Peñascal de Bolueta.


El pasado martes celebramos por primera vez una tertulia musical con un grupo de Educación de Personas Adultas del Centro de Peñascal-Bolueta. Hacía 15 días que habíamos realizado primera Tertulia Literaria y ahora nos lanzábamos a por la musical. Todos y todas estábamos expectantes, porque hay que reconocer que en el grupo la mayoría son jóvenes (ahí les podéis ver junto con Ibane y Aitor, su profes, que son la zona escondida de estas actividades) y eso de la música CLÁSICA tenía para ellos tintes de aburrida, pasada, carroza... y otros similares. Romper con esto no es fácil, pero en este caso, nos ayudó un trozo del Preludio del libro de James Rhodes, "‘Instrumental. Memorias de música, medicina y locura’"

Tas señalar que James Rhodes, afamado concertista de piano, es una persona que había sido violada a los seis años, y cómo, utilizando sus palabras, la música le había salvado de todo lo que se arrastró tras una violación continuada de varios años, pasamos a leer ese texto que resultó muy motivador:
"[...] Pero es un hecho irrefutable que la música me ha salvado la vida de una forma muy literal, y creo que también la de un montón de personas más. Ofrece compañía cuando no la hay, comprensión cuando reina el desconcierto, consuelo cuando se siete angustia, y una energía pura y sin contaminar cuando lo que queda es una cáscara vacía de destrucción y agotamiento.
Por eso, en todos los sitios y en todos los momentos en que surge esa tentación universal e irracional de poner los ojos en blanco y dejar de prestar atención cuando se oye o se lee la expresión “música clásica”, me acuerdo de los tremendos errores que he cometido en el pasado al dejarme llevar perezosamente por los prejuicios, en vez de ponerme a investigar algo. A aquellos que tengáis esa reacción, os ruego, os suplico, que esperéis un minuto y os hagáis la siguiente pregunta:

Si existiera algo que no estuviera producido por el Gobierno, ni por fábricas en que se explota a los trabajadores, ni por Apple o las grandes empresas farmacéuticas, y que pudiera de forma automática, constante y segura añadir algo más de emoción, brillo, profundidad y fuerza a vuestra vida, ¿no os entraría curiosidad por conocerlo?
Algo que no tuviera efectos secundarios, para lo que no fuera necesario adquirir un compromiso, ni tener conocimientos previos ni dinero, solo cierto tiempo y quizás unos auriculares decentes.
¿Os interesaría?

Todos tenemos una banda sonora de nuestra vida. Muchos de nosotros nos hemos vuelto insensibles a ella, nos hemos expuesto en exceso, nos hemos cansado y nos hemos desilusionado. La música nos asalta en el cine, en los programas de televisión, en los centros comerciales, en las llamadas de teléfono, en los ascensores y en los anuncios. Hace mucho la cantidad superó a la calidad. Por lo visto, tener más de todo es lo mejor. Y menudo precio estamos pagando por ello. Por cada grupo de rock, banda sonora cinematográfica o compositor contemporáneo verdaderamente emocionantes, hay miles de montones de mierda que nos obligan a tragarnos en cuanto nos descuidamos. La industria del sector nos trata con casi nada de respeto y aún menos confianza. El éxito, más que ganarse, se compra, se paga, se degrada, y se nos obliga a consumirlo de forma manipuladora y tramposa."
Tras comentarlo brevemente, nos pusimos a escuchar las obras seleccionadas, y he de señalar que todas fueron escuchadas con gran respeto y especial atención. En primer lugar fue "Para Elisa", de Beethoven. Lo primero que les sorprendió fue el hecho, que luego se repetiría con las otras piezas, de que esa melodía ya la habían escuchado en diferentes contextos: anuncios, juegos de ordenador, tonos de teléfono, películas... Es decir, que empezamos a descubrir que la música clásica está presente en muchos sitios, y no solamente en los ambientes que nos parecen más propios como pueden ser las salas de conciertos. Después de esto comenzaron a aflorar aquello que habían sentido al escucharla, o lo que les había sugerido, o lo que los recuerdos que despertó la obra... La segunda pieza fue un trozo de una ópera de Mozart -sube la expectación y hay quien arruga el morro-, concretamente, "La reina de la noche" de la Flauta mágica. Nada más terminar la primera pregunta: ¿pero eso se hace solo con la boca? Luego unos pequeños comentarios sobre las óperas: el público que acude, la especial afición que hay en Bilbao, en qué consisten... Y de nuevo se señala que la música ya era conocida, que no era la primera vez que la escuchaban, aunque no sabían que era de una ópera. También destaca el cambio de registro con la anterior y, naturalmente, que lo sentido al escucharla es diferente. Incluso hay una persona que llega a decir que al oírla se ha sentido vulnerable. Finalmente escuchamos la "Tocata y fuga" de Bach. Y nuevamente agradablemente sorprendidos, sobre todo con la variedad de cosas que puede suscitar una misma obra, y con cosas que comentar. Al final quedamos que la próxima sesión de tertulias la comenzaríamos con una musical. ¡Todo un éxito del grupo!

Después pasamos a la poesía. En este caso fue uno de Mario Benedetti titulado: ¿Qué les queda a los jóvenes? Un poema que llama a no quedarse parado, a rechazar las ofertas de adocenamiento que se hacen a toda la sociedad y especialmente a los jóvenes, y a tomar la palabra, la acción y la utopía. He aquí un trozo:

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

Finalmente nos pusimos a compartir lecturas y palabras a través de los dos cuentos o relatos cortos que habíamos leído: Bernardino, de Ana Mª Matute y Pacto de Sangre, de Mario Benedetti. Fue un compartir muy fértil que nos sembró de sentires e inquietudes, quedando patente nuevamente el mágico poder de la palabra. Y con esto finalizamos las dos horas de una sesión que fue muy intensa y que esperamos repetir más veces el año que viene. ¡¡¡ ESTÁIS INVITADOS E INVITADAS !!!

Versión flamenca del Villancico Vasco "Olentzero". La versión la han hecho alumnos y alumnas del IES Artabe con la colaboración de AMUGE (Asociación de Mujeres Gitanas de Euskadi).

"La interculturalidad y la diversidad no hace falta ir a buscarla lejos.
Magnífico ejemplo de los alumnos del Instituto Artabe.
Esto no lo mide PISA." (Lui García Gurrutxaga)


Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera
Aditu duenenan
Jesus jaio dela
lasterka etorriko da
Berri ona ematera.

Horra, horra
gure Olentzero
pipa hortzean duela
eserita dago.
Kapoiak ere baitu
arrautzatxoekin
bihar meriendatzeko
botila ardoekin.

Olentzero, buru handia
entendimentuz jantzia,
bart arratsean
edan omen du
bost arroako zahagia
Bai urde tripa handia!

Horra, horra...

"Eskolatik eskolara". Un libro coral que reúne 500 años de historia de la educación en Lekeitio.

Xabier Iturbe con el libro frente a la escuela pública de Lekeitio
Maika Salguero
El viernes pasado tuve la oportunidad de asistir en Leketitio al acto de presentación del libro "Eskolatik eskolara". Me había invitado Xabier Iturbe, director de la escuela pública de Lekeitio y al que me une una gran amistad. Y he de decir que resultó un acto muy entrañable, a la par de interesante porque en él se desgranó tanto el gran trabajo realizado para culminar el texto, como el cariño y el reconocimiento que una comunidad educativa tiene para con su profesorado, el de antes y el de ahora.

¡¡¡ENHORABUENA!!!

Lekeitio ha evitado que la historia de la escuela pública de la localidad quede en el olvido. Tras más de cuatro años de intenso trabajo de investigar y recopilación de datos, los docentes Xabier y Aitor Iturbe han retratado el proceso de transformación que ha vivido la enseñanza en el municipio desde el siglo XV hasta nuestros días y lo han dado a conocer en el libro titulado ‘Escolatik eskolara’. «También se rinde tributo a las primeras andereños que trabajaron en unos tiempos muy difíciles a favor de la enseñanza en euskera», apuntaron los autores.

Para facilitar la lectura, el texto está dividido en tres grandes bloques. La primera parte comienza hace 500 años y finaliza tras la muerte de Franco. «Básicamente es un trabajo de archivo, de recopilar documentos, manuscritos de importante valor histórico tras bucear en archivos de Bilbao, Madrid, Lekeitio, Durango y Valladolid, entre otros», indicó. En ese repaso a la historia de Lekeitio «queda patente la riqueza de la educación, el valor que ya para entonces se daba al aprendizaje, los tipos de escuela que había, la náutica, el papel de los mecenas, y por su puesto, la importancia que en ese ámbito tenía la Iglesia», detallaron.

Es en ese momento «donde encontramos el germen de la escuela pública con la contratación por parte del Ayuntamiento de los primeros maestros de escuela», indicaron. En el segundo bloque, dedicado básicamente en la ‘escuela nacional’, el protagonismo recae sobre las primeras ‘andereños’. Sus relatos, anécdotas, vivencias y recuerdos trasladarán a los antiguos alumnos a aquellas aulas en las que por primera vez empezó a escucharse el euskera. Eran las clases de Alicia Endeiza, Julene Benedicto, Karle Beristain y Miren Garralda. «De esta manera también les queremos reconocer el trabajo que realizaron en una época en la que todo el profesorado venía de otros territorios y se imponía otro modelo de enseñanza», recalcaron.

Renovación pedagógica

La modernización, la renovación pedagógica y la puesta en marcha de la ‘haurreskola’ junto al instituto de enseñanzas medias, completa el libro que no olvida a ningún estamento de la comunidad educativa. «Todos forman parte de la escuela pública, desde las que ayudan en el comedor o acompañan a los chavales en los autobuses, hasta los jefes de estudios o los padres. Es una parte más dinámica en la que a través de fotografías y relatos cortos queremos reflejar los numerosos cambios que hemos experimentado en nuestro camino hacia la calidad educativa», detallan. La publicación estará disponible en las librerías del municipio, así como en la propia escuela pública la precio de 20 euros.
Fuente: www.elcorreo.com/bizkaia/costa

sábado, 17 de diciembre de 2016

Miro un árbol. Un poema del poeta argentino Roberto Juarroz.

Miro un árbol.
Tú miras lejos cualquier cosa.
Pero yo sé que si no mirara este árbol
tú lo mirarías por mí
y tú sabes que si no miraras lo que miras
yo lo miraría por ti.

Ya no nos basta
mirar cada uno con el otro.
Hemos logrado
que si uno de los dos falta,
el otro mire
lo que uno tendría que mirar.

Sólo necesitamos ahora
fundar una mirada que mire por los dos
lo que ambos deberíamos mirar
cuando no estemos ya en ninguna parte.

André Rieu, Carlos Buono & The Johann Strauss Orchestra performing Astor Piazzola's Adios Nonino (Farewell, granddad) live in Maastricht.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Comienza el "Apadrinamiento Lector" en el CPI Samaniego de Vitoria-Gasteiz.


 El pasado miércoles celebramos la primera sesión de dos Apadrinamientos Lectores en el CPI Samaniego. En este caso, fueron dos grupos de sexto de primaria los que apadrinaron a otros dos de tercero. Lo primero que hicimos en cada una de las sesiones fue leer y comentar el contrato (Gure Konpromisoa / Nuestro Compromiso) que sellaba lo que íbamos a asumir. Después pasamos a la firma, en la que participaron el alumnado, profesorado, la directora del centro y varias madres que acudieron y que luego también participarían en el apadrinamiento. 

Una vez concluida la firma, y continuando en gran grupo, los profesores, los alumnos de sexto y los de tercero nos leyeron unos textos que habían preparado: el cuento de "El pastorcillo mentiroso", la fábula de "El antílope y la tortuga" y una poesía de García Lorca.

Mamá.
Yo quiero ser de plata.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá.
Yo quiero ser de agua.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá.
Bórdame en tu almohada.
¡Eso sí!
¡Ahora mismo!

Después empezó propiamente el apadrinamiento. Nos colocamos por parejas para leer y comentar los textos que habían preparado los de sexto y los de tercero. Fue un continuo compartir lecturas y palabras que nos enriqueció notablemente. 

Para finalizar, nos juntamos otra vez e hicimos una pequeña evaluación de lo realizado. La conclusión fue unánime: todo el mundo se había sentido muy bien y querían volver a repetirlo. Cosa que harán el próximo trimestre. Mientras tanto os dejamos el álbum de fotos de las dos sesiones para que lo disfrutéis.

¡¡¡ENHORABUENA A TODOS Y A TODAS!!!





UNA TERAPIA IMPREVISTA. Almudena Grandes

Cansada. Especialmente de hacer por los demás lo que a ninguno se le ocurre hacer por ella. Se tenía que ir. Y no sabe aún cuándo volverá.

Cuando decidió hacer terapia, en su casa se pusieron todos muy contentos

–Te va a sentar muy bien, cariño.

–Me alegro mucho, mamá.

–Y yo. Ya sabes lo que te digo siempre, que tienes que cuidarte, hacer cosas por ti.

Iba a cumplir 50 años, tenía un marido, dos hijos, un trabajo absorbente que antes estaba bien pagado y ya había dejado de estarlo, el perro que nunca quiso tener y una casa grande, con un jardín mediano, que todos sus amigos consideraban ideal para organizar comilonas los fines de semana. Tenía todas estas cosas y estaba triste, desorientada, tan cansada que, por primera vez en su vida, le costaba trabajo levantarse por las mañanas.

–A lo mejor es una depresión.

–La depresión es una enfermedad.

–No es culpa tuya, mamá.

Pero no era una depresión, ella lo sabía. Sabía muy bien lo que le pasaba y por eso se resistió a afrontar el problema. Hasta que no pudo más. Hasta que sintió que se había convertido en una olla a presión que estaba empezando a pitar y que, si no encontraba algún sistema para abrir la válvula, iba a reventar con todo su contenido. Habló con dos amigas, las más íntimas, las únicas a las que podía seguir aplicando estrictamente ese nombre, y una no conocía a nadie, la otra sí. Apuntó el número de la psicoterapeuta que le había recomendado en la agenda de su móvil y, durante más de una semana, todo lo que hizo fue mirarlo, seleccionar un número que no se atrevía a marcar. Decidió que antes de hacerlo lo contaría en casa, y su marido, sus hijos aprobaron su decisión con energía.

–Cuénteme cómo se encuentra, por qué ha decidido venir a verme.

–¡Uf! Es difícil de explicar.

–Inténtelo.

No era tan difícil, era sólo una historia muy larga. La explicó a trompicones, evocando al principio detalles, situaciones, sentimientos, como si sacara cerezas de una cesta. Luego, comprendió por sí misma que necesitaba ordenar su relato, relacionar las causas con los efectos, estructurar la historia de su vida. Así, llegó ella sola hasta donde ya sabía que iba a llegar, la meta que había intentado esquivar durante tanto tiempo, un escenario imprescindible e indeseable a partes iguales, donde el amor no lo arreglaba todo, donde incluso empeoraba lo existente. Porque ella los quería, y ellos la querían, pero entre todos le habían dado a su amor la forma de un embudo.

–¿Cómo que te vas?

–Pero ¿adónde te vas?

–¿Por qué te vas?

Intentó explicárselo despacio, en orden, y le salió tan bien que consiguió dejarles mudos. Me voy porque no me gusta mi vida. No me gusta cocinar todos los domingos. No me gusta que se llene la casa de gente que nunca se levanta para ayudarme a recoger. No me gusta tener perro, y a pesar de eso, sacarlo a la calle dos veces al día. No me gusta levantarme media hora antes que vosotros para hacer el desayuno, y que ni un solo día se os haya ocurrido hacerme el desayuno a mí. No me gusta que me toquen todos los problemas, que siempre tenga que ser yo quien llama a los técnicos, quien se pelea con los bancos, quien hace el papeleo. No me gusta tener siempre la culpa cuando no hay pan, cuando se han acabado las galletas, cuando no he tenido tiempo de hacer la compra, cuando no está planchada y colgada en el armario la camisa favorita de cada uno. Entre los tres, sumáis cerca de noventa años, pero conmigo os comportáis como si tuvierais cinco, como si fuerais inútiles y dependierais de mí para todo. Yo sé que también es culpa mía, por no haber reaccionado antes, por haber consentido que las cosas lleguen a este punto, pero ya no puedo más. Todos me animasteis a hacer terapia, yo la necesitaba, y este es el resultado. He descubierto que os quiero mucho, pero que no os aguanto. Y no me voy para siempre, pero tampoco sé cuándo volveré.

Lo demás fue tan fácil como abrir la puerta y cerrarla después.

En su casa tampoco se preocuparon demasiado hasta que descubrieron que había dejado su móvil, apagado, en la encimera de la cocina.
Fuente: elpaissemanal.elpais.com/

ESTA ESCUELA HA SUSTITUIDO EL CASTIGO POR LA MEDITACIÓN. Y LOS RESULTADOS SON SORPRENDENTES. Luis Torrent.

El colegio Robert W. Coleman, en la ciudad de Baltimore (Estados Unidos), acaba de ganarse una gran reputación tanto dentro de su ciudad como fuera de ella. ¿Por qué? La dirección de la escuela ha tomado la decisión de dejar de castigar a los alumnos de primaria y en lugar de ello hacer algo diferente: meditación.

¿Es que los alumnos de primaria ya no se portan mal? No, la razón no es esa, pero la medida tomada sí puede revertir hacia un buen tipo de conducta. El centro ha creado una habitación llamada “Mindful Moment Room” (Habitación del momento de conciencia), una especie de “oasis de calma” de colores brillantes que contrasta con las habituales habitaciones asépticas y sin ventanas que suelen ser utilizadas para castigar a los niños que se portan mal.

Se trata de una medida que forma parte del programa “Yo holístico”,una iniciativa que enseña a los niños a practicar meditación y a realizar ejercicios de respiración consciente al tiempo que se les anima a conversar con profesionales del ámbito de la conducta. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: muhimu.es/educacion

miércoles, 14 de diciembre de 2016

El ídolo rojo. Un cuento de Jack London y un artículo de Ernesto Busto Garrido sobre el autor y el cuento.

Ernesto Busto Garrido escribe en el blog: "Narrativa Breve" un interesante artículo titulado: "¿Jack London, xenófobo?"

Es casi una norma: los escritores que venden mucho (los llamados best sellers) generalmente son objeto del desprecio de los críticos y de sus propios colegas. Ejemplos sobran. La chilena Isabel Allende, traducida permanentemente a otros idiomas, y con miles y miles de copias de sus obras vendidas, carga sobre su espalda el rótulo de poseer una escritura básica o que es una mala copia de Gabriel García Márquez. Cuando fue postulada al Premio Nacional de Literatura no faltaron los que la dispararon artillería de grueso calibre, menoscabando su trayectoria y sus éxitos editoriales. Dijeron que no era merecedora a esa distinción. A pesar de ello en 2010 le concedieron el galardón, bien merecido, según una parte importante de la crítica y con el apoyo de la mayoría del mundo lector.

¿Cuál es su pecado? Ser superventas

Echando el tiempo hacia atrás, algo similar le sucedió al escritor norteamericano Jack London. Desde que empezó a publicar, las ediciones y reediciones se agotaban en un dos por tres. Hoy, transcurridos cien años desde su muerte, las obras de London continúan acaparando elogios, y las adquisiciones de sus títulos no decrecen; por el contrario, suben y suben. CONTINUAR LEYENDO

En cuanto al cuento, aquí puedes leer el inicio del relato y acceder a todo el texo:

EL ÍDOLO ROJO 
Jack London

¡Allí estaba! Bassett, mientras la controlaba con su reloj, comparó la abrupta liberación de sonido con la trompeta de un arcángel. Los muros de las ciudades, meditó, bien podían desmoronarse ante una intimación tan apremiante. Por milésima vez trató vanamente de analizar la cualidad tonal de ese enorme repique que dominaba la tierra hasta mucho más allá de las plazas fuertes de las tribus vecinas. El desfiladero montañoso donde se originaba resonó ante la ascendente marea del sonido, hasta que desbordó e inundó la tierra y el cielo y el aire. Con la desenfrenada fantasía de un hombre enfermo, lo comparó al poderoso grito de algún Titán del Viejo Mundo, afligido por la desdicha o la ira. Se elevó más y más, desafiante e inquisidor, con tal profundidad de volumen que parecía hecho para oídos situados más allá de los estrechos confines del sistema solar. También en él existía el clamor de una protesta, la que decía que no había oídos para oír y comprender su mensaje. 

Esa era la fantasía del hombre enfermo. Aun así trató de analizar el sonido. Era sonoro como el trueno, maduro como una campana de oro, tenue y delicado como el tañido de una tensa cuerda de plata: no, no era nada de eso, ni una mezcla de eso. No había palabras ni símiles en su vocabulario ni en su experiencia con las cuales describir la totalidad de ese sonido. 

Pasó el tiempo. Los minutos se hicieron cuartos de hora, y los cuartos de hora medias horas, y el sonido aún persistía, siempre cambiando su impulso vocal inicial aunque sin recibir nuevo impulso, esfumándose, ensombreciéndose, muriendo tan enormemente como había llegado a la vida. Se trasformó en una confusión de inquietos bisbiseos y balbuceos y colosales murmullos. Lentamente se retiró, sollozo a sollozo, al interior del enorme pecho que lo hubiera engendrado, hasta que gimoteó mortales susurros de ira e igualmente seductores susurros de deleite, luchando aún por ser oído, por trasmitir algún secreto cósmico, algún mensaje de infinito valor e importancia. Menguó hasta ser el fantasma de un sonido que había perdido su amenaza y su promesa, y se convirtió en algo que pulsaba en la conciencia del hombre enfermo durante muchos minutos después de haber cesado. Cuando ya no pudo oírlo, Bassett miró su reloj. Había transcurrido una hora antes de que la trompeta del arcángel cayera en la nada tonal. CONTINUAR LEYENDO

Actas CIBES 2015. Congreso Iberoamericano de Bibliotecas Escolares. Educación por competencias: reto del milenio para la interculturalidad y la inclusión social


DESDE AQUÍ PODÉIS BAJAROS LA ACTAS DE DICHO CONGRESO

lunes, 12 de diciembre de 2016

Entrevista en el diario.es a Nuccio Ordine: ""Los políticos matan la cultura porque desprecian la cultura, pero también porque le tienen miedo".

 El profesor y filósofo calabrés Nuccio Ordine (autor del libro La utilidad de lo inútil), gran experto en Giordano Bruno, convoca a los grandes pensadores de todas las épocas para manifestarse contra la destrucción de la cultura y de nuestra capacidad de reacción.

"Afirmo, señores, que las reducciones propuestas en el presupuesto especial de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas –argumentaba Victor Hugo frente a una propuesta ministerial de recortar fondos para la cultura en 1848–. Son insignificantes desde el punto de vista financiero y nocivas desde todos los demás puntos de vista".

Empecemos por el principio. ¿Qué es lo inútil?
En nuestra sociedad se considera útil sólo aquello que produce beneficios. Por esa lógica, la música, la literatura, el arte, las bibliotecas, los archivos de Estado, la arqueología, son todas cosas que se consideran inútiles porque no producen beneficios. Por eso no nos extraña que, cuando los gobiernos hacen recortes, comienzan por estas cosas inútiles sin darse cuenta de que, si eliminamos lo inútil, cortamos el futuro de la humanidad.
El drama que vivimos es ese: todos los ámbitos de nuestra vida están contaminados por la idea del beneficio y del lucro. Ya no educamos a las nuevas generaciones en el amor por el bien común, por el desinterés, por lo gratuito. Los educamos al revés, en el amor al dinero, a lo útil, al beneficio personal. Los profesores y rectores universitarios se han convertido en managers, y hablan un lenguaje contaminado por la lógica económica. Los estudiantes estudian para conseguir créditos y para pagar unas deudas. Este lenguaje no es neutro, demuestra que el lenguaje del lucro domina todas las capas de la vida. 

Dice usted que la cultura sólo puede ser gratuita.
Kant lo explica muy bien: si yo voy a un concierto, ¿en qué me beneficia? Mi amor por la música es un amor desinteresado y sólo ese amor me hace mejor. En una sociedad corrompida por la dictadura del beneficio, el conocimiento es la única forma de resistencia. Porque con el dinero se puede comprar cualquier cosa; parlamentarios, políticos, jueces, el éxito, la vida erótica. Sólo hay una cosa que no se compra con dinero: el conocimiento. Si soy un gran magnate y quiero comprar el saber, ni un cheque en blanco me valdría. El precio del saber es el esfuerzo personal. El conocimento no se compra, se conquista.



Fuente: eldiario.es

¿Qué les queda a los jóvenes? Un poema de Mario Benedetti.

¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.

"La estrella". Un poema de Rabindranath Tagore (India)

El río avanza, mansamente, abriendo la noche.
Las estrellas, desnudas, tiemblan en el agua.

El río traza una línea de rumor en el silencio.
He abandonado mi barca al capricho de las aguas.

Tendido cara al cielo pienso en ti que duermes, extraviada entre los sueños.
Tal vez ahora me sueñes, amor mío de nocturnos, húmedos ojos estrellados.
Pronto mi barca ha de pasar frente a tu casa, amor mío, extendida en tu sueño
como un río.

Tal vez por mí palpite tu dormida boca entreabierta.
Llega una ráfaga de fruta y de jazmín.

Este viento ha pasado por tu casa y en él
toco tu sueño y aspiro tu aroma y beso tu boca, amor mío que tal vez ahora
andas conmigo, en un jardín, por tu sueño.

Detrás de tu oreja, entre los cabellos, húmedos del baño todavía, arde un jazmín, en tu sueño.
Dame la mano y mírame a los ojos, en tu sueño, amor mío, y suavemente arrástrame al círculo mágico en que ahora, dormida, sonríes.

Ya veo, entre la sombra de la orilla, una lucecita que me mira con amoroso parpadeo.
Es tu casa: para mí la más dulce, la más cercana y lejana de las estrellas, amor mío.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Morir muy vivos. Un artículo de Rosa Montero.

Vi la notica en el periódico hace unos días. Una mujer de 94 años,Fernanda Pozo Carreño, acaba de sacarse la licenciatura de Química en la Universidad de Murcia. Venía foto y todo: una anciana pizpireta luciendo con ufano tronío la beca azul de su graduación cruzada sobre el pecho. Al parecer Fernanda comenzó sus estudios en 1941. Eran tiempos difíciles, y más para las mujeres. Por entonces sólo había cinco alumnas en toda la facultad, incluyéndola a ella. En 1949, quedándole tan sólo una asignatura para terminar, abandonó la carrera. “Por motivos personales”, dice Fernanda ahora con discreta reserva. Tuvo que ser muy duro; tardó ocho largos años en llegar hasta allí y después, rozando su sueño, lo dejó. O tal vez la obligaron a dejarlo. No quiero ni imaginar lo que hubo detrás, pero sin duda fue una herida profunda que arrastró durante 67 años. Hasta que ahora, nonagenaria, en silla de ruedas y con delicioso arrojo, se empeñó en titularse.

Esta pequeña y preciosa historia me recuerda la proeza de Minna Keal, a la que ya me he referido alguna vez en estos artículos. Minna fue una inglesa nacida en 1909 que en su juventud estudió música. También ella tuvo que dejar la carrera sin terminar a los 20 años, en este caso por razones económicas: huérfana de padre, tuvo que ponerse a trabajar en el negocio familiar, una librería de textos en hebreo. Se casó, tuvo hijos, se divorció, se volvió a casar; se afilió al partido comunista, organizó una asociación de ayuda para sacar niños judíos de la Alemania nazi, se marchó del PC; trabajó de secretaria en diversos empleos y se jubiló cuando le llegó la edad. Toda una vida, en fin. Tras la jubilación, decidió retomar sus estudios de música. Empezó a componer y en 1989 consiguió que le estrenaran una obra. Era una sinfonía y la tocaron en los BBC Proms, unos conciertos muy importantes que se celebran en Londres. Fue un gran éxito. Minna tenía 80 años. A partir de entonces y hasta su muerte a los 90, Keal se convirtió en una de las compositoras contemporáneas más importantes de Europa. “Creía que estaba llegando al final de mi vida, pero ahora me siento como si la estuviera empezando. Me siento como si estuviera viviendo la vida al revés”, dijo en una entrevista. Pura magia.

La historia de Minna Keal es monumental e inspiradora, pero todos sabemos que es muy difícil, por no decir imposible, alcanzar algo así. Sin embargo, la proeza de Fernanda está a nuestro alcance: basta con no tirar la toalla. Vivir es perder: vas perdiendo futuro, libertad de elección, capacidades físicas y psíquicas; pierdes oportunidades, salud, seres queridos, además de cabellos, vista, dientes, memoria, músculos, agilidad, tersura, cosas que en realidad son una fruslería comparadas con las pérdidas que he citado anteriormente. Uno empieza a envejecer desde la cuna y desde muy pronto te echas una mochila a las espaldas, la mochila de tu propia existencia, que se va llenando rápidamente con las piedras de tus actos y de tus omisiones, del daño que te han hecho y del daño que hiciste, de los sueños rotos y de las cobardías.

No todo es perder, es cierto. Si te esfuerzas mucho y bien, porque no viene de fábrica, ganas conocimiento del mundo y de ti mismo, empatía, sosiego y, en suma, algo que podríamos denominar sabiduría. Pero creo que para ello hay que mantenerse alerta y no darse nunca por vencido. Como hizo Minna Keal, por supuesto; pero también como hizo Fernanda. La vejez es la etapa heroica de la vida; no es para blandengues, como dice el refrán estadounidense. Pero también es un tiempo para saldar cuentas. No creo que haya que dejarse llevar por el peso de los días como un leño podrido al que las olas arrojan finalmente a la playa. Uno siempre puede intentar sacarse alguna de las piedras que lleva a la espalda, decir las cosas que nunca se atrevió a decir, cumplir en la medida de lo posible los deseos arrumbados, rescatar algún sueño que quedó en la cuneta. No rendirse, esa es la clave. Y sobre todo decirse: ¿y por qué no? Porque la vejez no está reñida con la audacia. Debemos aspirar a morir muy vivos.
Fuente: elpaissemanal.elpais.com/columna/morir-muy-vivos/

Cortos para trabajar por la NO VIOLENCIA.

Hay para todos gustos y edades. Desde aquellos que hablan de las guerras (This land is mine) y de las terribles consecuencias de éstas (Tres pequeñas puntadas, Bear Story) a los que hablan de violencia en las clases (buling) y en el ámbito domestico (violencia de género) Y por supuesto cortos para educar en el diálogo (El puente, Da forma, color, paz a tu diálogo) -estos los deberíamos ver una y otra vez todos y tener claro que en todo en toda negociación hay que ceder: no puedes imponer tu postura- , cortos que nos muestran la necesidad de entender el mundo al margen de la fuerza (Abrazos), cortos para aprender a convivir cediendo y no imponiendo (For the birds) y por supuesto, cortos que nos hacen creer que otro mundo mucho más solidario es posible (La flor más grande del mundo) CONTINUAR LEYENDO

Fuente: rz100arte.com/

sábado, 10 de diciembre de 2016

Aproximación a las seis acciones principales de una biblioteca escolar. José García Guerrero.

Son muchas las ocasiones en que el profesorado me demanda claridad y brevedad a la hora de formular las acciones o tareas que ha de llevar a cabo una biblioteca escolar. Me reclaman una exposición en "dos, tres minutos". Me retan a una respuesta contenida en "varios tuits". No resulta fácil colmar una petición de esta naturaleza, pues todo viene mediatizado por el contexto de trabajo, por los recursos disponibles, por la percepción que de la biblioteca tenga el profesorado, por el conocimiento de los cometidos y potencialidades de este recurso del centro.

Si abundamos en una relación pormenorizada de los ámbitos de actuación y de las múltiples funciones que una biblioteca escolar puede desarrollar, es posible que caigamos en frustración por lo "poco" que en el contexto escolar contemporáneo puede hacer. Es evidente que cada centro va a sacarle el partido que crea más conveniente a su biblioteca y, por tanto, esta abordará con mayor o menor intensidad una o varias acciones propias, adecuadas y beneficiosas para el proyecto educativo, que es lo que nos interesa. De esta forma cada biblioteca escolar generará su impronta en función de las necesidades y prioridades que marque el colegio o el instituto. En unas tendrá un papel relevante el fomento de la lectura, en otras la intervención con las familias, en otras la realización de talleres de programas formativos, etc., singularizándose su actuación en función del contexto. De hecho, es lo que sucede en numerosas bibliotecas escolares que se centran en aquello que pueden realizar con garantías y eficacia en función de los recursos y medios disponibles. Postura lógica y acertada. CONTINUAR LEYENDO.
Fuente: bibliotecasescolaresactivas.blogspot.com.es/

jueves, 8 de diciembre de 2016

Canción para un niño en la calle...Mercedes Sosa..Calle 13.


LETRA DE LA CANCIÓN


Luisa Etxenike: La literatura es libertad y la libertad es siempre ser otro (Entrevista).

Es de aspecto menudo, casi frágil, Luisa Etxenike. Sin embargo la mirada traviesa, de una curiosidad hambrienta, que recorre todo y a todos, la traiciona. Nos deja ver, detrás de la intelectual de pelo gris y curriculum importante, a la joven fuerte y determinada, a la escritora ávida de absorber hasta el mínimo detalle del mundo a su alrededor, a la mujer dispuesta a sumergirse en la vida sin permitir que se le escurra entre los dedos.

Luisa Etxenike es la invitada de uno de los encuentros culturales que organizan todos los meses, en la Universidad neoyorquina CUNY, los escritores Alejandro Varderi y Nora Glickman, editores de la revista literaria Enclave. Llega con su último poemario, El arte de la pesca traducido al inglés con el título The Art of Fishing.

En el salón de CUNY el aire se pone denso cuando la escritora en español y Varderi en inglés comienzan a leer algunos versos del poemario. Las palabras, pocas, los silencios, profundos, elocuentes, cuentan una historia de violencia desgarradora. Son pinceladas que susurran lo que no se puede gritar, que encierran, como paredes de casa con apariencia de hogar, que engañan como lo hace el cariño que mimetiza el abuso. Un niño y un pez, una extraña solidaridad; el pez que agoniza silencioso mientras, en igual silencio, agoniza la infancia.

La violencia es uno de los temas recurrentes de la narrativa de Luisa Etxenike.

– Cuando vives en una atmósfera de violencia, como la que vivimos en el País vasco a raíz antes de la dictadura de Franco y luego del terrorismo etarra, estás constantemente en contacto con el sufrimiento, la oscuridad, la negación y la ocultación. El miedo acalla. Para poder hablar literariamente sobre la violencia, he tenido que hacer un aprendizaje a través de otras miradas. Fui también durante un tiempo abogada, y el Derecho me ha permitido conocer el mundo del delito, y he trabajado muchos años en prensa, primero como columnista de El Mundo y luego, durante más de 15 años de El País. Experiencias que, de algún modo, han exacerbado mi atención hacia ciertos temas. He escrito mucho sobre violencia de género. Yo lo llamo terrorismo de género porque la violencia íntima, la que sucede en las casas, también es una violencia pública, tiene una dimensión política. Cuando hablamos de un acto terrorista en el cual mueren muchas personas y de un hombre que mata a hachazos a su mujer, creo que estamos hablando de la misma violencia. Muchos de mis protagonistas son muy jóvenes, pertenecen a esa edad en la que desaparece el mundo de la infancia y comienza otro. Viven momentos pliegue. La violencia contra los menores coloca la interrogación sobre la naturaleza humana en un punto máximo. Es lo más inconcebible de lo inconcebible. Ivan Karamazov afirma que no puede haber un dios que permita el sufrimiento de un niño y recuerdo una canción de Mercedes Sosa que recita “es honra de los hombres proteger lo que crece”. La violencia contra los niños en el ámbito familiar, en esas estructuras tan burguesas como las que refleja mi libro, exacerba los tapujos sociales: el callar, el ocultar, la hipocresía. La infancia, la protección, el abandono de los menores se han vuelto elementos centrales de nuestras sociedades. 

Fuente: www.viceversa-mag.com

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ya se puede acceder en euskera, catalán y gallego a la Declaración sobre la lectura compartida en voz alta y que lleva por título "De la voz a las letras”.

Hace ya unos meses, un importante grupo de organizaciones de carácter cultural, educativo y sanitario suscribieron una declaración pública titulada 'De la voz a las letras' en la que se resalta la importancia de la lectura en voz alta en la infancia. Es un documento de gran valor, cuyas reflexiones pueden interesar a muchas personas. Ahora, dicha declaración se publica también en euskera, catalán y gallego. Desde AQUÍ podéis acceder a las mismas.

Da voz ás letras - Ahotsetik idazkera - De la veu a les lletres


martes, 6 de diciembre de 2016

La carta robada. Un cuento de Edgar Allan Poe (traducción de Julio Cortázar)

Nil sapientiae odiosius acumine nimio.
Séneca
Me hallaba en París en el otoño de 18… Una noche, después de una tarde ventosa, gozaba del doble placer de la meditación y de una pipa de espuma de mar, en compañía de mi amigo C. Auguste Dupin, en su pequeña biblioteca o gabinete de estudios del n.° 33, rue Dunot, au troisième, Faubourg Saint-Germain. Llevábamos más de una hora en profundo silencio, y cualquier observador casual nos hubiera creído exclusiva y profundamente dedicados a estudiar las onduladas capas de humo que llenaban la atmósfera de la sala. Por mi parte, me había entregado a la discusión mental de ciertos tópicos sobre los cuales habíamos departido al comienzo de la velada; me refiero al caso de la rue Morgue y al misterio del asesinato de Marie Rogêt. No dejé de pensar, pues, en una coincidencia, cuando vi abrirse la puerta para dejar paso a nuestro viejo conocido G…, el prefecto de la policía de París.

Lo recibimos cordialmente, pues en aquel hombre había tanto de despreciable como de divertido, y llevábamos varios años sin verlo. Como habíamos estado sentados en la oscuridad, Dupin se levantó para encender una lámpara, pero volvió a su asiento sin hacerlo cuando G… nos hizo saber que venía a consultarnos, o, mejor dicho, a pedir la opinión de mi amigo sobre cierto asunto oficial que lo preocupaba grandemente.

-Si se trata de algo que requiere reflexión -observó Dupin, absteniéndose de dar fuego a la mecha- será mejor examinarlo en la oscuridad.

-He aquí una de sus ideas raras -dijo el prefecto, para quien todo lo que excedía su comprensión era «raro», por lo cual vivía rodeado de una verdadera legión de «rarezas».

-Muy cierto -repuso Dupin, entregando una pipa a nuestro visitante y ofreciéndole un confortable asiento.

-¿Y cuál es la dificultad? -pregunté-. Espero que no sea otro asesinato.

-¡Oh, no, nada de eso! Por cierto que es un asunto muy sencillo y no dudo de que podremos resolverlo perfectamente bien por nuestra cuenta; de todos modos pensé que a Dupin le gustaría conocer los detalles, puesto que es un caso muy raro. CONTINUAR LEYENDO

"Cumpleaños de amor". Un poema de Ángel González



¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano,
de corazón en corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-que importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

FOMENTO Y COMPRENSIÓN LECTORA

lunes, 5 de diciembre de 2016

Tertulia Literaria con el libro de Antonio Santa Ana, "Los ojos del perro siberiano".

La semana pasada participé en una Tertulia Literaria Dialógica de un grupo de Educación de Personas Adultas del Centro de Peñascal-Bolueta en el que dialogamos mediados por el libro de Antonio Santa Ana, Los ojos del perro siberiano. Este texto lo he utilizado en diferentes tertulias y siempre ha provocado unos diálogos de gran riqueza y profundidad. La temática anda alrededor del SIDA en el contexto de una familia argentina bien situada que tiene dos hijos. El mayor es el que adquiere la enfermedad, que acabará provocándole la muerte, y es el pequeño el que cuenta los distintos avatares que se producen en su familia y entorno al hilo del suceso. 

A pesar de mi confianza en el libro por la experiencia de anteriores tertulias, estaba expectante por ver qué iba a ocurrir en aquella Tertulia. El grupo, de alrededor de 25 personas, está formado principalmente por jóvenes de aquí y venidos de otros países. Los de aquí son personas que abandonaron sus estudios y los de fuera son jóvenes que no han tenido tantas oportunidades de estudiar, a lo que hay que añadir que el idioma de la tertulia no es el suyo. Además, esta era la tercera sesión de Tertulias. La primera fue de explicación y alguna pequeña práctica con textos cortos, como el de Augusto Monterroso, La rana que quería ser una auténtica rana. Para la segunda sesión, ya propiamente como tertulia, escogimos un poema de Miguel Hernández, La nana de la cebolla, y el cuento de Manuel Rivas, La lengua de las mariposas, y he de confesar que estuvo bastante bien. Ahora bien, el libro de esta vez tenía ya un número de páginas no excesivo, pero sí significativo. 

Antes de entrar al aula charlé con algunos alumnos jóvenes y me quedé gratamente sorprendido cuando me dijeron que lo habían leído muy a gusto y que les había encantado. Luego, tras leer y comentar un poema de Gioconda Belli, El hombre que me ame, iniciamos la Tertulia. La segunda sorpresa de la tarde fue comprobar que todos habían leído el texto -luego me enteré de la gran labor que habían hecho en este campo sus profesores: Ibane y Aitor-. En cuanto a la opinión sobre el mismo, todas fueron favorables. Incluso alguno confesó que era el primer libro completo que leía en su vida. Después iniciamos el diálogo con alta participación, y he de confesar que al final, después de dos horas, tuvimos que correr porque si no no nos daba tiempo de terminarlo. En fin, una enriquecedora experiencia que vamos a continuar la semana que viene. Ya os contaré. (Por cierto, el libro no se ha publicado en España, pero si queréis lo podéis bajar de Inernet, por ejemplo, en esta dirección: http://llevatetodo.com/libros/0609.pdf).