lunes, 28 de febrero de 2022

"NO HACE LA DIFERENCIA PARA MÍ". Un poema del ucraniano Taras Shevchenko (1814-1861)

No me
importa si viviré o no en Ucrania
o si alguien pensará en
mí en medio de la nieve y la lluvia extranjeras.
No hace la diferencia para mí.

En la esclavitud crecí en medio de extraños, sin ser
arrastrado por ningún pariente mío;
En la esclavitud ahora moriré
y desapareceré sin ninguna señal.
No dejaré el menor rastro
sobre nuestra gloriosa Ucrania,
nuestra tierra, pero no como la nuestra.
Ningún padre le recordará a su hijo
ni le dirá: "Repita una oración,
una oración por él; por nuestra Ucrania.
Lo torturaron en su guarida".

No me importa
si ese hijo dice una oración o no.
Para mí es una gran diferencia que la
gente malvada y los hombres malvados
ataquen nuestra Ucrania, una vez tan libre,
y la roben y saqueen a voluntad.
Eso hace una gran diferencia para mí.

Taras Shevchenko,
prisión de la ciudadela de San Petersburgo, mayo de 1847
Traducido por Clarence A. Manning, Universidad de Columbia, Nueva York, 1944

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domingo, 27 de febrero de 2022

El papel de pared amarillo. Un cuento de Charlotte Perkins, socióloga, novelista, feminista y cuentista estadounidense.

Charlotte Perkins Gilman (1860 – 1935) fue una destacada socióloga, novelista y cuentista estadounidense, que además escribió poesía y obras de no ficción, e impartió conferencias para la Reforma social. Durante un tiempo fue una utópica feminista cuando sus logros eran excepcionales entre las mujeres, y sirvió de modelo para futuras generaciones de feministas debido a sus ideas y estilo de vida poco ortodoxos. Su obra más conocida actualmente es un cuento semiautobiográfico, El papel de pared amarillo ("The Yellow Wallpaper"), que escribió durante un brote severo de depresión postparto, algo que, como otro tipo de enfermedades mentales, cuando se trataba de mujeres, era calificado y tratado como histeria por aquellas épocas.

El papel de pared amarillo

No es nada habitual que gente corriente como John y yo alquile casas solariegas para el verano.
Una mansión colonial, una heredad... Diría que una casa encantada, y llegaría a la cúspide de la felicidad romántica. ¡Pero eso sería pedir demasiado al destino!
De todos modos, diré con orgullo que hay algo extraño en ella.
Si no, ¿por qué iba ser tan barato el alquiler? ¿Y por qué iba a llevar tanto tiempo desocupada?
John se ríe de mí, claro, pero es lo que se espera del matrimonio.
John es sumamente práctico. No tiene pacien­cia con la fe, la superstición le produce un horror intenso, y se burla abiertamente en cuanto oye hablar de cualquier cosa que no se pueda tocar, ver y reducir a cifras.
John es médico, y es posible (claro que no se lo diría a nadie, pero esto lo escribo sólo para mí, y con gran alivio por mi parte), es posible, digo, que ése sea el motivo de que no me cure más deprisa.
¡Es que no se cree que esté enferma!
¿Y qué se le va a hacer?
Si un médico de prestigio, que además es tu marido, asegura a los amigos y a los parientes que lo que le pasa a su mujer no es nada grave, sólo una depresión nerviosa transitoria (una ligera propensión a la histeria), ¿qué se le va a hacer? 
Mi hermano, que también es un médico de prestigio, dice lo mismo.
O sea, que tomo no sé si fosfatos o fosfitos, y tónicos, y viajo, y respiro aire fresco, y hago ejercicio, y tengo terminantemente prohibido «trabajar» hasta que vuelva a encontrarme bien.
Personalmente disiento de sus ideas.
Personalmente creo que un trabajo agradable, interesante y variado, me sentaría bien.
Pero ¿qué se le va a hacer?
Durante una temporada sí que escribí, a pesar de lo que dijeran; pero es verdad que me agota bastante. Tener que llevarlo con tanto disimulo, a riesgo de topar con una oposición firme... CONTINUAR LEYENDO

Poesía sobre la paz. Gloria Fuertes


"LA PERLA". Un cuento de Yukio Mishima

El 10 de diciembre era el cumpleaños de la señora Sasaki. La señora Sasaki deseaba celebrar el acontecimiento con el menor ajetreo posible y solamente había invitado para el té a sus más íntimas amigas, las señoras Yamamoto, Matsumura, Azuma y Kasuga, quienes contaban exactamente la misma edad que la dueña de casa. Es decir, cuarenta y tres años.

Estas señoras integraban la sociedad “Guardemos nuestras edades en secreto” y podía confiarse plenamente en que no divulgarían el número de velas que alumbraban la torta. La señora Sasaki demostraba su habitual prudencia al convidar a su fiesta de cumpleaños solamente a invitadas de esta clase.

Para aquella ocasión la señora Sasaki se puso un anillo con una perla. Los brillantes no hubieran sido de buen gusto para una reunión de mujeres solas. Además, la perla combinaba mejor con el color de su vestido.

Mientras la señora Sasaki daba una última ojeada de inspección a la torta, la perla del anillo, que ya estaba algo floja, terminó por zafarse de su engarce. Era aquel un acontecimiento poco propicio para tan grata ocasión, pero hubiera sido inadecuado poner a todos al tanto del percance. La señora Sasaki depositó, pues, la perla en el borde de la fuente en que se servía la torta y decidió que luego haría algo al respecto.

Los platos, tenedores y servilletas rodeaban la torta. La señora Sasaki pensó que prefería que no la vieran llevando un anillo sin piedra mientras cortaba la torta y, muy hábilmente, sin siquiera darse vuelta, lo deslizó en un nicho ubicado a sus espaldas.

El problema de la perla quedó rápidamente olvidado en medio de la excitación producida por el intercambio de chismes y la sorpresa y alegría que producían a la dueña de casa los acertados regalos de sus amigas. Muy pronto llegó el tradicional momento de encender y apagar las velas de la torta. Todas se congregaron agitadamente alrededor de la mesa, cooperando en la complicada tarea de encender cuarenta y tres velitas.

Tampoco podía esperarse que la señora Sasaki, con su limitada capacidad pulmonar, apagara de un solo soplido tantas velas y su apariencia de total desamparo suscitó no pocos comentarios risueños.

Después del decidido corte inicial, la señora Sasaki sirvió a cada invitada una tajada del tamaño deseado en un pequeño plato que, luego, cada una llevaba hasta su respectivo asiento. Alrededor de la mesa se produjo una confusión bastante considerable. Todas extendían sus manos al mismo tiempo. CONTINUAR LEYENDO


sábado, 26 de febrero de 2022

"GUERRA". Un poema de Miguel Hernández.

Todas las madres del mundo,
ocultan el vientre, tiemblan,
y quisieran retirarse,
a virginidades ciegas,
el origen solitario
y el pasado sin herencia.
Pálida, sobrecogida
la fecundidad se queda.
El mar tiene sed y tiene
sed de ser agua la tierra.

Alarga la llama el odio
y el amor cierra las puertas.
Voces como lanzas vibran,
voces como bayonetas.
Bocas como puños vienen,
puños como cascos llegan.
Pechos como muros roncos,
piernas como patas recias.
El corazón se revuelve,
se atorbellina, revienta.
Arroja contra los ojos
súbitas espumas negras.

La sangre enarbola el cuerpo,
precipita la cabeza
y busca un hueco, una herida
por donde lanzarse afuera.

La sangre recorre el mundo
enjaulada, insatisfecha.
Las flores se desvanecen
devoradas por la hierba.
Ansias de matar invaden
el fondo de la azucena.
Acoplarse con metales
todos los cuerpos anhelan:
desposarse, poseerse
de una terrible manera.

Desaparecer: el ansia
general, creciente, reina.
Un fantasma de estandartes,
una bandera quimérica,
un mito de patrias: una
grave ficción de fronteras.

Músicas exasperadas,
duras como botas, huellan
la faz de las esperanzas
y de las entrañas tiernas.
Crepita el alma, la ira.
El llanto relampaguea.
¿Para qué quiero la luz
si tropiezo con tinieblas?

Pasiones como clarines,
coplas, trompas que aconsejan
devorarse ser a ser,
destruirse, piedra a piedra.
Relinchos. Retumbos. Truenos.
Salivazos. Besos. Ruedas.
Espuelas. Espadas locas
abren una herida inmensa.

Después, el silencio, mudo
de algodón, blanco de vendas,
cárdeno de cirugía,
mutilado de tristeza.
El silencio. Y el laurel
en un rincón de osamentas.
Y un tambor enamorado,
como un vientre tenso, suena
detrás del innumerable
muerto que jamás se aleja.


"CIERTA GENTE". Un poema de Wislawa Szymborska sobre el deambular de los refugiados


Cierta gente huyendo de otra gente.
En cierto país bajo el sol
y bajo ciertas nubes.

Dejando atrás sus todos respectivos,
campos sembrados, ciertas gallinas, perros,
espejos en los que ahora sólo el fuego se contempla.

Llevan a la espalda hatillos y cántaros
día tras día más pesados, cuanto más vacíos.

El agotamiento de alguien tiene lugar en silencio,
y en el tumulto, el arrancamiento a alguien de su pan
y el acunamiento del niño muerto de alguien.

Ante ellos un incesante "por aquí no",
no es ése el puente que necesitan
sobre un río extrañamente rosado.
Alrededor unos disparos, a veces más cerca, a veces más lejos,
en lo alto un avión que parece dar vueltas.

Vendría bien alguna invisibilidad,
alguna oscura pedregosidad,
y aún mejor un no-haber-sido
por un tiempo breve o incluso largo.

Alto todavía ocurrirá, pero dónde y qué.
Alguien saldrá a su encuentro, pero cuándo, quién,
desempeñando qué papel y con qué intenciones.
Si tiene elección,
quizás no quiera ser un enemigo
y los deje con cierta vida por delante.


(Traducción de David Carrión Sánchez)

jueves, 24 de febrero de 2022

"ÁRBOLES PETRIFICADOS". Un excelente cuento de Amparo Dávila

Es de noche, estoy acostada y sola. Todo pesa sobre mí como un aire muerto; las cuatro paredes me caen encima como el silencio y la soledad que me aprisionan. Llueve. Escucho la lluvia cayendo lenta y los automóviles que pasan veloces. El silbato de un vigilante suena como un grito agónico. Pasa el último camión de medianoche. Medianoche, también entonces era la medianoche... Reposamos, la respiración se ha ido calmando y es cada vez más leve. Somos dos náufragos tirados en la misma playa, con tanta prisa o ninguna como el que sabe que tiene la eternidad para mirarse. Nada que no sea nosotros mismos importa ahora, sorprendidos por una verdad que sin saberlo conocíamos. Nos hemos buscado a tientas desde el otro lado del mundo, presintiéndonos en la soledad y el sueño. Aquí estamos. Reconociéndonos a través del cuerpo. Nos hemos quedado inmóviles, largo rato en silencio, uno al lado del otro. Tu mano vuelve a acariciarme y nuestros labios se encuentran. Una ola ardiente nos inunda, caemos nuevamente, nos hundimos en un agua profunda y nos perdemos juntos. Suspiras. Yo también. Estamos de vuelta. Ha pasado el tiempo, minutos o años, ya nada está igual. Todo se ha transformado. Se abren jardines y huertos; se abre una ciudad bajo el sol, y un templo olvidado resplandece. Afuera transcurre plácida la noche y en el viento llega un lejano rumor de campanas. No quisiera escucharlas. Suenan a ausencia y a muerte, y me ciño de nuevo a tu cuerpo como si me afianzara a la vida. La desesperanza florece en una pasión que está más allá de las palabras y las lágrimas. “Es muy tarde” dices. “Tendrás que irte…” Me siento al borde de la cama como si estuviera a la orilla del mundo, del espacio en que hemos navegado como planetas reencontrados. Te contemplo vistiéndote con prisa y sin cuidado, yo me pongo una bata con desgana y tengo que hacer un gran esfuerzo para levantarme y caminar hasta la puerta a despedirte. No hablamos. Pueden oírnos y descubrir que nos hemos amado apresurada y clandestinamente en esta noche que empieza a caérseme en pedazos. Las campanas siguen tocando y llegan cada vez más claras en el viento de la madrugada, su sonido nos envuelve como un agua azul llena de peces. Llegamos cogidos de la mano hasta la puerta y nos besamos allí como los que se besan en los muelles. La puerta se cierra tras de ti y es como una página que termina y uno quisiera alargar toda la vida. No logro entender que ya te has ido y que estoy de nuevo sola. Abro la ventana y el aire frío del amanecer me azota la cara. Tiemblo de pies a cabeza y comienzo de pronto a sentir miedo, miedo de que mañana, hoy, todo se desvanezca o termine como niebla que la luz deshace. Vivimos una noche que no nos pertenece, hemos robado manzanas y nos persiguen. Quiero verme el rostro en un espejo, saber cómo soy ahora, después de esta noche... Ha llegado. La llave da vuelta en la cerradura. La puerta se abre. Voy a fingir que duermo para que no me moleste, no quiero que me interrumpa ahora que estoy en esa noche, esa que él no puede recordar, noches y días sólo nuestros, que no le pertenecen. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 23 de febrero de 2022

"MILONGA DEL MORO JUDÍO". Jorge Drexler


Por cada muro un lamento
en jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo.
No hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos.
No sé que dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.

No hay muerto que no me duela
no hay un bando ganador
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera.
Vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos.
No sé que dios es el mío
ni cuales son mis hermanos

Y a nadie le dí permiso
para matar en mi nombre.
Un hombre no es más que un hombre
y si hay dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido.
Rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya.
Y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido

OTRO DE FORGES Y LA LECTURA


 

domingo, 20 de febrero de 2022

"HOGAR DE ANCIANAS". Un poema de Sylvia Plath

Fragmentadas en negro, como escarabajos,
frágiles como loza antigua ,
un soplo podría romperse en pedazos,
las ancianas se arrastran aquí
para tomar el sol en las rocas o apoyarse
contra la pared
cuyas piedras mantienen un poco de calor.
Las agujas se tejen en un contrapunto de pico de pájaro
a sus voces:
Hijos, hijas, hijas e hijos,
Distantes y fríos como fotos,
Nietos que nadie conoce.
La edad viste el mejor tejido negro,
rojo óxido o verde como los líquenes.

El canto de la lechuza, los viejos fantasmas acuden
para sacarlos del césped.
Desde las camas encajonadas como ataúdes,
las señoras con gorro sonríen.
Y la Muerte, ese buitre calvo,
se cala en los pasillos donde la mecha de la lámpara se
acorta con cada respiración.

 

viernes, 18 de febrero de 2022

"NIÑOS Y NIÑAS". Luis Maria Pescetti

Queridos alumnas y queridas alumnos: en nuestro escuela hubo demasiados peleas entre los niñas y las niños. Deberían ser buenas compañeros y, sin embargo, se presentaron mu chas problemas. Las niños de cuarta grado dijeron unos palabras feos a los niños de quinta grado. Pero estos niñas de quinta grado, antes, ya habían escrito unos frases feos en el pared de sexta grado. Hablamos con el madre y la padre de estos alumnas y estas alumnos; pero sin una resultado. Después de un semana de tranquilidad, unos graciosas rompieron el ventana de la laboratorio por querer hacer un broma que les salió mal. ¿Por qué no juegan al muñeca o la fútbol? ¡Si están en un edad precioso, queridos niñas! El conducta ya no es como antes en esta establecimiento. La respeto que había, el educación en la trato se perdieron.

Pero el escuela no está para castigarlas o castigarlos, pensamos en fomentar el amistad entre ustedes. Organizamos una concurso de dibujos con esta tema de: Mi amigo la niña y mi amiga el niño. Podrán participar todos y todas. Las temas de las dibujos pueden ser el amistad, el familia, el casa, el mascota, el ciudad, el naturaleza.

Les dejamos algunas ejemplos:

  • Tengo una gran ami go con una novio que quiere ser bombera.
  • El perra juega con la gato, encima del cama de la departamento de mi tía querido.
  • La cenicero, el camisa, la árbol, la semáforo y el corbata. ¡Todo puse en la di bu jo que regalaré a mi buena amigo!
  • Fuimos de picnic con la grupo del escuela, ¡y nos olvidamos los servilletas!
  • Te quiero más que al Luna y la Sol. ¡Te quiero hasta la cielo por la amor que experimento!
  • ¡Qué hermosa cuerpo tiene la hermano de mi querida amigo!

miércoles, 16 de febrero de 2022

"¿Y TÚ, DE QUÉ SECTA EDUCATIVA ERES?. Por Jordi Martí, publicado en XarxaTIC el 13 de febrero de 2022

En el ámbito educativo hay numerosas sectas, si entendemos como tales «un grupo o movimiento de personas que exhibe gran o excesiva devoción a una persona, idea o cosa y que ejerce técnicas manipulativas o coercitivas de persuasión y control para aumentar la sugestión y el servilismo de sus integrantes hacia su líder —o líderes— al grado de que el individuo dependa del grupo y tema dejarlo. Todo esto para conseguir los objetivos del líder y en posible detrimento de los individuos, sus familias y su comunidad» (fuente).
  • Quizás no sea tan exagerado o visible la definición en educación pero, si de la misma fuente anterior extraemos los puntos para que algo pueda ser considerado secta y que os transcribo y traduzco a continuación, ya pueden empezar a sonaros ciertas cosas…
  • El grupo centra toda su atención en el líder (o líderes) viviente y tiene un compromiso incuestionable hacia él.
  • El grupo se preocupa fuertemente por conseguir nuevos miembros y generar dinero (usualmente, estas dos tareas están relacionadas porque el dinero se obtiene de las membresías).
  • El cuestionamiento, las dudas y el disenso son desalentados e incluso castigados. Una técnica común para hacerlo, por ejemplo, es decir que, al actuar de esta forma, el individuo está truncando su propio éxito y el de la comunidad que es una secta.
  • Otra técnica que utilizan para fomentar la falta de cuestionamiento y a la vez vulnerar a las víctimas es la práctica cotidiana de sesiones de grupo en que se involucre la meditación, la hipnosis o la enunciación de experiencias dolorosas y traumáticas de individuos.
  • El líder controla en menor o mayor medida los pensamientos, acciones e incluso sentimientos del resto de la organización, llegando incluso a ser quien dicta con quién puede hablar y por cuánto tiempo, cómo vivir su vida, si debe cambiar de trabajo y cómo educar a sus hijos, entre otras cosas.
  • El grupo es elitista en el sentido de que aseguran ser especiales por pertenecer a la comunidad en cuestión que sigue al gurú, el miembro más especial de su grupo y, a sus ojos, del mundo, pues está, supuestamente, en la misión de ayudar a miles con sus enseñanzas.
  • El grupo presenta una mentalidad polarizada y tribal de “ellos contra nosotros”, haciendo del resto de la sociedad un enemigo contra lo que es una secta.
  • El líder no le rinde cuentas a nadie, ni a sus seguidores ni a autoridades o instituciones sociales.
  • Dentro del grupo se enseña que la “nobleza” o lo “grande” de sus fines justifica los medios para conseguirlos
  • El líder induce un sentimiento de culpa e incluso odio a sí mismos entre sus seguidores para mantener el control ante la posibilidad de rechazo de éste y el resto del grupo que es una secta.
  • El involucramiento de los miembros en la organización les ha hecho cortar contacto con familiares y amigos —vulnerando aún más al individuo al aislarlo—, además de renunciar a objetivos e intereses personales que mantenía antes de ser parte del grupo.
  • Los miembros deben dedicar un horario específico para el grupo e incluso pueden estar obligados a vivir o asistir a eventos del mismo.

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"CASA DE MISERICORDIA". Un poema de Joan Margarit

El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericòrdia.

El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Como la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.

martes, 15 de febrero de 2022

"LEER Y ESCRIBIR EN EL MUNDO SOCIAL". Obras escogidas de Judith Kalman (2018).

El volumen que tiene en sus manos recupera algunos de los textos más ilustrativos de la obra que la Dra. Judith Kalman ha desarrollado en el campo de la cultura escrita, en poco más de 20 años de vida académica. El trabajo desarrollado por ella a lo largo de su trayectoria ofrece una perspectiva novedosa: comprender el sentido que tiene la lectura y la escritura para las personas requiere entender primero las prácticas sociales en las cuales se utiliza el lenguaje escrito. En este sentido, los usos de la lectura y la escritura tienen que ver más con la participación en la vida social y las relaciones entre las personas, y menos como una cuestión de aprendizaje individual en donde leer y escribir consisten sólo en aprender y emplear las reglas de codificación del lenguaje escrito. En los textos reunidos en esta antología la autora explora y reflexiona sobre las prácticas letradas en diversos ámbitos de la vida social, bajo una mirada sociocultural.


El trabajo desarrollado por Judith Kalman a lo largo de su trayectoria, constituye un punto de referencia obligado para quienes se interesan en la temática de la cultura escrita porque ofrece una perspectiva novedosa: comprender el sentido que tiene la lectura y la escritura para las personas requiere entender primero las prácticas sociales en las cuáles se utiliza el lenguaje escrito. En este sentido, los usos de la lectura y la escritura tienen que ver más con la participación en la vida social y las relaciones entre las personas, y menos como una cuestión de aprendizaje individual en donde leer y escribir consisten sólo en aprender y emplear las reglas de codificación del lenguaje escrito. En los textos reunidos en esta antología la autora explora y reflexiona sobre las prácticas letradas en diversos ámbitos de la vida social, bajo una mirada sociocultural en la que el uso de la lectura y la escritura, así como su aprendizaje, son prácticas sociales que se entienden en función de los contextos de participación y de acuerdo a los intereses y a los propósitos de las personas. (Introducción. Óscar E. Hernández Razo)

CONTENIDO
Agradecimientos  9
Introducción  11
Alfabetización en teoría y práctica
La imaginación pedagógica. El alfabetizador y el nuevo enfoque 19
¿Qué tiene de novedoso el nuevo enfoque? Una respuesta desde la teoría y la práctica 29
Discusiones conceptuales en el campo de la cultura escritura 39
Alianzas en favor de la cultura escrita:
el acceso a la lectura y a la escritura a través de la mediación 61
La complejidad de traducir el concepto de Literacy 79
Leer y escribir en la escuela
El diseño, la práctica docente y las Tecnologías de Información en la educación básica  85
Los profesores y la tecnología: una mirada desde la perspectiva de la práctica social 95
Usar antes de saber: enseñar con tecnología en una escuela pública mexicana 119
El aprendizaje docente, las tecnologías digitales y las nuevas prácticas de lenguaje 139
Lo académico, la escritura y el giro digital 161
Leer y escribir en el mundo social

La composición conjunta.
La escritura colaborativa de cartas entre un escribano y su cliente en México  171
La alfabetización desde una perspectiva social:
los evangelistas en la Plaza de Santo Domingo   197
Aprender a escribir en la calle  217
El escribano público, mediador de la cultura escrita para la clase popular  239
De madres a hijas, del pueblo a la ciudad:
cambios en la identidad de la mujer en la construcción del ser letrado  253
La tecnología, la cultura escrita y el aprendizaje en dos microempresas en la Ciudad de México. Una mirada tras bambalinas  277

lunes, 14 de febrero de 2022

RUIDO DE PASOS. Un cuento de Clarice Lispector.

Tenía ochenta y un años de edad. Se llamaba doña Cándida Raposa.
Esa señora tenía el deseo irreprimible de vivir. El deseo se sustentaba cuando iba a pasar los días a una hacienda: la altitud, lo verde de los árboles, la lluvia, todo eso la acicateaba. Cuando oía a Liszt se estremecía toda. Había sido bella en su juventud. Y le llegaba el deseo cuando olía profundamente una rosa.
Pues ocurrió con doña Cándida Raposa que el deseo de placer no había pasado.
Tuvo, en fin, el gran valor de ir al ginecólogo. Y le preguntó, avergonzada, con la cabeza baja:
—¿Cuándo se pasa esto?
—¿Pasa qué, señora?
—Esta cosa.
—¿Qué cosa?
—La cosa —repitió—. El deseo de placer —dijo finalmente.
—Señora, lamento decirle que no pasa nunca.
Lo miró sorprendida.
—¡Pero ya tengo ochenta y un años de edad!
—No importa, señora. Eso es hasta morir.
—Pero ¡esto es el infierno!
—Es la vida, señora Raposo.
Entonces, ¿la vida era eso? ¿Esa falta de vergüenza?
—¿Y qué hago ahora? Ya nadie me quiere…
El médico la miró con piedad.
—No hay remedio, señora.
—¿Y si yo pagara?
—No serviría de nada. Usted tiene que acordarse de que tiene ochenta y un años de edad.
—¿Y… si yo me las arreglo solita? ¿Entiende lo que le quiero decir?
—Sí —dijo el médico—. Puede ser el remedio.
Salió del consultorio. La hija la esperaba abajo, en el coche. Cándida Raposo había perdido un hijo en la guerra. Era un soldado de la fuerza expedicionaria brasileña en la Segunda Guerra Mundial. Tenía ese intolerable dolor en el corazón: el de sobrevivir a un ser adorado.
Esa misma noche se dio una ayuda y solitaria se satisfizo. Mudos fuegos de artificio. Después lloró. Tenía vergüenza. De ahí en adelante utilizaría el mismo proceso. Siempre triste. Así es la vida, señora Raposo, así es la vida. Hasta la bendición de la muerte.
La muerte.
Le pareció oír ruido de pasos. Los pasos de su marido Antenor Raposo.

FIN
“Ruido de pasos”,
El viacrucis del cuerpo, 1974

"ABUELA". Un poema de la poeta uruguaya Marosa Di Giorgio.

Desde que te fuiste
siento que me llaman desde el trasmundo.
Sé que prendes lamparillas para mí
y haces rodar planetas silenciosos
por las casuarinas.
Anoche me desveló tu cabellera
golpeándome en la cara
como un viento largo,
liquen gigante, musgo crecido, lluvia de algas,
y me eché a ambular
por las habitaciones donde tú andabas,
tras de tu menudo azúcar fragante,
tu sabor de higos.
Yo no sé
hacia qué aire mirar, hacia qué cementerio;
lejos, en el campo, veo amarillear tu nombre,
cerca, entre las altas yerbas azules,
sé que un gran corazón ha partido su almendrario
y acuden pájaros ansiosos,
entre las altas yerbas, oh, muerta deliciosa,
te descompones en siete aromas, en siete colores,
voy a probar de ti.
Cadáver errante,
vas con las lejanas espigas mirando el cielo
y estremeces levemente las caderas
cuando llegan a poseerte los diablos del campo
y se caen higos de tus senos entreabiertos
y multiplicas moscas de alabastro;
y para mis secretas navidades
envías mariposas con extraños sellos,
mariposas fechadas en la muerte,
y postales ricas, espesas, casi comestibles,
con gusto a almendra,
postales que yo muerdo.
Yo no sé qué tierra mirar,
hacia qué aire,
pero conozco el sabor de tus huesos.
Dios, para entretenerse, te entrega sus cabras
de largas cabelleras azules,
y te envuelve en su propia cabellera,
larga y celeste y perfumada,
todo de glicinas.
Y tú te regocijas en Dios,
pero, no te olvidas de mí, y me nombras, y me sigues
/queriendo más que a nadie,
y en cierto modo me llevas allá
y juegas conmigo como con una muñeca.
Anoche te seguía por las oscuras habitaciones,
y vi que te desnudabas;
en la esquina de los roperos y las cómodas,
vi que te cambiabas de alas y de flores.
Sellas lo que yo pruebo,
reconozco tu azúcar,
me miran desde el agua
tus ojos de higo, de manzana.
Retrato errante,
furtiva gacela, te vas,
y vuelves, gacela inexorable,
a buscar tu cena,
tu ración de jazmines.
Alta madre,
vieja novia,
abuela, abuela
has inaugurado mi nombre,
hondo,
lejos,
en un paisaje de huesos y planetas.


domingo, 13 de febrero de 2022

"CATALINA Y LOS BOSQUES DE HORMIGÓN". Una obra de teatro de David Acera y Ana Laura Barros sobre la especulación del suelo.

A CATALINA no le gustan los tomates; mejor dicho, le gustan, pero prefiere otras cosas, como por ejemplo el aguacate. En su pueblo Valdemimbre hay tomates, hay aguacates, hay campos de trigo, hay gallinas y otros animales y hay casas y casitas, unas grandes y otras pequeñas, donde se alojan todos los vecinos. Pero en Valdemimbre, como en tantos otros sitios, empiezan a ocurrir cosas ingratas que van en contra de lo bello y de lo práctico, de la naturaleza y de lo útil que son para las personas los frutos que la naturaleza da.

Cuando llegan los especuladores – los que negocian abusivamente o aprovechando circunstancias desfavorables para otros –, que pretenden cubrir de cemento los tomates, los aguacates, los campos de trigo y las casas de los vecinos, destruyéndolas para levantar otras más altas y ganar con ellas mucho, muchísimo dinero, Catalina comprende que van a destruir Valdemimbre y busca «sin éxito» ayudas para impedirlo.

Un poeta irlandés, quizás el más famoso, llamado W. B. Yeats, escribió hace tiempo una obra de teatro: La Condesa Catalina. Como ocurrirá en Valdemimbre si no se consigue detener a quienes sólo piensan en su propia ambición, los campesinos de la historia de Yeats pasan hambre, porque del cemento no se puede sacar pan ni patatas. La Condesa Catalina busca ayudas para salvar a su gente y sólo consigue que el Demonio le compre su alma. La mujer de Yeats y la niña de Ana Laura y David, las dos Catalinas, son valientes y generosas y están dispuestas a luchar por los débiles; ante todo viendo y sacando conclusiones de lo que sucede a su alrededor para comprometerse a continuación.

Los autores de este libro hacen la labor de iniciación a la disidencia con gracia, habilidad, eficacia y lucidez. Un hermoso cuento que nos aclara la perversa función del capitalismo. Mientras lo leía yo tarareaba: «un tomate se balanceaba sobre la tela de una araña como veía que resistía fue a buscar a otro tomate...» Si la canción que me cantaban cuando era una niña, en vez de ser solamente un pequeño relato infantilizado, hubiera continuado explicando la historia de Catalina – que hace crecer a los niños interesando al mismo tiempo a los adultos y que cumple con la función de los buenos cuentos infantiles – yo no hubiera tenido que buscar tanto en lo que llamamos literatura infantil para entender la verdad.

Gracias por la lectura de Catalina y los bosques de hormigón.

Lolo Rico

ACCEDERA LA OBRA DE TEATRO



sábado, 12 de febrero de 2022

"CONTRA LO POLÍTICAMENTE CORRECTO EN LA LITERATURA INFANTIL". Ana Garralón (Ana Tarambana)

Recientemente hemos asistido (con la boca abierta) a una sorprendente noticia titulaban así: “Vetada la caperucita roja por sexista”. En una biblioteca escolar de Cataluña, la asociación de madres y padres (AMPA) había retirado 200 títulos (¡200! el 30% de la biblioteca) por considerarlos” tóxicos”. La decisión se tomó después de que un grupo de madres leyera “con perspectiva de género” los casi 600 libros de la biblioteca. Ante el revuelo de la noticia se apresuraron a aclarar que a Caperucita no la habían retirado, aunque no había pasado el test según sus criterios. En esa rectificación también se les escapó que los niños son infantes sin capacidad crítica, de perspectiva histórica, analítica…

Censurar libros destinados a los niños es una práctica tan vieja como la historia del libro y de la pedagogía. Todos conocemos historias de libros quemados, secuestrados, adaptados, incluidos en listas… Hasta aquí, nada extraño, pues los libros han circulado, han sido leídos y han confrontado pensamientos diferentes. CONTINUAR LEYENDO


viernes, 11 de febrero de 2022

Los que abandonan Omelas. Un cuento de Úrsula K. Le Guin.

Con un clamor de campanas que impulsó a las golondrinas a levantar el vuelo, el Festival del Verano llegaba a la ciudad de Omelas, que descollaba radiante junto al mar. En el puerto, los aparejos de los barcos destellaban con banderas. En las calles, entre las casas de rojos tejados y pintadas tapias, entre los viejos jardines donde crece el musgo y bajo los árboles de las avenidas; frente a los grandes parques y los edificios públicos desfilaba la multitud. Decorosos ancianos con largas túnicas rígidas malva y gris; graves y silenciosos artesanos, alegres mujeres que llevaban a sus hijos y charlaban al caminar. En otras calles, la música sonaba más veloz, un trémulo de batintines y panderetas y la gente iba bailando; la procesión era una danza. Los niños correteaban de una parte a otra y sus gritos se alzaban sobre la música y los cantos como el vuelo cruzado de las golondrinas. Todos los desfiles serpenteaban hacia el norte de la ciudad, donde en la gran vega llamada Verdes Campos, chicos y chicas, desnudos en el luminoso aire, con los pies, los tobillos y los largos y ágiles brazos salpicados de lodo ejercitaban a sus inquietos caballos antes de la carrera. Los caballos no llevaban ningún tipo de pertrecho, sólo un ronzal sin bocado. Las crines trenzadas con cordones de plata, oro y verde. Resoplaban por los dilatados ollares, hacían cabriolas y se engallaban. Al ser el caballo el único animal que había adoptado nuestras ceremonias como propias, se hallaba muy excitado. A lo lejos, por el norte y el oeste, las montañas se alzaban sobre la bahía de Omelas casi envolviéndola. El aire de la mañana era tan límpido que la nieve, coronando aún los Ocho Picos, despedía reflejos oro y blanco a través de las millas de aire iluminado por el sol, bajo el azul profundo del cielo. Soplaba el suficiente viento como para que los gallardetes que marcaban el curso de la carrera ondearan y chasquearan de vez en cuando. En el silencio verde de la amplia vega se oía la música que recorría las calles de la ciudad, y de todas partes y acercándose siempre, una alegre fragancia de aire que de vez en cuando se acumulaba y estallaba con el gozoso repique de las campanas. CONTINUAR LEYENDO

jueves, 10 de febrero de 2022

"EN CLASE". Un poema del escritor francés Jacques Prévert.

Dos más dos cuatro
cuatro y cuatro ocho
ocho y ocho dieciséis…
¡Repetid!! dice el maestro
Dos más dos cuatro
cuatro y cuatro ocho
ocho y ocho dieciséis.
De pronto el pájaro lira
pasa por el cielo
el niño lo ve
el niño lo oye
el niño lo llama:
¡Sálvame
juega conmigo
pajarillo!
Entonces el pájaro baja
y recita con el niño
Dos más dos cuatro…
¡Repetid! dice el maestro
y el niño juega
el pájaro juega con él…
Cuatro y cuatro ocho
ocho y ocho dieciséis
¿y dieciséis más dieciséis?
Dieciséis más dieciséis no son nada
y mucho menos treinta y dos
sea como sea
los dos se van.
El niño ha escondido el pájaro
en su pupitre
y todos los niños
oyen su canto
y todos los niños
oyen la música
y ocho más ocho se van a su vez
y cuatro más cuatro y dos más dos
se largan también
y uno más uno no es a la una ni a las dos
uno a uno se van a su vez.
Y el pájaro lira toca
y el niño canta
y el profesor grita:
¡Cuándo acabaréis con esas bufonadas!
Pero todos los otros niños
escuchan la música
y las paredes de la clase
se desmoronan tranquilamente.
Y los vidrios vuelven a ser arena
la tinta vuelve a ser agua
los pupitres vuelven a ser árboles
la tiza vuelve a ser acantilado
el portaplumas vuelve a ser pájaro.

(Traducción de Federico Gorbea).

miércoles, 9 de febrero de 2022

"LA MANO". Un cuento de Guy de Maupassant.

Estaban en círculo en torno al señor Bermutier, juez de instrucción, que daba su opinión sobre el misterioso suceso de Saint-Cloud. Desde hacía un mes, aquel inexplicable crimen conmovía a París. Nadie entendía nada del asunto.

El señor Bermutier, de pie, de espaldas a la chimenea, hablaba, reunía las pruebas, discutía las distintas opiniones, pero no llegaba a ninguna conclusión.

Varias mujeres se habían levantado para acercarse y permanecían de pie, con los ojos clavados en la boca afeitada del magistrado, de donde salían las graves palabras. Se estremecían, vibraban, crispadas por su miedo curioso, por la ansiosa e insaciable necesidad de espanto que atormentaba su alma; las torturaba como el hambre.

Una de ellas, más pálida que las demás, dijo durante un silencio:

-Es horrible. Esto roza lo sobrenatural. Nunca se sabrá nada.

El magistrado se dio la vuelta hacia ella:

-Sí, señora, es probable que no se sepa nunca nada. En cuanto a la palabra sobrenatural que acaba de emplear, no tiene nada que ver con esto. Estamos ante un crimen muy hábilmente concebido, muy hábilmente ejecutado, tan bien envuelto en misterio que no podemos despejarlo de las circunstancias impenetrables que lo rodean. Pero yo, antaño, tuve que encargarme de un suceso en que verdaderamente parecía que había algo fantástico. Por lo demás, tuvimos que abandonarlo, por falta de medios para esclarecerlo.

Varias mujeres dijeron a la vez, tan de prisa que sus voces no fueron sino una:

-¡Oh! Cuéntenoslo.

El señor Bermutier sonrió gravemente, como debe sonreír un juez de instrucción. Prosiguió:

-Al menos, no vayan a creer que he podido, ni por un instante, suponer que había algo sobrehumano en esta aventura. Solo creo en las causas naturales. Pero sería mucho más adecuado si en vez de emplear la palabra sobrenatural para expresar lo que no conocemos, utilizáramos simplemente la palabra inexplicable. De todos modos, en el suceso que voy a contarles, fueron sobre todo las circunstancias circundantes, las circunstancias preparatorias las que me turbaron. En fin, éstos son los hechos:

«Entonces era juez de instrucción en Ajaccio, una pequeña ciudad blanca que se extiende al borde de un maravilloso golfo rodeado por todas partes por altas montañas.

«Los sucesos de los que me ocupaba eran sobre todo los de vendettas. Los hay soberbios, dramáticos al extremo, feroces, heroicos. En ellos encontramos los temas de venganza más bellos con que se pueda soñar, los odios seculares, apaciguados un momento, nunca apagados, las astucias abominables, los asesinatos convertidos en matanzas y casi en acciones gloriosas. Desde hacía dos años no oía hablar más que del precio de la sangre, del terrible prejuicio corso que obliga a vengar cualquier injuria en la propia carne de la persona que la ha hecho, de sus descendientes y de sus allegados. Había visto degollar a ancianos, a niños, a primos; tenía la cabeza llena de aquellas historias. CONTINUAR LEYENDO

martes, 8 de febrero de 2022

"LOS BENEFICIOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS DE LEER CUENTOS A LOS NIÑOS HOSPITALIZADOS. Por Ana Camarero, publicado en El País el 01 FEB 2022-

Un niño con cáncer de nueve años sentado junto a su madre
en el hospital. 
FATCAMERA (GETTY)
La narración de historias es una intervención humanizada y de bajo coste que puede mejorar notablemente el bienestar de estos menores

En 1987, el director estadounidense Rob Reiner estrenó la película “La princesa prometida”, todo un clásico que, año tras año, forma parte de la programación de las distintas cadenas de televisión. Cuenta la historia de un niño que está enfermo y recibe la visita de su abuelo con el propósito de acompañarle y entretenerle con la lectura de un libro, al igual que hacía con sus hijos cuando eran pequeños. En un principio, el niño rechaza la oferta de su abuelo porque le parece un libro aburrido y tampoco desea pasar su tiempo con él. Sin embargo, este, haciendo oídos sordos a sus protestas, inicia la narración. Poco a poco, el nieto se va enganchando a la historia y haciendo más llevadera su enfermedad con las narraciones de su abuelo. Y es que la lectura de historias a través de cuentos, fábulas, relatos tienen un efecto fisiológico y psicológico en el cerebro de quien las escucha, y de manera contrastada en los pacientes pediátricos hospitalizados.

Anna Forés Miravalles, directora Adjunta de la Càtedra de Neuroeducació UB-EDU1st, señala que “leer es una estrategia cultural, no nacemos instintivamente para leer. A nuestro cerebro le cuesta aprender a leer, para hacerlo tenemos que haber hablado mucho, y para haber hablado mucho necesitamos mucho vocabulario; por tanto, cuanto más leamos, cuanto más hayamos hablado antes y cuanto más vocabulario poseamos tendremos mucho más placer por la lectura”. Qué ocurre cuando leemos: “Que entran en juego no solamente las áreas propias del lenguaje, como Broca y Wernicke, para codificar y descodificar, para todo el tema fonológico. Si no que también, cuando leemos entramos en otros mundos de relaciones, si esa lectura la hacemos con otras personas, o si las hacemos en voz alta”, dice esta experta.

El estudio “Contar historias aumenta la oxitocina y las emociones positivas y disminuye el cortisol y el dolor en niños hospitalizados”, publicado el pasado año, proporciona evidencia científica de los cambios que se producen en los biomarcadores y los efectos beneficiosos de la narración de cuentos en niños ingresados en una unidad de cuidados intensivos. El artículo sostiene que “una sesión de narración de cuentos con niños hospitalizados conduce a un aumento de la oxitocina, una reducción del cortisol y el dolor, y cambios emocionales positivas durante una sesión”. De esta manera, la investigación concluye que la narración de cuentos es una intervención humanizada y de bajo costo que puede mejorar el bienestar de los niños hospitalizados”. CONTINUAR LEYENDO




lunes, 7 de febrero de 2022

"MI COLECCIÓN DE INFLUENCERS..."

 


"LOS DIARIOS DEL CÁNCER". Por Audre Lorde, mujer, negra, poeta, feminista, madre. lesbiana, amante, guerrera

De la mano de Audre Lorde "mujer, negra, poeta, feminista, madre, lesbiana, amante, guerrera" nos sumergimos en Los diarios del cáncer, publicado por primera vez en 1981. Este íntimo diario pone en evidencia cómo la escritura puede ser una preciada herramienta ante una crisis: permite revelar lo que duele, nombrar el sentir más desgarrador a través de la acción poético-política que implica decir, llevar a la palabra, inteligible para otras, lo que se hace alquimia en el cuerpo. Porque la palabra es la primera experiencia común. Y, desde ese gesto de desandar el silencio, Audre propone una cercanía que convierte su vivencia en la de una voz colectiva.

"La prótesis ofrece el consuelo vacío de "Nadie va a notar la diferencia." Pero es precisamente esa diferencia lo que yo quiero afirmar, porque la he vivido, y sobrevivido, y quiero compartir esa fortaleza con otras mujeres. Si vamos a traducir el silencio que rodea al cáncer de mama al lenguaje y la acción contra este mal, entonces el primer paso es que las mujeres con mastectomías se hagan visible unas a otras. Porque el silencio y la invisibilidad van de la mano de la impotencia. Al aceptar la máscara de la prótesis, las mujeres de un solo pecho nos proclamamos insuficientes Y dependientes de la simulación. Reforzamos nuestro propio aislamiento y nuestra propia invisibilidad para nuestras pares, así como la falsa complacencia de una sociedad que preferiría no enfrentar los resultados de sus propias demencias. Además, nos negamos entre nosotras la visibilidad y el apoyo que son de tanta ayuda para lograr perspectiva y autoaceptación. Rodeada de otras mujeres, día tras día, todas aparentemente de dos pechos, es sumamente difícil a veces recordar que NO ESTOY SOLA. Pero una vez que enfrento a la muerte como un proceso vital, ¿qué queda por temer? ¿Quién puede ahora realmente tener poder sobre mí?"



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domingo, 6 de febrero de 2022

"UN POCO DE MISERIA". Un poema de Félix Grande.

Hay seres cuya vida se asemeja
a la de esa polvorienta bombilla
del cuarto inhabitado de la casa:
de vez en vez un fogonazo, un breve
resurgir amarillo acordonado de fatiga
y de nuevo el silencio y el olvido y lo oscuro.

Ella consume el tiempo
entre arrumbados trastos y maletas deformes,
cacharros cuarteados, abandono, pobreza;
vierte de tarde en tarde su sonrisa pequeña
y luego, igual que un objeto en las aguas, se hunde.

Hay seres cenicientos, que viven poco, como
las bombillas de esos rincones, pacen
el pasto macilento de la mala fortuna,
se estremecen alguna vez , viven alguna vez,
se apagan en seguida, a manera de decapitación,
y se van desusando despacio
entre un fraude apacible, lacónico, sombrío.

Miserables, consumen
su lento almuerzo, su infinita cena
y tras un fogonazo postrero se funden entre canas.

sábado, 5 de febrero de 2022

·EL PAÍS DE LA PALABRA". Un artículo de Tatiana Duplat Ayala publicado en Colombia en "El Nuevo Siglo" el 26 Julio de 2021.

Hay una Colombia que camina discretamente entre la violencia, la exclusión y el odio; es el país de la palabra. Uno que prefiere leer, escuchar y conversar; antes que insultar, golpear y disparar. Casi no se ve. O mejor, casi no se hace visible. Sabe que, en medio de la barbarie, acallar es más que un verbo que amordaza. Camina pasito y despacito y así, mesuradamente, se cuela en cada resquicio de esta pobre nación resquebrajada.

El país de la palabra es el de los lectores y los libros. Está en las aulas y en las bibliotecas al lado de los maestros y los bibliotecarios, en las grandes ciudades y en los pueblos más pequeños; en las librerías y en las editoriales, junto a los libreros, los autores, los editores y los impresores. Son más de mil quinientas bibliotecas públicas, sin contar con las privadas, las escolares y las carcelarias. Además, calculando por encima, las librerías y las editoriales pueden sumar unas cuatrocientas.

También están las bibliotecas itinerantes, pues este es un país en movimiento. Son ciento cincuenta. Recorren el territorio de la mano de los promotores de lectura, una especie de quijotes que cargan libros a cuestas, construyen comunidad y persiguen empecinados la utopía de un mundo mejor. Son hombres y mujeres que llevan libros a los lugares más insospechados y, a su paso, dejan una estela que transforma todo lo que toca. Los usuarios y lectores, por su parte, se cuentan en millones de todas las edades. Están en la playa, en la montaña, en la calle o en la selva; todos buscan comprender algo o, por lo menos, entenderse a sí mismos a través de los demás. El país de la palabra más que grande, es grandioso.

En cada libro leído anida la libertad. Cada uno es una puerta de acceso a un universo y representa la oportunidad de imaginar otras maneras de vivir. El país de la palabra es el de la imaginación y el conocimiento, el que sabe que no se necesita mucho más para cambiar el mundo; el que lleva décadas haciendo la revolución silenciosa mientras los demás hacen la guerra estrepitosa. El que entiende que en la lectura y en los lectores anida la paz, pues acceder a las ideas de los otros y confrontarlas con las nuestras, es estar dispuestos a la diferencia y querer construir con los demás. El país de la palabra habla, no mata.

Hay un país que camina y labra la palabra, a su paso siembra futuro. Ese país no tiene todas las respuestas, pero siempre está buscando las preguntas. Por eso le resulta incómodo al poder en su versión más arbitraria, acostumbrado como está a no responder por lo que hace. Por eso en Colombia, acallar es un verbo que flota río abajo entre los cuerpos inertes de los que se atreven a decir las cosas. Proteger a este país que habla, lee y escribe, es una tarea ineludible; en sus palabras palpita para todos la esperanza.

viernes, 4 de febrero de 2022

"UN COBARDE". Un cuento de Guy de Maupassant.

Le llamaban las gentes “el guapo mozo”, y era su nombre José Gontrán de Signoles.

Huérfano y dueño de una fortuna bastante considerable, “hacía papel”, como suele decirse. Tenía buena figura y elegantes maneras; bastante labia, para dar a entender que no le faltaba ingenio; una gracia natural, un empaque digno y noble, los bigotes largos y los ojos dulces; todo lo necesario para gustar a las mujeres.

Era solicitado en los salones y deseado por las aficionadas al vals; inspiraba en los hombres singular antipatía que se siente por los caracteres dominantes. Se le achacaban aventuras amorosas de las que dan fama. Vivía feliz, tranquilo, en el bienestar moral más absoluto. Se sabía que tiraba muy bien la espada y pistola.

—Cuando me provoquen —decía— escogeré la pistola. Con una pistola estoy seguro de matar un hombre.

Pero una noche, habiendo acompañado al teatro a dos de sus amigas, escoltadas por sus maridos, al salir del espectáculo, las invitó a tomar un helado en Tortoni. Acababan de sentarse cuando reparó que un caballero, desde una mesa próxima, contemplaba obstinadamente a una de sus amigas, la cual, molestada, nerviosa, bajó la cabeza.

Pero como el impertinente insistiera, la señora dijo a su esposo:

—Ese hombre me mira fijamente. No le conozco. ¿Es amigo tuyo?

El marido, que no había reparado nada, se volvió a mirarle y contestó:

—Jamás lo vi.

La mujer, a un tiempo sonriente y disgustada, prosiguió:

—Es molesto: no me deja tomar a gusto mi sorbete.

El marido, encogiéndose de hombros, añadió:

—No hagas caso; como si no existiera. Si fuéramos a preocuparnos de todos los necios, no acabaríamos nunca.

Pero Gontrán se había levantado violentamente, no pudiendo soportar que un cualquiera intentase turbar la digestión de un helado ofrecido por él.

A él iba directa la provocación, pues a su ruego habían entrado allí sus amigas. El asunto, pues, era de su incumbencia.

Acercándose al otro, le dijo:

—Tiene usted un modo intolerable de mirar a una señora. Le ruego que no insista.

El otro replicó:

—Déjeme usted en paz.

Gontrán, apretando los dientes , y estremecido por la cólera, dijo:

—¡Caballero! ¡Yo no tolero impertinencias!

El otro solamente pronunció una palabra, una palabra malsonante, que repercutió de punta a punta del café, y, como por efecto de un resorte, hizo volver la cabeza a todos los concurrentes. Los ojos de todos quedaron fijos en un mismo punto; los mozos que servían se detuvieron para mirar; la señora del mostrador echaba el cuerpo fuera, estremecida y curiosa.

Reinó un solemne silencio. De pronto sonó un chasquido. Gontrán había dado al otro una bofetada. Varios de los presentes se lanzaron a separarlos. Hubo cambio de tarjetas. CONTINUAR LEYENDO

jueves, 3 de febrero de 2022

"CUÉNTAME UN CUENTO... ASÍ NO, DE OTRA MANERA. Un artículo de Eva Orúe publicado en Infolibre el 16 de diciembre de 2021.

Los cuentos han sido dulcificados, modificados, censurados; sus protagonistas, a veces terribles, han sido sosegados, redibujados, incluso tachados. Pero, con todo, continúan siendo necesarios para reconocernos

"Censurar libros destinados a los niños es una práctica tan vieja como la historia del libro y de la pedagogía. Todos conocemos historias de libros quemados, secuestrados, adaptados, incluidos en listas... Hasta aquí, nada extraño, pues los libros han circulado, han sido leídos y han confrontado pensamientos diferentes".

Ana Garralón, Ana Tarambana, reflexionaba en estos términos en un artículo de hace un par de años, cuando las polémicas por las reprobaciones e interdicciones de libros destinados al público infantil menudeaban. Por motivos morales, sociales, ideológicos y pedagógicos.

"Muchas veces esta censura ha sido ejercida desde instituciones públicas tanto de regímenes totalitarios como democráticos. Recordemos la prohibición que sufrió la obra de Maurice Sendak, La cocina de noche, cuando se le reprochó que aparecía un niño desnudo. Claro que fue en los años sesenta del siglo pasado y en Estados Unidos. O la obra de Tomi Ungerer, quien tuvo vetado publicar en aquel país desde 1973". O la queja de unos lectores diciendo que en el best-seller ¿Dónde está Wally? ¡aparecía una mujer en topless! (como le dijo el padre P. a la madre de un alumno que, en la piscina del colegio, se quitó la parte de arriba del bikini: "Señora, que uno tiene la castidad muy floja". A lo que se ve, los lectores también). 
O la polémica revisión de la biblioteca de un parvulario barcelonés, por la que preguntaban en una reciente entrevista a Alan Gratz, autor Amy y la biblioteca secretaCONTINUAR LEYENDO



miércoles, 2 de febrero de 2022

«OJOS COMO NIEBLA». Un poema de José Agustín Goytisolo

Eran días crueles
con golpes de febrero en el postigo
y frío al respirar.
¡Agudos
son sus dardos ah doctor!
Giraba un tiempo
sin compasión y sin memoria
en su cabeza en blanco: las pastillas
una inyección que duerme y una goma
metida entre los dientes. Luego
las sacudidas del electrochoque.

Todo por no tomar algunas decisiones
en las que pensó siempre: cierta cuerda
y al aire; o el cañón pavonado
en la boca; o bien salirse
en una curva del acantilado.

El sobraba ¡gran dios! pero tenía
cosas que hacer y nadie reparó
en sus ojos como de niebla
en su chaqueta vacilante
o en un silencio que pedía ayuda.

Los días más crueles
dejaron de asediarle y él sanó
y regresó a la casa con su gente
y olvidó lo vivido.
Luego
pasaron muchos años y al final
el enfermo y los suyos
—con memoria o sin ella—
murieron todos de su propia muerte.


martes, 1 de febrero de 2022

"CARTAS A PAPÁ NOEL". Del libro "Nadie te creería. Luis Pecetti

Querido Papá Noel:
Te quiero mucho. Hoy fuimos a la playa y tomamos un helado. Tengo seis años. En patín jugué al jockey y ningún día lo había jugado con palo para que no nos lastimáramos. Ahora patino bien y el 7 de diciembre va a haber una clase para que los padres vean que no nos lastimamos, pero vos no podés venir porque sos papá pero Noel, que es distinto. Pero a lo mejor si querés vení lo mismo total en la entrada nunca se fijan. Te pido un max steel, un disfraz de doctora verde, lapiceras de color verde oscuro y claro, violeta oscuro y claro, celeste, azul oscuro, un juguete de las chicas súper poderosas, una barbie con vestido de casamiento, una estrellita, una luna, un sol, una flor, un árbol con naranjas, una nube, una piedra, un pez, un ángel, una vaca, una abeja, un abanico y un acordeón.
Te mando un beso
Clara

Querida Clara: en este momento no tengo patines ni hockey.
Lo lamento. ¿Te gustaría pedir otros regalos?
Afectuosamente.
Papá Noel

Querido Papá Noel: nada que ver. Tenés que leer bien las cartas. Lo del hockey con patines es algo que hice, mi pedido era lo otro. Y de paso quiero cambiar el disfraz de doctora verde. Que sea uno de verdad, blanco. La piedra no, porque ayer encontré una. Mejor traeme más estrellitas.
Te mando otro beso, Chau
Clara.

Querida Clara: te pido disculpas por la confusión, y te agradeceré que repitas el pedido porque las cartas que contesto se archivan en otra parte y no la tengo a mano. Espero que puedas hacerlo pronto. Se acercan las fechas en las que preparamos los regalos, ¡y estamos ansiosos por complacerte!
Afectuosamente
Papá Noel

Papá Noel: ¿qué les pasa ahí? Te había pedido un disfraz de doctora verde, el disfraz, no la doctora; pero después te dije mejor blanco y de una de verdad. Después también te pedía estrellitas y algún juguete de las chicas súper poderosas, lápices de muchos colores, pero blancos no, una vaca, abejas, un abanico, una bicicleta. No me acuerdo del todo, porque la carta se las mandé y era larga ¡y ustedes la perdieron! ¿No la pueden buscar mejor? Me acuerdo de la Barbie para casamiento y un árbol con naranjas. ¡No pierdan ésta también! Ah, y un piano.
Bueno, chau
Clara

Querida Clara: soy la secretaria de Papá Noel. Me pide te avise que encontramos tu primera carta ¡Qué buena noticia, ¿verdad?! Ruega que lo disculpes por no responderte personalmente pero a la locura de trabajo que tenemos siempre en octubre, preparando los regalos, se sumó una descompostura en uno de los renos a raíz de una modificación en su alimentación. Cambiamos de veterinario por problemas de presupuesto pero, como siempre, lo barato sale caro y el nuevo les dio una dieta que los puso fatales. Ya regresamos con el anterior, pero este lamentable incidente nos consumió una increíble cantidad de tiempo. De todos modos, Papá Noel, me pide que te transmita la seguridad de que todos tus regalos estarán listos a tiempo. Sólo una pregunta: lo que pediste en las dos cartas no coincide exactamente, ¿cuál te complacería que atendamos?
Afectuosamente
Esther Noel

Queridos Esther, Papá Noel, el Reno o la rueda del trineo, o quien quiera que sea que lea esta carta y me la conteste: ¡Ni me acuerdo si eran diferentes las dos cartas! Traigan todo y listo, qué sé yo. O las mismas cosas que pido en las dos. Lo que más me importa es el disfraz de médica de verdad, blanco, y la Barbie de casamiento. Ah, y la estrellita, el acordeón, la planta de naranjas y libros.
Pónganse las pilas.
Clara

Querida Clara: soy la secretaria personal de Esther Noel. Ella me pide que la disculpes por no contestar personalmente tu correo. Esta atendiendo a Papá Noel quien sufrió un pequeño accidente, nada grave, una caída que le produjo una leve fractura en un pie. Él mismo insistió en que te hagamos saber que está bien, que no debes asustarte, el médico le aseguró que en quince días podrá apoyar el pie de manera normal, y que todas las placas muestran que la lesión no reviste importancia. No debes preocuparte, a todos pueden ocurrirnos estos pequeños accidentes.
Afectuosamente
Silvia Noel

¿Y mis regalos? ¿Ya eligieron de las dos cartas?
Clara

Querida Clara: soy Esther, nuevamente. Estamos muy felices. ¡Nuestro querido Papá Noel ya se encuentra repuesto! Mandó decirte que tu pedido está completo y embarcado. Esperamos que seas muy feliz con esas cosas tan bellas que pediste. Has de ser una niña muy especial para haber hecho una solicitud tan hermosa. Te ruego que sepas disculpar los inconvenientes que ya superamos.
Un afectuoso abrazo
Esther Noelç

Querido Papá Noel, y tu secretaria y la secretaria de tu secretaria y el reno con diarrea: les escribo esta carta después de abrir los regalos. Muchas gracias por el elefante de porcelana blanco, es muy práctico, y sobre todo tan bonito. Los videos de carreras de coches son sumamente interesantes. ¡Con el álbum de figuritas del fútbol español aprendí cosas importantes! Qué bueno que conseguiste el disfraz verde de doctora que te había pedido en mi primera carta y que después cambié de opinión. Y ese cenicero con forma de ajedrez, también muy lindo. El Power Ranger rojo es muy parecido a la Barbie de casamiento. Los borceguíes de alta montaña, aprovechando que eran número 43, se los regalé a mi tío Alberto.
Con profundas emociones
Clara