jueves, 28 de septiembre de 2017

"La cizaña". Un cuento de Concha Espina.

Tengo, tengo, tengo;
tú no tienes nada;
tengo tres ovejas
en una cabaña...


Cantan así unas niñas, jugando al corro, en el jardín de un colegio, sombreado por unos árboles tan atrevidos que casi están metiendo sus ramas en mi cuarto de trabajo.

La canción es lenta, suave, con esos dejos largos y melancólicos, propios de la música norteña.

Y aun se diría que este ¡nocente cántico infantil había nacido aquí mismo, en uno de estos invernales montañeses, donde hay niños que pastorean con sus ovejas brañas arriba, despacito, atristados; tal vez inventando una dulce cancioncilla. . .

Estas niñas, que andan a la rueda, moviendo los bracitos enlazados, al compás de su copla, visten unos delantales de percal, plegados sin adornos sobre un gracioso canesú ; calzan zapatitos blancos de lona y llevan el cabello cortado a lo paje, al ras de las orejitas, retirado de la frente con un lazo chiquitín.

Y ahora han llegado en su cantar a un estribillo un poco triste que dice:

Palomita blanca de mayo,
llévame de aquí ;
llévame a mi pueblo
donde yo nací...


Aunque las niñas no han nacido en otro pueblo, me parece a mí que tiemblan con alguna pena sus voces en esta suspirante rima de la palomita blanca...

De pronto se deshace la rueda y hay un revoloteo de falditas agitadas y de pies saltadores. CONTINUAR LEYENDO


Concha Espina, la autora que acarició el Nobel de Literatura.Un artículo de Tereixa Constenla publicado en El País.


Una exposición en el Museo Nacional de Ciencias Naturales aborda la obra y la vida de las mujeres distinguidas por la Academia sueca


Concha Espina (Santander, 1869-Madrid, 1955) es más que una estación de metro. O es una estación de metro porque fue mucho más: poeta, dramaturga, periodista y novelista compulsiva. Fue también —y ya se borró del recuerdo colectivo— la escritora española que estuvo más cerca del Nobel. En 1926 perdió frente a la italiana Grazia Deledda.

Una exposición dedicada a las mujeres que han ganado el premio a lo largo de la historia (48, una de ellas, Marie Curie, en dos ocasiones) recupera también la historia de la autora que pudo ser y no fue. Espina llegó a estar propuesta en nueve ocasiones y, en tres de ellas (1926, 1929 y 1931), fue candidata. "Fue propuesta al Nobel por 25 nominadores de numerosos países, entre ellos los españoles Jacinto Benavente, Gerardo Diego o Santiago Ramón y Cajal", señala Belén Yuste, una de las comisarias de la muestra, que se puede visitar en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) hasta el próximo 20 de marzo. En la exposición, Espina comparte un espacio, A punto de Nobel, junto a la polaca Irena Sendler, que salvó a 2.500 niños judíos del gueto de Varsovia.

Tampoco accedería a la Real Academia de la Lengua (RAE), si bien fue distinguida con su premio por la obra Tierra de Aquilón en 1924. Concha Espina fue una autora popular —el tirón de su primera novela, La niña de Luzmela, hizo que el pueblo donde se inspiró adoptase este topónimo— y reconocida por las instituciones, también internacionales. Fue vicepresidenta de la Hispanic Society (pese a ello ha estado ausente de la muestra del Museo del Prado) y miembro de honor de la Academia de las Letras y las Artes de Nueva York. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 27 de septiembre de 2017

"El hombre de arena". Uno de los cuentos más famosos de E.T.A. Hoffmann

Es el cuento más célebre de Hoffmann: fue la fuente principal de la ópera de Offenbach; ha dado pie a un ensayo de Freud sobre lo «perturbador». Escoger uno entre los muchos cuentos de Hoffmann es difícil: si elijo Der Sandmann no es por confirmar la elección más obvia, sino porque este cuento me parece en verdad el más representativo del máximo autor del género durante el siglo XIX (1766-1822), el más rico en sugestión y el de mayor contenido narrativo. El descubrimiento del inconsciente acontece aquí, en la literatura fantástica romántica, casi cien años antes de que aparezca su primera definición teórica.

Las pesadillas infantiles de Nataniel -el cual identifica el coco que su madre le evocaba para que se durmiese con el siniestro personaje del abogado Coppelius, amigo de su padre, y se convence de que éste es el ogro que arranca los ojos a los niños- le siguen acompañando de adulto. Mientras estudia en la ciudad, cree descubrir a Coppelius en el piamontés Coppola, vendedor de barómetros y gafas. El amor por la hija del profesor Spalanzani, Olimpia, que no es una muchacha, pese a lo que todos creen, sino un maniquí (este tema del autómata, de la muñeca, reaparecerá con frecuencia en la literatura fantástica), se ve trastornado por nuevas apariciones de Coppola-Coppelius hasta que se consuma la locura de Nataniel. (Italo Calvino. Cuentos fantásticos del XIX)

EL HOMBRE DE ARENA

Nataniel a Lotario

Sin duda estarán inquietos porque hace tanto tiempo que no les escribo. Mamá estará enfadada y Clara pensará que vivo en tal torbellino de alegría que he olvidado por completo la dulce imagen angelical tan profundamente grabada en mi corazón y en mi alma. Pero no es así; cada día, cada hora, pienso en ustedes y el rostro encantador de Clara vuelve una y otra vez en mis sueños; sus ojos transparentes me miran con dulzura, y su boca me sonríe como antaño, cuando volvía junto a ustedes. ¡Ay de mí! ¿Cómo podría haberles escrito con la violencia que anidaba en mi espíritu y que hasta ahora ha turbado todos mis pensamientos? ¡Algo espantoso se ha introducido en mi vida! Sombríos presentimientos de un destino cruel y amenazador se ciernen sobre mí, como nubes negras, impenetrables a los alegres rayos del sol. Debo decirte lo que me ha sucedido. Debo hacerlo, es preciso, pero sólo con pensarlo oigo a mi alrededor risas burlonas. ¡Ay, querido Lotario, cómo hacer para intentar solamente que comprendas que lo que me sucedió hace unos días ha podido turbar mi vida de una forma terrible! Si estuvieras aquí podrías ver con tus propios ojos; pero ciertamente piensas ahora en mí como en un visionario absurdo. En pocas palabras, la horrible visión que tuve, y cuya mortal influencia intento evitar, consiste simplemente en que, hace unos días, concretamente el 30 de octubre a mediodía, un vendedor de barómetros entró en mi casa y me ofreció su mercancía. No compré nada y lo amenacé con precipitarlo escaleras abajo, pero se marchó al instante.

Sospechas sin duda que circunstancias concretas que han marcado profundamente mi vida conceden relevancia a este insignificante acontecimiento, y así es en efecto. Reúno todas mis fuerzas para contarte con tranquilidad y paciencia algunas cosas de mi infancia que aportarán luz y claridad a tu espíritu. En el momento de comenzar te veo reír y oigo a Clara que dice: «¡son auténticas chiquilladas!» ¡Ríanse! ¡Ríanse de todo corazón, se los suplico! Pero ¡Dios del cielo!, mis cabellos se erizan, y me parece que los conjuro a burlarse de mí en el delirio de la desesperación, como Franz Moor conjuraba a Daniel. Vamos al hecho en cuestión. CONTINUAR LEYENDO

lunes, 25 de septiembre de 2017

Por qué la lectura no terminará jamás. Un artículo de Carolina Cattaneo sobre Michèle Petit

Tendría unos 4 años, Michèle, cuando su padre le regaló un libro animado de esos que al abrirlo despliegan figuras. La pequeña miró los paisajes en relieve y sintió un placer infinito. Página a página descubría otro mundo, uno en miniatura, acorde con su medida. Un mundo distinto del que la rodeaba y en el que crecía, la Francia gris de posguerra.

Tendría unos 4 años, Michèle, y aquel encuentro con la literatura poco le anunció sobre su futuro como investigadora de renombre en torno a la lectura. Ese libro objeto de figuras en relieve hizo lo que los libros, las historias y los relatos suelen hacer con lectores de 4 años:le mostró un universo inesperado, la fascinó, le abrió un camino íntimo e intransferible. Le dio de probar la hermosa perdición de entregarse a la fantasía y a la ensoñación. La deslumbró.

Varios años más tarde, para la antropóloga francesa Michèle Petit, aquella escena sería recordada (“reconstruida”, dice) como la escena iniciática, el punto exacto en que las personas firman su pacto con los libros.
[...] LECTURA REPARADORA

  • "Si no se percibe como algo impuesto, un texto leído puede permitir desprenderse de la situación en la que uno se encuentra, abrir el espacio. Sustituye con un ritmo y una narración ordenada el caos interior y exterior, y a veces le envía unos ecos de la parte más profunda de sí mismo, pero en una forma transpuesta. No se les lee a los chicos desvinculados del conflicto armado relatos de secuestros perpetrados por la guerrilla, sino la leyenda del Mohán, un ogro seductor que se lleva a los niños o a las jóvenes lavanderas. Una leyenda o una poesía permiten leer las páginas dolorosas de su vida de manera indirecta, hablar de la propia historia de otro modo, distanciarse de ella, compartirla."

  • En las entrevistas con los lectores, ellos evocan a menudo el papel que desempeña la lectura en el descubrimiento y la construcción de sí mismos. Esa dimensión se percibe con claridad en la infancia, la adolescencia o la juventud. Pero también puede ser crucial en etapas de la vida en las que debemos reconstruirnos: cuando fuimos golpeados por un duelo, una enfermedad, un accidente o una pena de amor; cuando hemos perdido nuestro empleo; cuando atravesamos una depresión o una crisis psíquica, todas esas pruebas que conforman nuestro destino, cosas que afectan negativamente la representación que tenemos de nosotros mismos y el sentido de nuestra vida (…). Lo que describe la gente, cualquiera sea su origen social, cuando evoca las lecturas importantes de su vida, es a menudo lo siguiente: de tanto en tanto una frase nos lee, nos da noticias nuestras. Y en resonancia con las palabras del autor, nos surgen palabras inéditas. Es un poco como si, a la vez, nos volviéramos el narrador de lo que vivimos”.
Fuente: sophiaonline.com.ar

"Se ha ido. Ya no como..." y "Mis versos, escritos tan temprano..." Dos poemas de Marina Tsvetáieva.

Se ha ido. Ya no como...

Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido - todo es tiza
si lo llego a tocar.

...Para mí, era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.

Mis versos, escritos tan temprano...

Mis versos, escritos tan temprano
que no sabía aún que era poeta,
inquietos como gotas de una fuente,
como chispas de un cometa,

lanzados como ágiles diablillos al asalto
del santuario donde todo es sueño e incienso,
mis versos de juventud y de muerte
-¡mis versos, que nadie lee!-,

en el polvo de los estantes dispersos
-¡que ninguna mano toca!-,
como vinos preciosos, mis versos
también tendrán su hora.


domingo, 24 de septiembre de 2017

La felicidad. Un cuento de Guy de Maupassant.

Era la hora del té, antes que trajeran las luces. La ciudad dominaba el mar; el sol, que acababa de ponerse, había dejado el cielo rosa a su paso, salpicado de polvo de oro; y el Mediterráneo, sin una arruga, sin un estremecimiento, todavía resplandeciente bajo el día agonizante, parecía una interminable plancha de metal pulimentado.

Lejos, a la derecha, las montañas escarpadas dibujaban su perfil negro sobre el púrpura pálido del poniente.

Se hablaba del amor, se discutía sobre este viejo tema, volviéndose a decir las cosas ya dichas tantas veces. La suave melancolía del crepúsculo hacía pesadas las palabras, produciendo un sentimiento de ternura en las almas, y aquella palabra, “amor”, constantemente pronunciada, tan pronto por la voz fuerte de un hombre como por una voz femenina de timbre ligero, parecía llenar el saloncito, en el que revoloteaba como un pájaro, pesando en su atmósfera como una aparición.

¿Se puede amar durante muchos años seguidos?
-Sí -decían algunos.
-No -aseguraban otros.

Distinguían los diversos casos, establecían diferencias, e citaban ejemplos; y todos, hombres y mujeres, estaban llenos de recuerdos que les volvían y turbaban, pero que no podían citar aunque los tenían a flor de labios, y parecían emocionados, hablaban Lejos, a la derecha, las montañas escarpadas dibujaban su perfil negro sobre el púrpura pálido del poniente.

Se hablaba del amor, se discutía sobre este viejo tema, volviéndose a decir las cosas ya dichas tantas veces. La suave melancolía del crepúsculo hacía pesadas las palabras, produciendo un sentimiento de ternura en las almas, y aquella palabra, “amor”, consde aquel tema vulgar y soberano, del acuerdo tierno y misterioso de dos seres, con una emoción honda y un interés ardiente.

De pronto, alguien, con la mirada fija en un punto lejano, exclamó:

-¡Miren allí! ¿Qué es aquello?

Sobre el mar, en el horizonte, surgía una masa gris, enorme y confusa.

Las mujeres se levantaron y contemplaron sin comprender aquel fenómeno sorprendente que jamás habían visto.

Alguien dijo:

-Es Córcega. Se la ve así dos o tres veces al año en ciertas condiciones atmosféricas excepcionales, cuando el aire, de una limpidez perfecta, no la oculta con esas brumas de vapor que siempre velan las lejanías.

Vagamente, se distinguían las crestas de las montañas, donde creyeron reconocer la nieve. Todos quedaron sorprendidos, turbados, casi asustados por aquella brusca aparición de una tierra, por aquel fantasma salido del mar. Así debieron de ser las extrañas visiones que tuvieron los navegantes que, como Colón, partieron a través de los océanos inexplorados. CONTINUAR LEYENDO
 

Voy a comedte. Un álbum ilustrado de Jean-Marc Derouen / Laure du Fay.


En el bosque, entre los abetos, había un lobo...
¡Un enrome, y malvado lobo!
Estaba hambriento...Muy hambriento..
Pero que muy muy muy hambriento...
Y esperaba al acecho...
Esperaba que ante él pasase
un buen plato de carne fresca.

Una mañana, por el camino, apareció un conejo.
Un conejito blanco, tierno, bien relleno, sonrosadito,
un conejito blanco que iba tan contento,
camino del mercado ecológico,
a comprarse 3 kilos de zanahorias frescas.

El lobo dio un gran salto y grito: " aHHHahhhhhHHHH!
¡Voy a comeDte, conejito blanco!
¡Voy a comedte ahoDa miDmo!"
-¡Espera...enorme y malvado lobo, espera!
¡Puedes repetir lo que has dicho?
-Si, clado. He dicho: ¡Voy a comedte, conejito
blanco! ¡Voy a comedte ahoda midmo!
el conejito dle dijo-¡OOOOOoooooooh!
Me da la impresión de que tienes
un pelo en la lengua.
Y que debe de ser muy molesto...
venga, enorme y malvado lobo,
abre la boca para que pueda ver si.. 


sábado, 23 de septiembre de 2017

SI TIENES UN PAPÁ MAGO… Un cuento de Gabriela Keselman.

Había una vez un niño que, cada mañana, dejaba un sueño a medias.

Primero saltaba sobre la cama, y luego, fuera de la cama. Se vestía tan deprisa que se equivocaba al ponerse un calcetín.

A punto estaba de lavarse las manos…, pero decidía que la izquierda no estaba sucia.

Luego, salía patinando por el pasillo. En fin, Chiqui hacía, ni más ni menos, lo de todos los días.

Y es que, cuando papá esperaba en la puerta, no había que retrasarse. Sobre todo, si se trataba de un papá mago. Como el suyo. 

Era un mago muy especial que , siempre, le despedía con un regalo maravilloso. Le daba unas palabras. Pero no unas palabras de esas del montón. Eran palabras, mágicas.

Chiqui le guiñaba un ojo y las guardaba en su bolsillo secreto.

Así cada mañana, emprendía el camino al colegio.

Primero pasaba por la casa de Mijito. La mamá de Mijito también le acompañaba hasta la puerta. Pero como no era maga, sino dentista, no le daba palabras mágicas. Le daba palabras dentales.

-¡ Mijito, lávate los dientes antes y después de comer! ¡Y mientras masticas también! ¡Y ni se te ocurra mordisquear el lápiz! – le decía.

Luego, le daba un cepillito azul, uno morado y uno amarillo. Y, además, una pegatina en la que ponía:

LOS CHICLES SON UN ASCO

Y una gorra, que tenía escrito con grandes letras bordadas:

SUPERFLÚOR AL ATAQUE

Chiqui miraba a su amigo con gesto divertido. Pero su amigo le miraba con cara de dolor de muelas. Entonces, Chiqui se ponía la mano en el pecho, donde tenía el bolsillo de las palabras mágicas. Y sonreía a Mijito con tantas ganas, que lo malo ya no parecía tan malo.

Al fin, se iban los dos juntos hacia el colegio. CONTINUAR LEYENDO

Entrevista a Maurice Sendak.


"Cuando mi padre me leía, yo me recostaba sobre él y me volvía parte de su pecho o de sus brazos. Y yo creo que los niños que son abrazados y sentados en las piernas -deliciosamente acariciados- siempre asociarán la lectura con los cuerpos de sus padres, con el olor de sus padres. Y eso siempre te hará lector. Porque ese perfume, esa conexión sensorial dura para toda la vida.

Al fin y al cabo, somos animales. Si observamos a los cachorros, veremos que necesitan "ser lamidos" para sobrevivir. Pues bien, nosotros también necesitamos ser "lamidos" para sobrevivir. Y la lectura se convierte, de alguna manera, en un lamido. Cuando no solo hoy es un cuento entrañable, sino que además estás apretado por la persona más importante para ti en el mundo, la conexión que se establece no puede disolverse. Por ejemplo, ahora estoy leyendo a Shakespeare de corrido, y cuando me alarmo y me asusto, y me detengo y vuelvo a comenzar, hay una especie de conexión visceral con mi padre, como lector, que me hace continuar.

Si hay algún consejo que yo puedo dar, es ese: si estás buscando una manera de acercarte a tus hijos, no hay nada mejor que sentarlos en las piernas y leer. Cuando los pones frente a un computador o a un televisor, los estás abandonando. Los estás abandonando porque están sentados en un sofá o en el piso y probablemente están abrazando a un perro. Pero no te están abrazando a ti."

 Maurice Sendak. De una entrevista al autor en Home Arts (internet)

viernes, 22 de septiembre de 2017

A sus paisanos. Un poema de Luis Cernuda en el 102 aniversario de su nacimiento

Me encanta este poema porque me recuerda lo que me ha sucedido a mí no hace mucho con determinadas personas a las que consideraba amigas y que me calumniaron y difamaron cuando emprendí un camino propio fuera de los dictados del "politburo" de las Tertulias Literarias Dialógicas. ¡Va por ellos y ellas!

No me queréis, lo sé, y que os molesta
cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende.
¿culpa mía tal vez o es de vosotros?
Porque no es la persona y su leyenda
lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve.
Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
leyenda alguna, caísteis sobre un libro
primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.

¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
a la persona misma así traspuesta.
Mas vuestra mala fe los ha aceptado.
Hecha está la leyenda, y vosotros, de mí desconocidos,
respecto al ser que encubre mintiendo doblemente,
sin otro escrúpulo, a vuestra vez la propaláis.

Contra vosotros y esa vuestra ignorancia voluntaria,
vivo aún, sé y puedo, si así quiero, defenderme.
Pero aguardáis al día cuando ya no me encuentre
aquí. Y entonces la ignorancia,
la indiferencia y el olvido, vuestras armas
de siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
a otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
precipitó en la nada, como al gran Aldana.

De ahí mi paradoja, por lo demás involuntaria,
pues la imponéis vosotros: en nuestra lengua escribo,
criado estuve en ella y, por eso, es la mía,
a mi pesar quizá, bien fatalmente. Pero con mis
expresas excepciones,
a vuestros escritores de hoy ya no los leo.
De ahí la paradoja: soy, sin tierra y sin gente,
escritor bien extraño; sujeto quedo aún más que otros
Al viento del olvido que, cuando sopla, mata.

Si vuestra lengua es la materia
que empleé en mi escribir y, si por eso,
habréis de ser vosotros los testigos
de mi existencia y su trabajo,
en hora mala fuera vuestra lengua
la mía, la que hablo, la que escribo.
Así podréis, con tiempo, como venís haciendo,
a mi persona y mi trabajo echar afuera
de la memoria, en vuestro corazón y vuestra mente.

Grande es mi vanidad, diréis,
creyendo a mi trabajo digno de la atención ajena
y acusándoos de no querer la vuestra darle.
Ahí tendréis razón. Mas el trabajo humano
con amor hecho, merece la atención de los otros,
y poetas de ahí tácitos lo dicen
enviando sus versos a través del tiempo y la distancia
hasta mí, atención demandando.
¿Quise de mí dejar memoria? Perdón por ello pido.

Mas no todos igual trato me dais,
que amigos tengo aún entre vosotros,
doblemente queridos por esa desusada
simpatía y atención entre la indiferencia,
y gracias quiero darles ahora, cuando amargo
me vuelvo y os acuso. Grande el número
no es, mas basta para sentirse acompañado
a la distancia en el camino. A ellos
vaya así mi afecto agradecido.

Acaso encuentre aquí reproche nuevo:
Que ya no hablo con aquella ternura
confiada, apacible de otros días.
Es verdad, y os lo debo, tanto como
a la edad, al tiempo, a la experiencia.
A vosotros y a ellos debo el cambio. Si queréis
que ame todavía, devolvedme
al tiempo del amor. ¿Os es posible?
Imposible como aplacar ese fantasma que de mí evocasteis.

“A sus paisanos”

No me queréis, lo sé, y que os molesta
Cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende.
¿Culpa mía tal vez o es de vosotros?
Porque no es la persona y su leyenda
Lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve.
Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
Leyenda alguna, caísteis sobre un libro
Primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.
¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
Inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
Ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
A la persona misma así traspuesta.
Mas vuestra mala fe los ha aceptado.
Hecha está la leyenda, y vosotros, de mí desconocidos,
Respecto al ser que encubre mintiendo doblemente,
Sin otro escrúpulo, a vuestra vez la propaláis.
Contra vosotros y esa vuestra ignorancia voluntaria,
Vivo aún, sé y puedo, si así quiero, defenderme.
Pero aguardáis al día cuando ya no me encuentre
Aquí. Y entonces la ignorancia,
La indiferencia y el olvido, vuestras armas
De siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
Cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
A otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
Precipitó en la nada, como al gran Aldana.
De ahí mi paradoja, por lo demás involuntaria,
Pues la imponéis vosotros: en nuestra lengua escribo,
Criado estuve en ella y, por eso, es la mía,
A mi pesar quizá, bien fatalmente. Pero con mis
expresas excepciones,
A vuestros escritores de hoy ya no los leo.
De ahí la paradoja: soy, sin tierra y sin gente,
Escritor bien extraño; sujeto quedo aún más que otros
Al viento del olvido que, cuando sopla, mata.
Si vuestra lengua es la materia
Que empleé en mi escribir y, si por eso,
Habréis de ser vosotros los testigos
De mi existencia y su trabajo,
En hora mala fuera vuestra lengua
La mía, la que hablo, la que escribo.
Así podréis, con tiempo, como venís haciendo,
A mi persona y mi trabajo echar afuera
De la memoria, en vuestro corazón y vuestra mente.
Grande es mi vanidad, diréis,
Creyendo a mi trabajo digno de la atención ajena
Y acusándoos de no querer la vuestra darle.
Ahí tendréis razón. Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros,
Y poetas de ahí tácitos lo dicen
Enviando sus versos a través del tiempo y la distancia
Hasta mí, atención demandando.
¿Quise de mí dejar memoria? Perdón por ello pido.
Mas no todos igual trato me dais,
Que amigos tengo aún entre vosotros,
Doblemente queridos por esa desusada
Simpatía y atención entre la indiferencia,
Y gracias quiero darles ahora, cuando amargo
Me vuelvo y os acuso. Grande el número
No es, mas basta para sentirse acompañado
A la distancia en el camino. A ellos
Vaya así mi afecto agradecido.
Acaso encuentre aquí reproche nuevo:
Que ya no hablo con aquella ternura
Confiada, apacible de otros días.
Es verdad, y os lo debo, tanto como
A la edad, al tiempo, a la experiencia.
A vosotros y a ellos debo el cambio. Si queréis
Que ame todavía, devolvedme
Al tiempo del amor. ¿Os es posible?
Imposible como aplacar ese fantasma que de mí evocasteis.
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jueves, 21 de septiembre de 2017

Por qué importan los libros infantiles. Un artículo de Jorge Téllez publicado en Letras Libres.

De los cuentos pedagógicos a las exitosas sagas que terminan en películas o campañas de marketing, los libros infantiles también muestran los distintos modos en que los adultos conciben la infancia. Jorge Téllez examina los criterios detrás del único género que describe a su público.
En el prólogo a Las aventuras de Tom Sawyer, por ejemplo, Mark Twain expresó el deseo de que los adultos no despreciaran su libro, “ya que está compuesto con la idea de despertar recuerdos del pasado en los adultos y exponer cómo sentían, pensaban y hablaban, y en qué raras empresas se embarcaban”. La misma idea de concebir y dirigirse a los adultos no por lo que son, sino por lo que alguna vez fueron, aparece al inicio de El principito, cuando Antoine de Saint-Exupéry pide disculpas al público infantil por dedicarle el libro a Léon Werth: “Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicarle este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria: A Léon Werth, cuando era niño.”

Detrás de estas explicaciones hay una concepción simétrica y fija de ambas etapas de la vida: si un adulto es un niño que ha crecido, el niño es una persona mayor en potencia, un adulto pequeño. Sin embargo, el conjunto de la literatura que entra en el cajón de lo infantil parte del desequilibrio que existe siempre que hablamos según categorías o conceptos aparentemente definidos por el sentido común. No hay nada más asimétrico que los discursos impuestos, en este caso, el de la infancia, normado y regulado por adultos. Hablar de manera integral sobre los niños implica reunir perspectivas sociológicas, psicológicas, pedagógicas, lingüísticas, antropológicas, legales y mercantiles que resaltan la idea de lo infantil como una producción dinámica y no como un concepto fijo y preexistente. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 20 de septiembre de 2017

EL REGALO. Un cuento de Gabriela Keselman.


El Regalo es un libro de argumento sencillo y concreto. El señor y la señora Buenospadres tienen un gran problema: no se les ocurre qué regalarle a su hijo Miguelito para su cumpleaños. Deciden consultarlo con él pero cuando el niño les tira algunas pistas, el problema se les hace mayor aún.

Miguelito quiere algo muy grande, muy fuerte, muy suave, muy dulce, caliente, que se mueva de un lado a otro, que lo haga volar, que le dé mucha risa y que le dure mucho tiempo. Al fin, el señor y la señora Buenospadres descubrirán que el gran regalo está mucho más al alcance de sus manos de lo que esperaban.

El ocurrente texto de Gabriela Keselman es la plataforma desde donde se disparan las espléndidas ilustraciones de Pep Montserrat en este álbum de páginas desplegables que, como libro-objeto, ya es un regalo en sí mismo.

Desde su aparición, El Regalo ha cosechado varios premios importantes: Premio de la Generalitat de Cataluña 1997, que se concede a los libros mejor editados, en la categoría "Libro Infantil Ilustrado" y el Premio "Los mejores libros de la década (1988-1998), otorgado por la revista española CLIJ. Su más reciente galardón fue haber sido seleccionado para integrar la lista "100 obras de literatura infantil española del siglo XX"; confeccionada por una comisión de 39 especialistas durante el VI Simposio sobre Literatura Infantil y Lectura (Madrid, 2000). Su versión en inglés (Kane/Miller Book Publishers,1999) fue elegida como uno de los "Mejores Libros de 1999" por la revista Child Magazine, publicación norteamericana de gran distribución, y también premiada por la National Association of Parenting Publications (NAPPA) y la organización Parent’s Guide to Children Media.
El Regalo fue editado en castellano, catalán, inglés, francés y coreano

El Regalo
Texto de Gabriela Keselman.
Ilustraciones de Pep Montserrat.
Barcelona, Editorial La Galera, 1996. Colección Libros Singulares.
Fuente: imaginaria.com.ar

El Dr Ovidio Neurólogo Pediatra, alerta sobre una tragedia silenciosa que se está desarrollando hoy por hoy en nuestros hogares. Un artículo del Dr. Luis Rojas Marcos Psiquiatra.

Hay una tragedia silenciosa que se está desarrollando hoy por hoy en nuestros hogares, y concierne a nuestras más preciosas joyas: nuestros hijos. ¡Nuestros hijos están en un estado emocional devastador! En los últimos 15 años, los investigadores nos han regalado estadísticas cada vez más alarmantes sobre un aumento agudo y constante de enfermedad mental infantil que ahora está alcanzando proporciones epidémicas:

Las estadísticas no mienten:
  • 1 de cada 5 niños tiene problemas de salud mental
  • Se ha notado un aumento del 43% en el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad)
  • Se ha notado un aumento del 37% en la depresión adolescente
  • Se ha notado un aumento del 200% en la tasa de suicidios en niños de 10 a 14 años
¿Qué es lo que está pasando y qué estamos haciendo mal?

Los niños de hoy están siendo sobre-estimulados y sobre-regalados de objetos materiales, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como:
  • Padres emocionalmente disponibles
  • Limites claramente definidos
  • Responsabilidades
  • Nutrición equilibrada y un sueño adecuado
  • Movimiento en general pero especialmente al aire libre
  • Juego creativo, interacción social, oportunidades de juego no estructurados y espacios para el aburrimiento
En cambio, estos últimos años se los ha llenado a los niños de:
  • Padres distraídos digitalmente
  • Padres indulgentes y permisivos que dejan que los niños “gobiernen el mundo” y sean quienes pongan las reglas
  • Un sentido de derecho, de merecerlo todo sin ganárselo o ser responsable de obtenerlo
  • Sueño inadecuado y nutrición desequilibrada
  • Un estilo de vida sedentario
  • Estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos

¿QUÉ HACER? CONTINUAR LEYENDO

lunes, 18 de septiembre de 2017

UNICEF. Nuestro planeta, nuestros derechos: material educativo para el curso 2017-2018

"Nuestro planeta, nuestros derechos" es un conjunto de actividades y recursos sobre derechos de infancia y cambio climático. ¡Descubre todo lo que se puede hacer desde las aulas!

¿Luchar contra el cambio climático puede ser un objetivo educativo? Creemos que sí: el cambio climático es uno de los mayores retos a los que se van a enfrentar las generaciones presentes y futuras y, de hecho, ya está impactando en las vidas de muchos niños y niñas en todo el planeta. Dotar a nuestro alumnado de los conocimientos, competencias y actitudes que les permitan afrontar este desafío con opciones de superarlo es una responsabilidad inaplazable.

Derechos y clima

Nuestros materiales educativos para este curso abordan este tema desde una doble perspectiva:
  • El derecho a la salud: todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir en un entorno saludable y a conocer cómo protegerse frente a los cambios que puedan producirse en su medioambiente. Existe además un imperativo de justicia intergeneracional: los niños son quienes menos responsabilidad tienen sobre los actuales problemas medioambientales pero son y serán quienes más sufran sus consecuencias.
  • El derecho a la participación: en apenas 18 años, un niño o niña nacido hoy será una persona adulta con plena responsabilidad sobre las decisiones que tome. Desde el ámbito educativo, tenemos la oportunidad de ofrecerles conocimientos, de inspirarles una actitud crítica y responsable y de favorecer el desarrollo de competencias que les permitan ser ciudadanos activos y comprometidos.
Además, el cambio climático juega un importante papel en algunas catástrofes naturales que ponen en peligro los derechos de niños y niñas de todo el mundo, como los tifones, las inundaciones, las olas de calor o la amenaza de la sequía y la desertización en países como Níger.

en: CAS | CAT | EUS | GAL | VAL | ENG

LA RISA, una historia sobre la risa como arma poderosa. Un cuento de Eduardo Galeano

El murciélago, colgado de la rama por los pies, vio que un guerrero kayapó se inclinaba sobre el manantial.

Quiso ser su amigo.

Se dejó caer sobre el guerrero y lo abrazó. Como no conocía el idioma de los kayapó, le habló con las manos. Las caricias del murciélago arrancaron al hombre la primera carcajada. Cuanto más se reía, más débil se sentía. Tanto se rio, que al final perdió todas sus fuerzas y cayó desmayado.

Cuando se supo en la aldea, hubo furia. Los guerreros quemaron un montón de hojas secas en la gruta de los murciélagos y cerraron la entrada.

Después, discutieron. Los guerreros resolvieron que la risa fuera usada solamente por las mujeres y los niños.

FIN
 

domingo, 17 de septiembre de 2017

Curso de lectura en voz alta en Logroño ¿te apuntas?

"La casa de Tomasa", asociación cultural privada sin ánimo de lucro (nº 2776) que desde 2009 se dedica en Logroño y La Rioja a la selección y promoción de la lectura y la literatura infantil y juvenil (LIJ), ha organizado para los días 27 y 28 de octurbre un curso sobre la "Lectura en voz alta" que será impartido por Juan Mata (Universidad de Granada) y Andrea Villarrubia (Asociación Entrelibros de Granada y profesora de lengua y literatura en Secundaria).  Un curso en el que, en mi opinión, dada la altura de los ponentes y la potencialidad de la lectura en voz alta en todo el proceso lectoescritor, va a merecer la pena tomar parte, tanto si eres profesor, bibliotecario, mediador de lectura, voluntario o padre o madre de familia. Aquí debajo tenéis el programa y si queréis apuntaros, tenéis que enviar un correo con vuestros datos a esta dirección: casadetomasa@gmail.com. El curso, en función de las personas que se apunten, costará alrededor de 50€. 
 
Para más información: https://casadetomasa.wordpress.com/2017/09/15/curso-de-lectura-en-voz-alta-en-logrono-te-apuntas/

PROGRAMA

Viernes por la tarde (17:30/20:30)

1º Bloque (1 hora)
. Presentación
. ¿Por qué leer en voz alta?
. Lectura en voz alta y espacio poético
. Lectura en voz alta y emociones
. Lectura en voz alta y respuestas lectoras
. Lectura en voz alta, escucha y conversación
2º Bloque (2 horas)
. Diferencias entre contar cuentos y leer en voz alta
. Las características de la voz
. Prosodia y lectura en voz alta: articulación, acento, entonación, énfasis, pausas, segmentación, duración, ritmo, intensidad.

 Sábado por la mañana (10:00/14:00).

3º Bloque (4 horas)
. Prácticas de lectura en voz alta
. Álbumes ilustrados: Voy a comedte, Yo, El libro sin dibujos, El árbol rojo, Siempre te querré, El regalo.
. Poemas: Palabras para Julia, Simca 1200 azul celeste, Conjuro para convertir en príncipe a un sapo, Fidelidad, Cuanto más vieja me voy haciendo.
. Cuentos literarios: Es que somos muy pobres, El eclipse, El canario.

La risa y su coorporeización en los eternos payasos siempre nos ayudarán en la lectura.

sábado, 16 de septiembre de 2017

El canario. Un cuento de Katherine Mansfield.

¿Ves aquel clavo grande a la derecha de la puerta de entrada? Todavía me da tristeza mirarlo, y, sin embargo, por nada del mundo lo quitaría. Me complazco en pensar que allí estará siempre, aun después de mi muerte. A veces oigo a los vecinos que dicen: «Antes allí debía de colgar una jaula». Y eso me consuela: así siento que no se le olvida del todo.

…No te puedes figurar cómo cantaba. Su canto no era como el de los otros canarios, y lo que te cuento no es sólo imaginación mía. A menudo, desde la ventana, acostumbraba observar a la gente que se detenía en el portal a escuchar, se quedaban absortos, apoyados largo rato en la verja, junto a la planta de celinda. Supongo que eso te parecerá absurdo, pero si lo hubieses oído no te lo parecería. A mí me hacía el efecto que cantaba canciones enteras que tenían un principio y un final. Por ejemplo, cuando por la tarde había terminado el trabajo de la casa, y después de haberme cambiado la blusa, me sentaba aquí en la varanda a coser: él solía saltar de una percha a otra, dar golpecitos en los barrotes para llamarme la atención, beber un sorbo de agua como suelen hacer los cantantes profesionales, y luego, de repente, se ponía a cantar de un modo tan extraordinario, que yo tenía que dejar la aguja y escucharlo. No puedo darte idea de su canto, y a fe que me gustaría poderlo describir. Todas las tardes pasaba lo mismo, y yo sentía que comprendía cada nota de sus modulaciones.

¡Lo quería! ¡Cuánto lo quería! Quizá en este mundo no importa mucho lo que uno quiere, pero hay que querer algo. Mi casita y el jardín siempre han llenado un vacío, sin duda; pero nunca me han bastado. Las flores son muy agradecidas, pero no se interesan por nuestra vida. Hace tiempo quise a la estrella del atardecer. ¿Te parece una tontería? Solía sentarme en el jardín, detrás de la casa, cuando se había puesto el sol, y esperar a que la estrella saliera y brillara sobre las ramas oscuras del árbol de la goma. Entonces le murmuraba: «¿Ya estás aquí, amor mío?». Y en aquel instante parecía brillar sólo para mí. Parecía que lo comprendiera…; algo que es nostalgia y sin embargo no lo es. O quizá el dolor de lo que uno echa de menos, sí, era este dolor. Pero ¿qué era lo que echaba de menos? He de agradecer lo mucho que he recibido. CONTINUAR LEYENDO
 

166 aniversario de la escritoria Emilia Pardo Bazán.


Hoy se celebra el 166 aniversario de esta gran escritora, Emilia Pardo Bazán, escritora y defensora de los derechos de la mujer. A pesar de esa defensa, Emilia sufrió en su carnes, pese a ser pionera con una cátedra universitaria y la primera corresponsal en el extranjero, la marginación de aquella sociedad machista y pazguata de la que, desgraciadamente, todavía qudan restos. 

Su producción literaria es muy amplia. De sus obras destaco Los pazos de Ulloa. en la que refleja la Galicia profunda, casi, o sin casi, feudal, en donde la división de clases y el patriarcado, además de patente, aparece como natural. Todo ello dejando patente el papel colaborador de la Iglesia, tan patriarcal, feudal y clasista como la sociedad que pastoreaba.

También he leído de ella muchos cuentos. Pero de entre ellos destacaría dos muy recomendables: La chucha y El indulto. Son dos relatos que hemos leído en muchas Tertulias Literarias Dialógicas. En elllos, dentro del naturalismo de la autora, se plasman dos modelos de masculinidad totalmente diferentes y opuestos. En el primero, la masculinidad del preso se muestra como paladín de lo que hoy se han denominado "nuevas masculinidades". En el segundo relato, la masculinidad que aparece es la que hoy en día sigue todavía vigente en parte de nuestra sociedad. Una masculinidad intolerante y violenta que considera a la mujer como objeto y no como sujeto.

Finalmente, os remito a un artículo de Alberto López publicado en El País y en el que glosa la figura de tan insigne escritora: Emilia Pardo Bazán, la escritora aristócrata que defendió los derechos de la mujer.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Sempé y la lectura


Aniversario y homejnaje a Mario Benedetti


Con estas palabras queremos rendir homenaje al escritor, poeta y dramaturgo uruguayo Mario Benedetti, quien tal día como hoy habría cumplido 97 años. Con motivo de esta efeméride, os invitamos a leer el artículo "Vida y desvida de un relator de sueños", un tributo a Benedetti publicado en nuestra revista "Oralidad" en 2009, año de su muerte. 

Y con estas palabras me reivindico en que este autor es un CLÁSICO, algo que siempre me discutieron los que se creen propietarios y guardadores de las esencias de las Tertulias Literarias Dialógicas. ¡Qué atrevida es la ignorancia!

miércoles, 13 de septiembre de 2017

El Observatorio de la Lectura y el Libro publica la última actualización de su informe Los libros infantiles y juveniles en España 2017

Este estudio recoge los principales datos y las tendencias más interesantes de este subsector, uno de los más consolidados de nuestra industria editorial, además de una infografía con la información más destacada.

El Observatorio de la Lectura y el Libro presenta la última actualización de su informe Los libros infantiles y juveniles en EspañaEnlace externo, se abre en ventana nueva . El estudio monográfico recoge los principales datos de producción y facturación correspondientes a 2015, así como las tendencias más significativas de este subsector, uno de los más consolidados y de los principales motores de la industria editorial española. En el informe también se analizan las características de la oferta editorial del libro infantil y juvenil y su relación con otros medios, además de recopilar una selección de diversos recursos especializados y abordar la situación de la lectura infantil y juvenil y su promoción en España. CONTINUAR LEYENDO

"Odio". Un artículo de Rosa Montero publicado en el País el 10 de septiembre de 2017.

Cuando supe que habían matado a Younes me alegré. Pero inmediatamente sentí la desesperanza de haberme llegado a alegrar por una muerte violenta.

A LOS HUMANOS nos es muy fácil odiar. Amar se nos da bastante mal (amar sin posesividad, sin idealizaciones ni decepciones, sin celos, equívocos, exigencias, egoísmos), pero lo que es odiar todos lo hacemos divinamente. Los psicólogos saben que el odio es una respuesta irracional y primaria ante la frustración; cuando algo duele, algo angustia, algo nos estropea la vida, se nos dispara el odio y nos alivia. Es un automatismo, como cuando tenemos una herida en la boca y la lengua no deja de arrimarse a ella. Reconozcámoslo: en ese golpe primero de odio ciego y caliente hay placer. O, por lo menos, consuelo. Esa pulsión inmediata intenta dar salida a una emoción intensa con la que no sabemos qué hacer. Y, cuanto más inermes nos sintamos ante esa emoción, ante esa frustración, más arderá nuestra inquina.

Escribo todo esto, claro, porque ahora estamos emborrachados de odio. De un odio cada vez más febril y crecedero. Desde el atentado de las Torres Gemelas, que inauguró un nuevo terrorismo en Occidente, han pasado casi 20 años, y las repetidas masacres han ido consiguiendo lo que los terroristas pretenden, su mejor baza para triunfar: azuzar el odio indiscriminado contra el islam. En España, por ejemplo, hemos pasado de 49 incidentes de islamofobia en 2014 a 573 en 2016 (un incremento de más del 500%). Pero estos datos empalidecen ante la brutal ola de odio que ahora estamos viviendo tras lo de Cataluña: chicas apaleadas por llevar el pañuelo, un niño musulmán pateado por un energúmeno… Brama todo Occidente ansioso de sangre, sin duda amparado y espoleado en su furia racista por el ejemplo nefasto de los Trump (nunca pensé que volvería a citar al Ku Klux Klan en un artículo: los creía tan extintos como los diplodocus). Da igual que el 90% de los muertos por el terrorismo fundamentalista sean musulmanes y en países islámicos; da igual que los musulmanes de Occidente lo condenen (esas pobres madres de los terroristas muertos manifestándose en Ripoll me han roto el corazón). El odio no escucha y no ve; ignora sistemáticamente todo lo que no va de acuerdo con sus prejuicios.Me temo que es imposible evitar por completo el odio, que está en la misma base de lo que somos. Pero sí podemos y debemos evitar quedarnos apresados por él, eternizarnos y embrutecernos en el ritual del aborrecimiento. Como ya hemos dicho que produce placer, un placer arcaico y bárbaro, hay personas que lo siguen alimentando, exactamente igual que los drogadictos, hasta llegar a depender de su odio por completo y hacerlo la base de su identidad. Hasta definirse por el adversario al que odian. Como los Capuleto y los Montesco. Como el Ku Klux Klan o como los nazis. La historia del progreso social, de la civilidad y la democracia pasa precisamente por enfriar ese odio, por controlar de manera racional y con ayuda de las leyes esas emociones elementales y atroces.

Es difícil luchar contra esta marea venenosa. Confieso que cuando supe que habían matado a Younes me alegré. En primer lugar, por el alivio de haber acabado con ese peligro; pero supongo que también por el impulso de odio, por la venganza. E inmediatamente sentí cierto asco y la desesperanza de haberme llegado a alegrar por la muerte violenta de una persona de 22 años. Lo dijo hace 15 días Carlos Yárnoz en EL PAÍS en su magnífico artículo Tirar a matar: seis presuntos terroristas han fallecido por disparos de los Mossos y hasta el texto de Yárnoz nadie lo había resaltado. Nadie se inquietó. Nadie se preguntó si no podrían haber disparado a las piernas, como en Finlandia. Y lo peor es que estoy segura de que a la inmensa mayoría se le pasó la idea por la cabeza: pero optamos por ignorar la lucecita de alarma porque lo que queremos no es vencerlos, sino exterminarlos. Sí, es muy difícil luchar contra el odio, pero no tenemos más remedio que hacerlo si queremos mantener nuestra integridad. Y es que, en efecto, estamos en guerra y la estamos perdiendo, pero no por lo que dicen algunos que reclaman una respuesta más violenta, sino porque corremos el riesgo de convertirnos en unos tipos tan despreciables y tan llenos de odio como los terroristas.

martes, 12 de septiembre de 2017

"Contra el odio". Un magnífico libro de Carolin Emcke (Taurus, 2017, Barcelona).

Acabo de leer este libro y me ha encantado. La temática sobre la que gira el texto es la del odio, algo que se deja ver claramente en la frase que aparece en la portada y con la que se pone de manifiesto la intención de la autora:"No quiero que el nuevo placer de odiar libremente se normalice."

 A través de sus páginas Carolin Emcke va diseccionando el sentimiento del odio. Analiza su origen, sus causas y sus efectos. A través de tres capítulos: Visible-Invisible; Homogéneo-Natural-Puro; y Elogio de lo Impuro, van quedando al descubierto sus raíces y manifestaciones. Odio a la diferencia, a lo distinto, a lo impuro... Odio que no nace espontaneamente, que es preciso cultivar con esmero para que produzca sus frutos. Odio que puede tener una dimensión política, religiosa o social. Desde el odio por el origen, hasta el odio por no seguir los patrones "naturales" de género. 

Carolin nos habla del discurso del odio desde la derecha, de la intolerancia a la pluralidad de familias, del miedo a la llegada de refugiados... Significando que hoy en día, en un espacio público cada vez más polarizado, se está imponiendo una línea de persamiento que solo permite dudar de las opciones ajenas, nunca de las propias. Ante este planteamiento dogmático, la autora contrapone un elogio comprometido de lo diverso, de lo "impuro". La respuesta a nuestros problemas acutales, comenta, no puede quedar relegada sencillamente a los políticos, ya que todos somos responsables de luchar contra las formas cotidianas de desprecio y denigración. La democracia solo será posible si tenemos el valor de enfrentarnos al odio.

Así comienza el libro: "A veces me pregunto si debería envidiarlos. A veces me pregunto cómo son capaces de algo así: de sentir ese odio. Cómo pueden estar tan seguros. Porque quienes odian deben sentir eso: seguridad. De lo contrario, no hablarían así, no harían tanto daño, no matarían de esa manera. De lo contrario, no podrían humillar, despreciar ni atacar a otros de ese modo. Tienen que estar seguros. No albergar la más mínima duda. Si se duda del odio, no es posible odiar. Sí dudaran, no podrían estar furiosos. Odiar requiere una certeza absoluta. El más mínimo "tal vez" sería molesto. Cualquier "puede que" socavaría el odio y consumiría una energía que lo que pretende es, precisamente, ser canalizada."

Y termina:  "En "La condición humana" Hannah Arendt escribe que "el poder es siempre un poder potencial y no una intercambiable, mensurable y confiable entidad como la fuerza". Esta también sería la definición más acertada y más hermosa de un nosotros en una sociedad abierta y democrática: este nosotros es siempre un potencial y no algo inmutable, medible, fiable. Nadie define el "nosotros" en solitario. Este surge cuando las personas actúan juntas y desaparece cuando se dividen. Alzarse contra el odio y encontrarse en un nosotros para hablar y actuar juntos sería una forma valiente, constructiva y sutil de poder." -


domingo, 10 de septiembre de 2017

LEER PARA CREAR Y TRANSFORMAR EL MUNDO. Yolanda Reyes

Hace algunos años "saber leer y escribir" era una expresión que servía de rasero para separar a los que firmaban con una cruz, de aquellos que podían llenar un formulario o elegir el bus correcto. Esta división entre lectores y no lectores, con la que aún se colectan estadísticas, descansa en un concepto instrumental de alfabetización que dista mucho de caracterizar a los miembros activos de la cultura escrita.

Las razones para hablar de la lectura en el sentido amplio de acceso pleno al lenguaje como forma de pensamiento, expresión y comunicación, se sustentan en los hallazgos de disciplinas como la semiótica, la lingüística, la psicología, la pedagogía y la literatura. Gracias a esos hallazgos, hoy sabemos que leer es un proceso de negociación de sentidos y que el lector no se limita a extraer un significado dado de antemano por un texto inmutable y unívoco, sino que despliega una compleja actividad psíquica para construir múltiples significados. En lugar de repetir o subrayar "la idea principal", leer es participar de un diálogo entre un autor, un texto -verbal o no verbal- y un lector con todo su bagaje de experiencias, de motivaciones, de actitudes y de preguntas, en un contexto social y cultural diverso y cambiante.

Abordar la formación de lectores desde esta perspectiva implica, en primer lugar, concebirla como un proceso que se extiende durante un periodo prolongado en el desarrollo de las personas; que se inicia desde la primera infancia, mucho antes de la alfabetización formal, y que se da como resultado de una enseñanza y a partir de oportunidades para participar en una multiplicidad de prácticas de lectura con diversidad de propósitos, textos y destinatarios. En segundo lugar, entender que el acceso a la lectura transforma la estructura cognitiva y emocional del sujeto, al brindarle una herramienta poderosa para operar simbólicamente sobre la realidad y crear mundos posibles, más allá de las coordenadas concretas del aquí y el ahora. CONTINUAR LEYENDO

sábado, 9 de septiembre de 2017

La escucha como postura pedagógica en la enseñanza literaria. Cecilia Bajour

Hace ya tiempo que publiqué una entrada con esta ponencia de Cecilia Bajour. El otro día, preparando una sesión de formación sobre Lectura Compartida apareció de nuevo y la releí. Nuevamente, se me alegró el alma, porque pocas veces he leído cosas tan valiosas sobre LA ESCUCHA. Es por esto por lo que hoy la vuelvo a poner para que, si os apetece, la disfruteis y, sobre todo, la incoporéis a vuestras prácticas de lectura. Y como muesta, aquí tenéis uno de sus párrafos:

"La explicitación de aquello que rumorea en las cabezas de los lectores, o sea, la puesta en escena de la palabra, del silencio y de los gestos que suscita el encuentro con los textos me lleva a compartir la afirmación de Aidan Chambers de que en gran medida el acto de lectura radica en la conversación sobre los libros que leemos. En su libro Dime, imprescindible para pensar el tema de la escucha, incluye el texto de un colega quien cita a Sarah, una niña de ocho años: “Nosotros no sabemos lo que pensamos sobre un libro hasta que hemos hablado de él”. Dar y escuchar la palabra sobre lo leído, si nos detenemos en las palabras de Sarah, sería objetivar el pensamiento, volverlo visible para uno mismo y para otros. Es como escribir “en voz alta” la lectura y que otros la vivan como parte del texto que nuestras cabezas crean cuando leen."




viernes, 8 de septiembre de 2017

Cita de "Los miserables" de Víctor Hugo.


El inamovible canon literario o de nada sirve…Un artículo de María Jesús Fraga y Nuria Capdevila-Argüelles

Nos guste o no, los constructores del canon de la literatura española son –llevan años siéndolo– varones. A tenor de sus propuestas, para su configuración se basan en criterios estrictamente estéticos, fijados ya desde la antigua retórica. Ese canon es, por lo que se ve, inamovible. Eso sí, cabe la duda de que a esa rocosidad contribuyan cuestiones más prosaicas, como la pereza mental, el cómodo uso de lo manido, y, por qué no decirlo, el poder de los grupos mediáticos y de las grandes editoriales capaces de polarizar la atención de los críticos, y, por consiguiente, de los lectores, en detrimento de otras ofertas lanzadas con menor apoyo comercial.

[...] Pero la literatura es otra cosa. Sorprendente nos pareció en su día –tan solo hace siete años–, que José Carlos Mainer en el volumen VI de la Historia de la literatura española dedicado al período 1900-1939, despachara a una autora como Elena Fortún con una sola alusión a su corta y poco representativa participación en la revista zaragozana de poesía Noroeste. Sorprendente nos sigue pareciendo que una autora reivindicada como maestra literaria de la generación de los cincuenta (como lo han expresado reiteradamente autores desde Laforet a Martín Gaite y desde García Hortelano hasta Francisco Nieva), y creadora de Celia, el personaje infantil más notable de la literatura española, siga ausente en las otras historias de nuestra literatura del siglo XX. Tampoco tiene cabida en los programas de un buen número de nuestras Facultades de Filología. Y es que, si la entrada en el canon de la obra literaria escrita por mujeres es punto menos que imposible, ¿qué decir si esa literatura está escrita pensando en los niños?

¿No constituimos las mujeres el mayor colectivo dentro del global de lectores? ¿No se están reeditando obras que permiten reconstruir nuestro pasado, con cuyos personajes podemos identificarnos, que nos relatan? ¿No estamos satisfechas con ello? ¿Para qué queremos más? Dejémoslo así, permitamos que los sesudos varones sigan a lo suyo… Pero una buena parte de los investigadores y estudiosos de la literatura española llevan años esforzándose en recuperar autores y relanzar obras valiosas y aspiran no sólo a resquebrajar el criterio de excelencia y a cuestionar sus límites, sino también a preguntarse qué se debe entender hoy por excelencia y, sobre todo, quién la define. Sin percatarse de que todo nacimiento –o renacimiento– requiere el posterior bautizo apadrinado por un crítico –varón– respetado –o temido–, o, en su defecto, por una editorial poderosa.

jueves, 7 de septiembre de 2017

10 claves para leer y analizar un texto literario. Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

No todas las obras son claras y sencillas de leer, sino que muchas de las grandes obras contemporáneas esconden intenciones ocultas y temáticas subyacentes. Descubre cómo analizar un texto complejo con los siguientes 10 consejos.

Existen muchas obras de gran complejidad literaria que requieren del pensamiento crítico, la atención al detalle y una gran concentración. Si debes enfrentarte a un texto desafiante y hacer un resumen, reflexión o pretendes descubrir las temáticas principales que ahonda, es importante que tomes nota de los siguientes 10 consejos:

1. No dejes que el texto te abrume
Intenta acercarte al texto con curiosidad y expectativas razonables. Lo fundamental no es comprender todas las palabras, las expresiones y los argumentos, sino es descubrir la intención del autor y lo que la obra transmite en su conjunto.

2. Lee el prólogo o la introducción de la obra
La introducción o los prólogos suelen dar apertura a la obra y acercar conceptos claves que se tratarán más adelante. La colección de Letras Hispánicas de la editorial Cátedra son especialmente útiles ya que brindan el contexto histórico, los rasgos más importantes del texto, la vida del autor, la estructura, el estilo, etc.

3. No detengas la lectura para recurrir al diccionario
Si la palabra aparece numerosas veces a lo largo del texto sí conviene que busques su significado, pero muchas palabras puedes evitar buscarlas en el momento y luego por contexto descifrarla. De igual modo es bueno que al terminar de leer busques todas las palabras en el diccionario para conocerlas e incorporarlas.

4. Toma apuntes de la obra mientras lees
Los apuntes son muy útiles, especialmente cuando la narrativa es intrincada o con muchos detalles y personajes, como "Cien años de soledad" de Gabriel García Márquez. Sino aprovecha a anotar las cosas que entendiste o te han llamado la atención.

5. Identifica las temáticas que trata el libro
Las historias suelen tener temáticas y subtemas claros, y algunos subyacentes. Es muy útil identificar en torno a qué gira la narración y conviene recordarlo cuando debes hacer una reseña.

6. Analiza los personajes y el narrador de la obra
Reconoce al protagonista, sus enemigos, la información de cada personaje y su incidencia en la narración.

7. Presta atención al estilo de narración
El tipo de estructura, la sucesión de hechos, los saltos temporales, la presencia de recursos literarios como la analepsis (retornar a sucesos pasados) o la prolepsis (adelantar la narrativa en el tiempo).

8. Considera el estilo de lenguaje
La manera en que el autor se expresa, el tipo de lenguaje, si es formal o coloquial, si el estilo se relaciona con el argumento, si utiliza demasiados recursos literarios o predomina el diálogo.

9. Atiende al contexto histórico de la obra narrativa
La literatura es hija de su tiempo, por lo que es importante considerar el tiempo en que las obras son escritas, el contexto histórico, social y político que las rodea y cómo influye en el autor y su estilo.

10. Compara el texto con otras obras del mismo autor y de autores contemporáneos
Al considerar diferentes obras de un mismo autor puedes determinar si el autor ha evolucionado en su manera de redactar, su visión del mundo, el desarrollo de sus personajes, sus reflexiones, etc. Asimismo, al ver sus obras frente a otros textos de la época podrás discernir si se ese autor integra un movimiento literario o generación.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Bonito requiebro literario


La comprensión lectora es una habilidad compleja. Juan Cruz Ripoll.

Al menos no es una habilidad sencilla. Es lo que dice un pequeño escrito de Hugh Catts y Alan Kamhi que ha servido de prólogo para el foro clínico de la revista Language, Speech and Hearing Services in Schools.
Aparentemente se trata de algo muy obvio, pero quizá no lo es tanto al pensar en las dos implicaciones que ven los autores a la complejidad de la comprensión:
  1. La comprensión lectora no se puede evaluar con una o varias medidas de lectura.
  2. La comprensión lectora no se puede enseñar con un pequeño conjunto de enfoques o estrategias.
Ahora pensemos: ¿se evalúa la comprensión lectora en las escuelas? ¿Cómo se hace? ¿Existen casos en los que su enseñanza se traduce en “aquí trabajamos la comprensión con el método de…”?
Para Catts y Kamhi, entre las actividades que realizamos regularmente, la lectura es la más compleja de todas. Podemos entender o reconocer que la comprensión lectora es multidimensional, pero tendemos a evaluarla y a enseñarla como si fuera algo simple.
En un primer acercamiento, en la lectura se produce la interacción entre tres elementos: el lector, el texto y la actividad o propósito de la lectura.
  • Los lectores cuentan con diferentes habilidades cognitivas y lingüísticas, motivaciones, intereses y conocimientos.
  • En el texto habría que tener en cuenta el género, el tema, la complejidad y la forma de presentación, considerando conceptos como los textos electrónicos o la lectura de textos múltiples sobre un mismo tema.
  • La actividad puede ser leer para aprender, encontrar una información, valorar un argumento o por placer. CONTINUAR LEYENDO

martes, 5 de septiembre de 2017

Helena o el mar del verano. Un libro de Julián Ayesta.

Cuando apareció en 1952, Helena o el mmar del verano fue coniderada por un pequeño grupo de entusiastas lectores una de las obras más extraordinarias de la narrativa española de la posguerra. A través de los años permanece intacto el poder de sugestión y el lirismo de la escritura de Ayesta.

Realmntte es una deliciosavela corta que se desarrola en Gijón. El narrador, un adolescente, nos va contando au vida cotidiana, sus inquietudes religiosas -muy de la época-, y su relación con Helena: una relación llena de inocencia y sensibilidad. Son dos veranos y un invierno. En éste nos relata magistralmente  lo que en aquellos tiempos suponía para un chaval cuestiones como la tentación, el pecado, el remordimiento y el perdón. 

"Y la final teníamos los pies fríos y la cabeza caliente y una cosa como un sopor y un velo rojizo sobre los ojos y la boca temblorosa y reseca. Pero lo peor no era nada de esto, sino el remordimiento..."
 

Políticas públicas de lectura e investigación. El diseño del Plan Valenciano de Lectura. Gemma Lluch (Universitat de València), Dari Escandell, M. Àngels Francés, Josep Mª Baldaquí y Anna Esteve (Universitat d'Alacant). Publicado en la revista "Ocnos".

Resumen

Para determinar con exactitud qué acciones deben ser consideradas prioritarias en el diseño de las políticas públicas de lectura es necesario contar, en primer lugar, con equipos de investigación que aporten datos 
concretos que aseguren su éxito; en segundo lugar, con metodologías para su diseño, seguimiento y evaluación; en tercer lugar, con protocolos para su mejora y, finalmente, con indicadores para la medición de los objetivos y los resultados. Este artículo resume y reflexiona sobre los retos que enfrentan las políticas de lectura a partir de la revisión de las principales investigaciones e informes institucionales sobre el tema y describe el proceso de trabajo, las metodologías utilizadas y las líneas de acción prioritarias propuestas para el Plan Valenciano de Lectura. En resumen, se trata del proceso de trabajo emprendido por un grupo de investigación para asesorar a la administración en la puesta en marcha de un Plan de Lectura.


lunes, 4 de septiembre de 2017

El Rey Rana (Sapo) o Enrique el Férreo. Un cuento de los hermanos Grimm, conocido también por "El príncipe rana".



En aquellos remotos tiempos, en que bastaba desear una cosa para tenerla, vivía un rey que tenía unas hijas lindísimas, especialmente la menor, la cual era tan hermosa que hasta el sol, que tantas cosas había visto, se maravillaba cada vez que sus rayos se posaban en el rostro de la muchacha. Junto al palacio real se extendía un bosque grande y oscuro, y en él, bajo un viejo tilo, fluía un manantial. En las horas de más calor, la princesita solía ir al bosque y sentarse a la orilla de la fuente. Cuando se aburría, se ponía a jugar con una pelota de oro, arrojándola al aire y recogiéndola, con la mano, al caer; era su juguete favorito.

Ocurrió una vez que la pelota, en lugar de caer en la manita que la niña tenía levantada, lo hizo en el suelo y, rodando, fue a parar dentro del agua. La princesita la siguió con la mirada, pero la pelota desapareció, pues el manantial era tan profundo, tan profundo, que no se podía ver su fondo. La niña se echó a llorar; y lo hacía cada vez más fuerte, sin poder consolarse, cuando, en medio de sus lamentaciones, oyó una voz que decía: "¿Qué te ocurre, princesita? ¡Lloras como para ablandar las piedras!"; La niña miró en torno suyo, buscando la procedencia de aquella voz, y descubrió una rana que asomaba su gruesa y fea cabezota por la superficie del agua. "¡Ah!, ¿eres tú, viejo chapoteador?"dijo, "pues lloro por mi pelota de oro, que se me cayó en la fuente." - "Cálmate y no llores más, "replicó la rana, "yo puedo arreglarlo. Pero, ¿qué me darás si te devuelvo tu juguete?" - "Lo que quieras, mi buena rana," respondió la niña, "mis vestidos, mis perlas y piedras preciosas; hasta la corona de oro que llevo." Mas la rana contestó: "No me interesan tus vestidos, ni tus perlas y piedras preciosas, ni tu corona de oro; pero si estás dispuesta a quererme, si me aceptas por tu amiga y compañera de juegos; si dejas que me siente a la mesa a tu lado y coma de tu platito de oro y beba de tu vasito y duerma en tu camita; si me prometes todo esto, bajaré al fondo y te traeré la pelota de oro." – "¡Oh, sí!" exclamó ella, " te prometo cuanto quieras con tal que me devuelvas la pelota." Mas pensaba para sus adentros: ¡Qué tonterías se le ocurren a este animalejo! Tiene que estarse en el agua con sus semejantes, croa que te croa. ¿Cómo puede ser compañera de las personas? CONTINUAR LEYENDO

domingo, 3 de septiembre de 2017

El gato con botas. Cuento popular recopilado, entre otros, por Charles Perrault.




Un molinero dejó, como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario. Habrían consumido todo el pobre patrimonio.

El mayor recibió el molino, el segundo se quedó con el burro y al menor le tocó sólo el gato. Este se lamentaba de su mísera herencia:

-Mis hermanos -decía- podrán ganarse la vida convenientemente trabajando juntos; lo que es yo, después de comerme a mi gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.

El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido, le dijo en tono serio y pausado:

-No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.

Aunque el amo del gato no abrigara sobre esto grandes ilusiones, le había visto dar tantas muestras de agilidad para cazar ratas y ratones, como colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, que no desesperó de verse socorrido por él en su miseria. CONTINUAR LEYENDO
 

“Películas cerebrales”: una forma de imaginar y comprender la lectura (edutopia).


Dos expertos sugieren 10 pasos para que los niños lean y visualicen las historias como si fueran películas. ¿El objetivo? Mejorar la comprensión y fomentar el gusto por la lectura.
Donna Wilson y Marcus Conyers, son expertos en el dominio de la enseñanza basada en el cerebro y el liderazgo. Son co-desarrolladores del programa Brain Based Teaching en la Nova Nova Southeastern University y han escrito varios libro, entre esos, Five Big Ideas for Effective Teaching: Connecting Mind, Brain, and Education Research to Classroom Practice. Uno de los temas que Wilson y Conyers han trabajado en distintas oportunidades es la lectura y las estrategias que se pueden utilizar para formar buenos lectores. Para esto, dicen ellos, es importar trabajar el desarrollo de una habilidad llamada metacognición, es decir, la capacidad que tiene una personas de reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y autorregular sus procesos de aprendizaje. Una de las actividades que proponen para trabajar en esto se llama “películas cerebrales” y se basa en aquellas imágenes que se forman en la mente de los lectores mientras leen. 

El objetivo es que los profesores puedan guiar a los estudiantes para que visualicen mientras leen.

Esto les permitirá disfrutar el momento como si estuvieran viendo una película y por ende, disfrutar, comprender y retener más información. Enseñar a los estudiantes a crear películas en sus cerebros puede ayudarles a entender la complejidad de la no ficción, a ver los personajes, los escenarios y la acción dentro de las historias. De esta forma la lectura se convierte en algo divertido y sobre todo comprensible. CONTINUAR LEYENDO