sábado, 16 de julio de 2016

"El horla". Un cuento de Guy de Maupassant.

8 de mayo

¡Qué hermoso día! He pasado toda la mañana tendido sobre la hierba, delante de mi casa, bajo el enorme plátano que la cubre, la resguarda y le da sombra. Adoro esta región, y me gusta vivir aquí porque he echado raíces aquí, esas raíces profundas y delicadas que unen al hombre con la tierra donde nacieron y murieron sus abuelos, esas raíces que lo unen a lo que se piensa y a lo que se come, a las costumbres como a los alimentos, a los modismos regionales, a la forma de hablar de sus habitantes, a los perfumes de la tierra, de las aldeas y del aire mismo.

Adoro la casa donde he crecido. Desde mis ventanas veo el Sena que corre detrás del camino, a lo largo de mi jardín, casi dentro de mi casa, el grande y ancho Sena, cubierto de barcos, en el tramo entre Ruán y El Havre.

A lo lejos y a la izquierda, está Ruán, la vasta ciudad de techos azules, con sus numerosas y agudas torres góticas, delicadas o macizas, dominadas por la flecha de hierro de su catedral, y pobladas de campanas que tañen en el aire azul de las mañanas hermosas enviándome su suave y lejano murmullo de hierro, su canto de bronce que me llega con mayor o menor intensidad según que la brisa aumente o disminuya.

¡Qué hermosa mañana!

A eso de las once pasó frente a mi ventana un largo convoy de navíos arrastrados por un remolcador grande como una mosca, que jadeaba de fatiga lanzando por su chimenea un humo espeso.

Después, pasaron dos goletas inglesas, cuyas rojas banderas flameaban sobre el fondo del cielo, y un soberbio bergantín brasileño, blanco y admirablemente limpio y reluciente. Saludé su paso sin saber por qué, pues sentí placer al contemplarlo. CONTINUAR LEYENDO

jueves, 14 de julio de 2016

Poesía para el verano. Club Kiriko


Los niños necesitan modelos lectores de adultos que lean a su alrededor no solo para verlos leer, sino también, para escucharlos leyendo en voz alta. Oyendo a otros se aprende la cadencia de las frases, la entonación y modulación de la voz y las pausas y silencios ante los signos de puntuación. Leer poesía este verano es una ocasión para mostrar a los aprendices de lectores cómo incidir en el ritmo y el sentido de la frase. También retar a los niños a memorizar algunos versos puede ser una actividad divertida. Si al final celebramos un pequeño recital con premio, ya es el no va más.

En la guía de verano de Kirico que puedes conseguir en tu librería Kirico hay unos cuantos títulos de libros de poesía para que elijas el que más te guste: naturaleza, animales, sentimientos…
Fuente: Club Kiriko

miércoles, 13 de julio de 2016

Entrevista al escritor recientemente fallecido Agustín Fernández Paz: "La realidad y la fantasía son un continuo" (Fundación Cuatrogatos)

Agustín Fernández Paz (Vilalba, 1947-2016) es un autor de referencia obligada cuando se hace un recuento de lo más significativo de las letras conbtemporáneas para la niñez y la juventud en Galicia y en España. Licenciado en Ciencias de la Educación, trabajó como maestro durante más de tres décadas en la enseñanza primaria y en la secundaria. Su obra ha sido traducida a diversos idiomas. Fue ganador del Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil en 2011, entre otros importantes reconocimientos, y en enero de 2013 fue investido como doctor honoris causa por la Universidad de Vigo.

Fernández Paz tuvo la gentileza –y la paciencia– de responder el largo cuestionario que le enviamos desde la Fundación Cuatrogatos con el propósito de conocer más detalles sobre su destacada trayectoria literaria.

Usted se dio a conocer como autor de libros para niños en 1989. ¿Qué lo motivó a escribir para ese público?

Comencé a publicar cuando ya había cumplido los cuarenta años, pero lo cierto es que ya escribía desde bastantes años antes. Lo hacía en cuadernos que hoy llamaríamos diarios de lecturas, y de películas, y pedagógicos. Me gustaba escribir ensayos, todavía conservo algunos que no han perdido su interés.

En la literatura infantil y juvenil (LIJ, en adelante) entré, en buena medida, por mi profesión de docente. Comencé escribiendo cuentos para utilizar en mis clases, más tarde para incluirlos en materiales didácticos que elaborábamos un colectivo de profesores y, finalmente, acabé publicando mis primeros libros. Recibieron algunos premios importantes y fueron bien recibidos por los lectores. Eso me animó a continuar. 

[...] A través de mi trabajo en el aula fue como descubrí a los grandes autores de LIJ. Yo comenzaba a dar clase cuando en España, al final de la dictadura, diversas editoras iniciaron la publicación de los grandes autores europeos que antes no nos llegaban: Gianni Rodari, Roald Dahl, Úrsula Wölfel, Michael Ende, Astrid Lindgren… Para mí, supuso una conmoción: era una LIJ apasionante y de calidad, que no tenía nada que ver con los libros estereotipados y cargados de moralina. Cuando comencé a escribir, esos autores fueron mis guías. Y lo han seguido siendo, aunque a esos nombres se han ido sumando otros.

[...] Al escribir en gallego, me influyen los textos de su historia literaria. Pero también lo hacen los de la literatura universal que he podido leer. Kafka, Lovecraft o Roald Dahl están entre mis referentes más queridos, como también lo están escritores gallegos como Rosalía de Castro, Álvaro Cunqueiro o Méndez Ferrín. Como Borges, también puedo decir “yo soy los libros que he leído”.


martes, 12 de julio de 2016

El deporte como instrumento para la reinserción de jóvenes. Una colaboración entre el Centro de Intermamiento de Menores "Las Lagunillas" de Jaen y el Club de Atletismo Correcaminos de Martos.


A través de mi buena amiga Laura Cañas, hasta hace poco asesora del CEP de Jaén, me llegan noticias del Centro de Menores "Las Lagunillas" de esa ciudad. Van para cuatro años que, gracias a ella, tuve la oportunidad de colaborar con dicho centro. Desde entonces no ha habido curso en el que no les haya hecho una visita para, entre otras cosas, compartir con ellos lecturas y palabras, tal como ha quedado reflejado varias veces en este  blog. Pero hoy la noticia viene de la mano de Manolo Chamorro, marido de Laura, que en su momento fue director del CEP ya citado, y que en la actualidad ejerce como docente en un centro de Jaén. Manolo, además de su actividad docente, ha sido un afamado atleta, afición que no ha abandonado en ningún momento, siendo en la actualidad colaborador del Club de Atletismo Correcaminos de Martos, como entrenador. 

Manolo me cuenta que la relación entre el Club y el Centro surge cuando Sergio Águila, miembro del Club, fue a Las Lagunillas a dar una charla sobre su experiencia con las drogas y la delincuencia, para compartir con los menores cómo a través del atletismo consiguió tener un objetivo que le motivara a vivir otra realidad diferente a la que hasta aquel momento le estaba robando la vida. Al finalizar la charla, Sergio se ofreció para hacer un “taller” de atletismo, propuesta que fue muy bien aceptada por la dirección, que a su vez se la propuso a Manolo para que la hiciera realidad. Fue así como entraron en el centro para iniciar un proyecto de colaboración que ha sido altamente motivador para Sergio, Manolo y todo el Club de Atletismo, así como para los menores. De esta forma se ha iniciado un nuevo camino para que los jóvenes conozcan otra forma de sentirse más libres y vayan desechando las prótesis de identidad que surgen, entre otras cosas, del consumo de drogas y de la delincuencia que, a la larga, tan sólo provocan un vacío existencial que acaba corroyendo la vida.

De momento están saliendo del centro una vez a la semana para ir a la pista de atletismo donde, entre otras cosas, conviven con otros atletas y son acompañados por otros miembros del club que son vivos ejemplos de lo que puede ser la vida unida al deporte. Concretamente, la semana pasada les han acompañado tres féminas de su edad que son campeonas de Andalucía en distintas especialidades y con las que rápidamente se identificaron, estableciéndose una sana corriente de amistad. En esas visitas, no sólo se habla de atletismo, sino que aprovechan para meter un poco de todo: desde autoconocimiento, empezando por tomarse las pulsaciones tras el esfuerzo -algo que resulta muy gracioso para todos tras ver los resultados-, hasta cuestiones de autoestima, habilidades sociales, literatura, biología ... Cabe todo, según Manolo.

En la actualidad, el grupo lo forman 8 componentes. Y no paran. Así, esta semana  les van a acompañar a una carrera popular en un pueblo de Jaén. De esta forma comprobarán lo que es una competición en cuanto a desafío y en cuanto a satisfacción y superación personal. Están seguros, y yo con ellos, de que se van a enganchar al deporte. 

Ahora bien, esto, como dice Manolo, es el comienzo. No saben a dónde llegarán, porque los frutos vendrán más tarde y puede ser que no los vean. Pero, conociendo a Manolo y a través de él a Sergio y al Club de Atletismo Correcaminos de Martos, puedo decir, utilizando sus palabras, que por semillas y sembradores no va a quedar, y que, sin el menor atisbo de duda, alguna de ellas, por no decir todas, germinará.

¡¡¡ENHORABUENA A TODOS Y A TODAS!!!

Cuando tengamos más noticias las iremos contando



lunes, 11 de julio de 2016

Elegia a Ramón Sijé. Poema de MIGUEL HERNÁNDEZ. / J.M. Serrat


Yo quiero ser llorando el hortelano 
de la tierra que ocupas y estercolas, 
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas 
y órganos mi dolor sin instrumento. 
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento. 
Tanto dolor se agrupa en mi costado, 
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, 
un hachazo invisible y homicida, 
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida, 
lloro mi desventura y sus conjuntos 
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos, 
y sin calor de nadie y sin consuelo 
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo, 
temprano madrugó la madrugada, 
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, 
no perdono a la vida desatenta, 
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta 
de piedras, rayos y hachas estridentes 
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes, 
quiero apartar la tierra parte a parte 
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte 
y besarte la noble calavera 
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera: 
por los altos andamios de las flores 
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores. 
Volverás al arrullo de las rejas 
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas, 
y tu sangre se irán a cada lado 
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado, 
llama a un campo de almendras espumosas 
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas 
del almendro de nata te requiero, 
que tenemos que hablar de muchas cosas, 
compañero del alma, compañero.

Memorias de una horca. Un cuento de José Mª Eça de Queirós.

De un modo sobrenatural llegó a mí la noticia de la existencia de este papel, donde una pobre horca podrida y negra relataba algunas cosas de su historia. Esta horca procuraba escribir sus trágicas Memorias. Debían ser profundos testimonios sobre la vida. Como árbol, nadie conocía tan bien el misterio de la Naturaleza; como horca, nadie conocía mejor al hombre. Nadie puede ser tan espontáneo y genuino como el hombre que se retuerce al extremo de una cuerda, ¡a no ser ese otro que se le sube a los hombros! Por desgracia, la pobre horca se pudrió y murió.

Entre los apuntes que dejó, los menos completos son estos que transcribo, resumen de sus dolores, vaga apariencia de gritos instintivos. ¡Si ella hubiera podido escribir su vida compleja, llena de sangre y de tristezas! Es hora de que sepamos, por fin, cual es la opinión que la vasta Naturaleza, montes, árboles y aguas, tiene del hombre imperceptible. Tal vez este sentimiento me lleve algún día a publicar papeles que guardo avaramente y que son las Memorias de un átomo y las Notas de viaje de una raíz de ciprés.

Así discurre el fragmento que copio y que es, tan sólo, el prólogo de las Memorias:

«Pertenezco a una antigua estirpe de robles, raza austera y fuerte, que ya en la antigüedad dejaba caer de sus ramas pensamientos para Platón. Era una familia hospitalaria e histórica: ella había dado vida a navíos para la ruta tenebrosa de las Indias, lanzas para los alucinados de las Cruzadas y vigas para los techos sencillos y aromáticos que cobijaron a Savonarola, Spinoza y Lutero. Mi padre, olvidando las altas tradiciones sonoras y su linaje vegetal, tuvo una vida inerte y profana. No respetaba las morales antiguas, ni la ideal tradición religiosa, ni los deberes de la Historia. Era un árbol materialista. Lo habían pervertido los enciclopedistas de la vegetación. ¡Carecía de fe, de alma, de dios! Profesaba la religión del sol, de la savia y del agua. Era el gran libertino de la selva pensante. En verano no bien sentía la fermentación vívida de las savias, cantaba agitándose al sol, cobijaba los grandes conciertos de pájaros bohemios, escupía la lluvia sobre el pueblo encorvado y humilde de las hierbas y de las plantas, y por la noche, en el abrazo de las hiedras lascivas, roncaba bajo el silencio estelar. ¡Cuando llegaba el invierno, con la pasividad animal de un mendigo, alzaba hacia la impasible ironía del azul sus brazos flacos y suplicantes! CONTINUAR LEYENDO

El aya. Un cuento de José María Eça de Queirós.

Érase una vez un rey, joven y valiente, señor de un reino abundante en ciudades y cosechas, que partía a batallar por tierras distantes, dejando solitaria y triste a su reina y a un hijo chiquitín, que todavía vivía en su cuna, envuelto en sus fajas. La luna llena que lo viera marchar, llevado en su sueño de conquista y de fama, empezaba a menguar, cuando uno de sus caballeros apareció, con las armas rotas, negro de la sangre seca y del polvo de los caminos, trayendo la amarga nueva de una batalla perdida y de la muerte del rey, traspasado por siete lanzas entre la flor de su nobleza, a la orilla de un gran río. La reina lloró magníficamente al rey. Lloró, además, desoladamente al esposo, que era hermoso y alegre. Pero, sobre todo, lloró ansiosamente al padre que así deja al hijito desamparado, en medio de tantos enemigos de su frágil vida y del reino que sería suyo, sin un brazo que lo defendiese, fuerte por la fuerza y fuerte por el amor.

De esos enemigos, el más temeroso era su tío, hermano bastardo del rey, hombre depravado y bravío, consumido por groseras codicias, deseando la realeza tan solo por sus tesoros, y que hacía años que vivía en un castillo en los montes, con una horda de rebeldes, como lobo que, desde su atalaya, en su foso, espera la presa. ¡Ay, la presa ahora era aquella criaturita, rey que aún mamaba, señor de tantas provincias, y que dormía en su cuna con un sonajero de oro en la mano cerrada! CONTINUAR LEYENDO

De la lectura. Un artículo de Francisco González Crussí en la revista "Letras Libres".

Leer es algo asombroso. No hay explicación para este acto. La vista recorre, de izquierda a derecha, una hilera de símbolos negros horizontalmente dispuestos; después otra fila debajo de esa; luego otra más; y así las que siguen. En el Lejano Oriente, donde todo parece estar al revés, los símbolos se disponen en hileras verticales que la vista recorre de arriba abajo y de derecha a izquierda. Pero en ambos casos, a medida que vamos ejecutando este acto reiterativo, van surgiendo en nuestra mente paisajes, épicas batallas, grandes personajes de la historia o gentes de la vida común y corriente que nos cuentan sus vidas, sus alegrías y sus tribulaciones. Más todavía, los pensamientos que otros pensaron se vierten en nosotros, como si el pensamiento abstracto, sin imágenes, fuese un fluido sujeto a transvase, y nuestro cerebro idóneo recipiente. Fenómeno pasmoso, inexplicable, que no creo que la neurofisiología, con todo y sus espectaculares avances, llegue a dilucidar cabalmente jamás. Fenómeno tan complejo que creo que cae más allá de la humana comprensión. Y sin embargo, consideramos este acto como algo trivial, algo que ocurre todos los días: lo vemos llevarse a cabo en el parque, en el tranvía, en cualquier parte. Es tan común que ni siquiera llama la atención.

[...] Pero, suponiendo que la vida nos ha tratado bien y hemos aprendido a distinguir los buenos de los malos, creo que es posible hablar de conversación y amistad con los libros. Un escritor cuyas obras nos gustan es un autor que quisiéramos frecuentar. Visitar a alguien a menudo y deleitarnos cada vez con sus expresiones es ya una relación afectiva que, en lo que a nosotros se refiere, bien puede llamarse amistad. Que el objeto de este sentimiento sea un muerto o un ausente en nada disminuye la calidad del afecto; antes bien, lo valoriza. Porque así queda claro que se trata de un sentimiento desinteresado, libre de toda hipocresía: visitamos al amigo porque nos es placentero tratarlo, no porque la costumbre o los buenos modales nos obliguen. Si lo que dice nos divierte, reímos de buena gana, pero no tenemos que simular la risa por mera cortesía, como con frecuencia hacemos en la vida diaria “con tal de no ofender”. De la misma manera, si se nos ocurre un comentario hiriente, lo soltamos sin ambages, y jamás lamentamos haberlo soltado. Y si su compañía nos aburre, entonces, sin miramientos, bostezamos y mandamos fuera al amigo, lo regresamos al lugar de donde vino –para retomarlo en otra ocasión, si nos viene en gana, y sin temor a resentimientos–. Dígase si esto no es una amistad ideal: la pura esencia, el destilado prístino del sentimiento amistoso, como no se da –pero quisiéramos que se diera– en este bajo mundo.

[...] Porque, a pesar de los fervorosos panegíricos y retóricos enaltecimientos de la lectura, es un hecho que no siempre es esta digna de alabanza. Es importante hacer distingos. Hay quien consume literatura chatarra con el mismo empecinamiento con que otros engullen comida chatarra: ambos hábitos nefastos para la salud –mental y física, respectivamente–. Es decir, hay también una adicción a la lectura, con toda la significación negativa propia de las adicciones. Se lee entonces sin discernimiento ni provecho, por hábito, igual que el adicto usa la droga. Con razón el escritor sueco Olof Lagercrantz comparaba las bibliotecas con antros de vicio donde se consume el opio. Están los lectores arrellanados en sus bancas como los opiómanos echados en sus catres. La bibliotecaria es la administradora del tugurio y dispensadora de la droga. Y así como los fumadores de opio, entre volutas de humo, se hunden silenciosamente en sus paraísos artificiales, así los lectores van, calladamente, abismándose en sus respectivas fantasías.

Mercedes Sosa: Yo vengo a ofrecer mi corazón. (Fito Páez)


Quien dijo que todo está perdido 
Yo vengo a ofrecer mi corazón 
Tanta sangre que se llevó el río 
Yo vengo a ofrecer mi corazón. 

No será tan fácil, ya sé qué pasa 
No será tan simple como pensaba 
Como abrir el pecho y sacar el alma 
Una cuchillada del amor. 

Luna de los pobres siempre abierta 
Yo vengo a ofrecer mi corazón 
Como un documento inalterable 
Yo vengo a ofrecer mi corazón 

Y uniré las puntas de un mismo lazo 
Y me iré tranquilo, me iré despacio 
Y te daré todo y me darás algo 
Algo que me alivie un poco más. 

Cuando no haya nadie cerca o lejos 
Yo vengo a ofrecer mi corazón 
Cuando los satélites no alcancen 
Yo vengo a ofrecer mi corazón. 

Y hablo de países y de esperanza 
Hablo por la vida, hablo por la nada 
Hablo de cambiar esta, nuestra casa 
De cambiarla por cambiarla no más. 

Quien dijo que todo está perdido 
Yo vengo a ofrecer mi corazón

domingo, 10 de julio de 2016

Obituario con hurras. Un poema de Mario Benedetti.

Vamos a festejarlo
Vengan todos
Los inocentes
Los damnificados
Los que gritan de noche
Los que sufren de día
Los que sufren el cuerpo
Los que alojan fantasmas
Los que pisan descalzos
Los que blasfeman y arden
Los pobres congelados
Los que quieren a alguien
Los que nunca se olvidan

vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica

cualquier día
la muerte
no borra nada
quedan
siempre las cicatrices

hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas

se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera

vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto cualquiera

vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.

Cada vez que alguien muere. Un poema de Mario Benedetti.

Cada vez que alguien muere
por supuesto alguien a quien quiero
siento que mi padre vuelve a morir
será porque cada dolor flamante
tiene la marca de un dolor antiguo

por ejemplo este día en que ningún árbol
está de verde y no oigo los latidos
de la memoria constelada
y un solo perro aúlla por las dudas
vuelve a meterme en aquel otro
interminable en que mi padre
se fue mudando lentamente
de buen viejo en poca cosa
de poca cosa en queja inmóvil
de queja inmóvil en despojo

Si Dios fuera una mujer. Un poema de Mario Benedetti.

¿y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su divina
desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del
infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles

ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia.

Mujer de Lot. Un poema de Mario Benedetti.


Mujer estatua / tu historia 
azul verde malva roja 
quedó blanca de congoja 
extenuada y sin memoria 

mujer estatua / por suerte
fuiste hueso / carne fuiste 
y sin embargo qué triste
es tenerte y no tenerte 

mujer con lluvia y pasado 
avara de tus mercedes 
ojalá escampe y te quedes
para siempre de este lado 

mujer de sal y rocío
tu corazón sigue en celo 
y tu voz está de duelo
como la tierra y el río 

no olvides que no se olvida
hacia atrás o hacia adelante
ya el castigo fue bastante 
reincorpórate a la vida 

con audacia / sin alertas 
con razón o sin motivo 
mujer de lot / te prohíbo 
que en estatua te conviertas 

mujer otra / diferente
si no fuera juez y parte 
jugaría a desnudarte
lentamente / lentamente.

El canto de los cronopios. Julio Cortázar

Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.

Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.

Julio Cortázar - historias de Cronopios y de Famas

Poema del domingo triste. Ángel Buesa.


Este domingo triste pienso en ti dulcemente
y mi vieja mentira de olvido, ya no miente.

La soledad, a veces, es peor castigo...
Pero, ¡qué alegre todo, si estuvieras conmigo!

Entonces no querría mirar las nubes grises,
formando extraños mapas de imposibles países;
y el monótono ruido del agua no sería
el motivo secreto de mi melancolía.

Este domingo triste nace de algo que es mío,
que quizás es tu ausencia y quizás es mi hastío,
mientras corren las aguas por la calle en declive
y el corazón se muere de un ensueño que vive.

La tarde pide un poco de sol, como un mendigo,
y acaso hubiera sol si estuvieras conmigo;
y tendría la tarde, fragantemente muda,
el ingenuo impudor de una niña desnuda.

Si estuvieras conmigo, amor que no volviste,
¡qué alegre me sería este domingo triste!

Como la cigarra. Mercedes Sosa.


Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí,
resucitando.

Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra...

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.

Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra...

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.

A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra...

Creatividad: el gran timo cultural del siglo XXI La palabra se ha convertido en un fetiche consumista, adorado por las grandes corporaciones. El Confidencial

Uno de los mejores artículos culturales publicados este año se titula 'Hay una madre en Barcelona que no tiene un hijo artista'. Lo escribió Álvaro Colomer y explica la presentación del proyecto TheCreativeNet en la antigua fábrica de cerveza Damm en Barcelona. La impulsora y maestra de ceremonias era Bibiana Ballbé, periodista especializada en cultura chic, hipster y cool. El objetivo es trazar un “mapa de la creatividad” en la ciudad condal, una especie de directorio de emprendedores por debajo de cuarenta años, que a su vez también pueden apostar por sus artistas emergentes preferidos. ¿Suena chulo, verdad? Veamos que hay debajo del proyecto.

Durante la presentación, la periodista “se mostró eufórica ante un público plagado de rostros lampiños, gorras de béisbol y vaqueros rasgados a la altura de la rodilla”. Solo se recogió un reproche a la iniciativa, por parte del grupo de rock Seward, que a pesar de haber sido seleccionados veían las costuras al invento: “Al final esto es una cadena de favores que no refleja lo que ocurre realmente en la cultura. La gente que monta estas cosas llega a fin de mes hablando de nosotros, pero nosotros no llegamos a fin de mes hablando de nosotros mismos”, denunciaba un miembro del grupo.

¿Conclusión? Distinguir entre gente “creativa” y “no creativa” puede ocultar más de lo que muestra. Sobre todo la precariedad que asola al sector cultural desde el batacazo económico de 2008. En realidad, muy pocos artistas y promotores viven de su trabajo. Hoy ganan las marcas y algunos mediadores, mientras que ha desaparecido la clase media de los músicos, escritores y otras profesiones del sector, esos que no ganan millones, pero solían tener para vivir. Todos hablan de creatividad, pocos de desigualdad.

El libro perfecto para entender el proceso es 'Paradojas de lo cool' (La Vorágine, 2016), escrito por Alberto Santamaría, doctor en Filosofía por la universidad de Salamanca. Se trata de un texto breve, claro y brillante, que explica cómo la cultura sirve para recubrir la lógica capitalismo con una capa de azúcar. Cortamos y pegamos un fragmento: “¿Es casual que en plena crisis económica importantes instituciones pongan sobre la mesa programas para fomentar la creatividad? ¿Alguien puede creerse que esta relación entre creatividad, crisis y neoliberalismo es neutral y bondadosa? ¿Por qué sonreímos amablemente cuando alguien pronuncia la palabra creatividad? ¿Por qué no pensar que podría ser una palabra incómoda políticamente?”. CONTINUAR LEYENDO

Síndrome de Procusto: Prescindir de quien sobresale.

La incapacidad para reconocer como válidas ideas de otros, el miedo a ser superado profesionalmente por un subordinado o la envidia pueden llevar a algunos directivos o mandos intermedios a eludir su principal responsabilidad, tomar las decisiones más adecuadas para su empresa, dedicándose a cercenar las iniciativas, aportaciones e ideas de aquellos que pueden dejarles en evidencia. Es el Síndrome de Procusto, un nombre de origen mitológico que retrata una figura que suele observarse en entornos laborales y resulta nefasta para cualquier organización o equipo, incluido el de Comunicación. La propia definición del síndrome de Procusto ya deja claras sus negativas consecuencias: “Aquel que corta la cabeza o los pies de quien sobresale”.

Historia del mito:

En la mitología griega, Procusto era un posadero que tenía su negocio en las colinas de Ática. Cuando un viajero solitario se alojaba allí, Procusto entraba por la noche en su habitación y le ataba las extremidades a las esquinas de la cama. Entonces, había dos posibilidades. Si el viajero era más grande que la cama, Procusto le cortaba las extremidades que sobresalían (pies, brazos, cabeza…) para que ‘encajase’ exactamente en el lecho. Si por el contrario era más pequeño, le ‘estiraba’ hasta descoyuntarlo para que se adaptase a la medida. De hecho, el verdadero nombre del posadero era Damastes. Procusto era su apodo ya que significa ‘el estirador’. Lo cierto es que nadie se adaptaba inicialmente a la medida ya que, al parecer, Procusto tenía dos camas para esta tarea, una grande y otra pequeña, y asignaba una u otra habitación en función de la altura del huesped. El héroe Teseo, en el último de sus trabajos, fue quien acabó con Procusto engañándole para que se tumbase en la cama, momento que aprovechó para atarle y aplicarle su propio ‘método’.

El Lecho de Procusto:

La literatura universal ha utilizado frecuentemente esta figura desde la antigua Grecia y muy pronto se aplicó a diferentes entornos como la familia, la empresa, la política… Básicamente Procusto se ha convertido sinónimo de uniformidad y su síndrome define la intolerancia a la diferencia. Así, cuando alguien quiere que todo se ajuste a lo que dice o piensa, lo que quiere es que todos se acuesten en el ‘Lecho de Procusto’. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: excelencemanagement.wordpress.com


Una app para la dislexia, ganadora del Premio Princesa de Girona. Luz Rello.


Luz Rello es posiblemente desconocida por el gran público, más allá de haber aparecido en estos últimos días en diferentes medios de comunicación. Su trabajo consiste en crear una herramienta informática que ataque la dislexia en el ámbito educativo, tanto desde el punto de vista de la detección como de la posterior intervención, lo que permitiría reducir el abandono escolar provocado por el trastorno en niños de todo el mundo.

Este trabajo es fruto del empeño de muchos años de investigación, en el que Luz Rello (Madrid, 1984; licenciada en Lingüística, doctora en Ciencias de la Computación y máster en Tecnología del Lenguaje Humano) juega uno de los papeles más importantes de su equipo de trabajo. Es fundadora de Change Dyslexia, un proyecto social sobre el que han elaborado —por ahora— dos sistemas relacionados con la dislexia.

Por un lado Dytective, una plataforma que permite detectar la dislexia en chavales a partir de los 3 años. Para probarla, tan sólo tendremos que acudir a la página web oficial del proyecto y seguir las instrucciones del juego, que promete no llevarnos más de 10 minutos.

Por otro lado, Piruletras (que en inglés se llama Dyseggxia) es una app que busca aportar la ortografía precisamente en chavales que hayan sido diagnosticados con dislexia. Está disponible para iOS o Android de forma gratuita. En contrapartida, la lectura la tenemos en IDEAL eBook Reader, también desarrollada con el trabajo de Rello Sánchez.

En la actualidad, además de su trabajo con Change Dyslexia y con otras entidades comoAshoka, Luz Rello es una de las investigadoras del equipo de trabajo del institutoInteracción Persona-Computadora de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh, Pennsylvania, y una de las más prestigiosas universidades de todo el mundo. Su trabajo científico parte de esta universidad, y precisamente los artículos que publican alrededor de la dislexia les permiten confirmar el buen funcionamiento de sus creaciones y propuestas, desde el punto de vista científico.

Fuente: Educación3.0

miércoles, 6 de julio de 2016

Pensamientos



¿ Cuándo llegaré a ser fuerte? Pregunté.
Y ella con un suave sonrisa respondió: " cuando aprendas a no hacer daño a nadie."

Alejandro Jodorowsky

La ciudad de la noche pavorosa. Un cuento de Rudyard Kipling (1865-1936).

El denso calor que se cernía sobre la tierra frustraba toda esperanza de sueño. Las cigarras contribuían al calor, y los chacales, aullando, ayudaban a las cigarras. Era imposible sentarse tranquilo en la casa oscura, vacía, poblada de ecos, a contemplar el punkah mientras batía el aire. De modo que a las diez de la noche planté mi bastón en el centro del jardín y esperé a ver hacia dónde caía. Señaló directamente a la carretera, iluminada por la luna, que conduce a la Ciudad de la Noche Pavorosa. 

El animal saltó de su madriguera y corrió a través de un cementerio musulmán abandonado, donde calaveras sin mandíbulas y tibias rotas expuestas sin piedad por las lluvias de julio brillaban sobre el suelo, donde la lluvia había mordido sus canales. El aire calentado y la tierra agobiada habían hecho subir a los muertos a la superficie en busca de un poco de fresco. La liebre seguía saltando: husmeó con curiosidad un fragmento de un tubo de lámpara ahumado y desapareció en la sombra de un grupo de tarayes. La cabaña del tejedor de alfombras, al cobijo del templo hindú, estaba repleta de hombres dormidos, que yacían allí como cadáveres en sus sudarios. Por encima de ellos resplandecía el ojo fijo de la luna.

La oscuridad otorga una falsa impresión de frescura. Era difícil no creer que la corriente de luz que venía de arriba fuera cálida. No tan caliente como el sol, pero sí de una calidez enfermiza que calentaba el aire pesado. El camino hasta la Ciudad de la Noche Pavorosa se extendía recto como una barra de acero pulido; a cada lado del camino, yacían los cadáveres: ciento setenta cuerpos de hombres. Algunos, todos de blanco, con las bocas atadas; otros, desnudos y negros, como el ébano bajo la potente luz; y uno -que yacía con la boca abierta, lejos de los otros– blanco plateado y gris ceniciento.

Un leproso dormido; y el resto, sirvientes, tenderos y chóferes de la parada cercana; la escena, una de las entradas principales de la ciudad de Lahore, y la noche era una de las calurosas de agosto. Eso era todo lo que había que ver, pero en ningún caso era todo lo que no podía ver. El embrujo de la luna se volcaba por todas partes, y el mundo estaba horriblemente cambiado. La larga hilera de muertos desnudos, flanqueaba por la rígida estatua de plata, no era un espectáculo agradable. Estaba constituida sólo de hombres. ¿Acaso las mujeres se veían forzadas a dormir al abrigo de sus sofocantes cabañas de adobe, como mejor pudieran? El lamento quejumbroso de un niño desde un bajo techo de adobe respondió a mi pregunta. Donde están los niños, ahí están las madres, que deben cuidarlos. Necesitaban cuidados en aquellas noches sofocantes. Una cabecita negra del tamaño de una bala espió por la albardilla, y una pierna delgada y morena, dolorosamente delgada, se deslizó hasta el canalón. Se oyó el tintineo agudo de unas pulseras de cristal, el brazo de una mujer asomó por un instante sobre el parapeto, se enroscó en el delgado cuello infantil y el niño fue arrastrado, protestando, al abrigo de su camastro. CONTINUAR LEYENDO EL CUENTO

Nota: Este cuento aparece dentro del libro: Cuentos de la India

lunes, 4 de julio de 2016

El presidente del jurado. Un cuento de Charles Dickens.

Han pasado ya algunos años desde que se cometió en Inglaterra un asesinato que atrajo poderosamente la atención pública. En nuestro país se oye hablar con bastante frecuencia de asesinos que adquieren una triste celebridad. Pero yo hubiese enterrado con gusto el recuerdo de aquel hombre feroz de haber podido sepultarlo tan fácilmente como su cuerpo lo está en la prisión de Newgate. Advierto, desde luego, que omito deliberadamente hacer aquí alusión alguna a la personalidad de aquel hombre.

Cuando el asesinato fue descubierto, nadie sospechó -o, mejor dicho, nadie insinuó públicamente sospecha alguna- del hombre que después fue procesado. Por la circunstancia antes expresada, los periódicos no pudieron, naturalmente, publicar en aquellos días descripciones del criminal. Es esencial que se recuerde este hecho.

Al abrir, durante el desayuno, mi periódico matutino, que contenía el relato del descubrimiento del crimen, lo encontré muy interesante y lo leí con atención. Volví, incluso, a leerlo otra vez, o quizá dos. El descubrimiento había tenido lugar en un dormitorio. Cuando dejé el diario tuve la impresión, fugaz, como un relámpago, de que veía pasar ante mis ojos aquella alcoba. Semejante visión, aunque instantánea, fue clarísima, tanto que hasta pude observar, con alivio, la ausencia del cuerpo de la víctima en el lecho mortuorio. CONTINUAR LEYENDO

domingo, 3 de julio de 2016

LECTURA COMPARTIDA Y ESTRATEGIAS DE COMPRENSIÓN LECTORA EN EDUCACIÓN INFANTIL. Llamazares Prieto; María Dolores Alonso-Cortés Fradejas. Revista Iberoamericana de Educación, vol. 71 (2016), pp. 151-172

SÍNTESIS. Hoy en día, la lectura de cuentos es una práctica habitual en las aulas de Educación Infantil. Casi a diario, los niños se sientan en la zona destinada a la biblioteca de aula y disfrutan escuchando las narraciones que en voz alta lee su maestra. Es indudable que esta actividad contribuye a que los aprendices desarrollen el gusto por leer y se familiaricen con la lengua escrita, pero ¿hasta qué punto se aprovecha la situación para que los niños aprendan a ser lectores activos y estratégicos? Convencidas de que puede obtenerse mucho más rendimiento de esta agradable rutina, en este trabajo mostramos cómo la lectura de cuentos puede convertirse en una oportunidad para enseñar estrategias de lectura y, por lo tanto, para desarrollar, ya desde una edad temprana, las habilidades de comprensión lectora. Para ello, tras delimitar un marco conceptual, proponemos una secuencia didáctica de lectura compartida y dialógica y la ilustramos con ejemplos de una implementación llevada a cabo en un aula con niños de 4 y 5 años.

[...] Desde que Whitehurst, Falco, Lonigan, Fischel, De Baryshe, Valdez-Menchaca y Caulfield (1988) acotasen el concepto de lectura dialógica por primera vez, se han realizado numerosos estudios de intervención que también han revelado que, frente a los niños que solo participan en situaciones de lectura en voz alta convencionales, los niños que participan en situaciones escolares de lectura compartida disfrutan de un amplio catálogo de beneficios. Así, por ejemplo, aprenden más vocabulario (Hargrave y Sénechal, 2006) y sus construcciones narrativas son mejores y mejor contextualizadas (Lever y Sénéchal, 2011).


He aquí una muestra de lo que propone el artículo y que después desarrollará con un ejemplo:

"Asimismo, y puesto que numerosos estudios de intervención han demostrado que las prácticas de comprensión lectora más efectivas son aquellas que incluyen instrucción explícita de estrategias de lectura (Ripoll y Aguado, 2014), sugerimos centrar la interacción con los niños en el entrenamiento, antes, durante y después de la lectura, de varias de ellas: activación de conocimientos previos, realización de inferencias y monitorización o autorregulación del proceso de comprensión. 

Se han encontrado innumerables evidencias de que el nivel de conocimientos previos predice la comprensión lectora (McNamara, Kintsch, Songer y Kintsch, 1996; Samuelstuen y Bråten, 2005; McNamara, Ozuru y Floyd, 2011) y de que la activación de este tipo de conocimientos tiene un efecto beneficioso sobre la capacidad de comprensión de textos (Kostons y Van der Werf, 2015). No obstante, distintas investigaciones realizadas en el ámbito escolar también han evidenciado que los docentes no siempre se detienen a activar, antes de la lectura, los conocimientos de los que los niños ya disponen (Llamazares, Ríos y Buisán, 2013). 

Igualmente crucial para la comprensión lectora es la capacidad de realizar inferencias (Oakhill y Cain, 2012), es decir, la capacidad de ir más allá de lo que el texto dice (significado literal) para llegar a lo que el texto quiere decir (significado implícito) y hay un amplio conjunto de estudios que han probado que los niños pueden desenvolverse en el procesamiento inferencial ya a corta edad (Van den Broek et al., 2005). Sin embargo, con frecuencia, en el ámbito escolar se retrasa el entrenamiento de este tipo de habilidades hasta que la mecánica de la descodificación está dominada.

Por último, consideramos que es necesario prestar especial atención a la denominada autorregulación, es decir, a la capacidad que tiene el lector de autointerrogarse para comprobar hasta qué punto está comprendiendo lo que lee. Como las anteriores, es una capacidad que predice la comprensión lectora (Birgisdóttir, Gestsdóttir y Thorsdóttir, 2015) y se han mostrado los beneficios de entrenarla en los escolares (Joseph, Alber-Morgan, Cullen y Rouse, 2015), pero tampoco es frecuente que se trabaje en las aulas.

Desde nuestro punto de vista, las situaciones de lectura compartida dialógicas son idóneas para el desarrollo de dichas estrategias en Educación Infantil: propician que los expertos y los aprendices pongan en común lo que saben sobre el tema del que trata el texto (Pearson y Hansen, 1983) y sobre los propios materiales impresos (Justice y Kaderavek, 2002) y se ha visto que con este tipo de prácticas los maestros pueden llegar a implicar a sus alumnos en conversaciones con un alto nivel inferencial, incluso en la etapa preescolar (Van Kleeck, 2008; Zucker, Justice, Piasta y Kaderavek, 2010). Además, al tratarse de situaciones durante las que se fomenta el pensamiento en voz alta, pueden ofrecer numerosas oportunidades de que el lector detecte sus dificultades y se plantee la manera de salvar obstáculos de comprensión. Ahora bien, no sin una instrucción explícita por parte del docente. Así pues, nuestra propuesta contempla también la utilización de algunas de las técnicas que se han probado más eficaces para ello: el cuestionamiento, el modelado, la introspección y el andamiaje. 

El cuestionamiento o formulación de preguntas es, con seguridad, el método de instrucción de estrategias más frecuente y conscientemente utilizado. Aplicado a la instrucción de estrategias durante los procesos de comprensión lectora, supone indagar no tanto para comprobar qué están comprendiendo o cómo están escribiendo los alumnos, sino para ayudarles a articular las diversas clases de conocimiento (Beltrán, 1996). No obstante, tal y como señalan Duke y Pearson (2002), el tipo de preguntas que los docentes hacen a los aprendices determinará la clase de preguntas que se plantearán cuando lean autónomamente: si reciben constantes preguntas sobre los detalles literales de los textos, cuando se enfrenten a ellos por sí solos, tenderán a centrarse en los detalles; si, por el contrario, las preguntas que se les formulan les obligan a conectar la información que aparece dispersa en el texto, en el futuro se centrarán en la integración de significados.

El modelado es el esfuerzo que realiza el profesor para explicitar qué es lo que piensa y hace en el momento de resolver una determinada tarea cognitiva (Monereo, Pozo y Castelló, 2001). Ha sido incluido desde hace años en numerosos programas y modelos de instrucción de estrategias de comprensión lectora con resultados altamente positivos (Kucan y Beck, 1997) y supone «pensar en voz alta», mostrar a los aprendices no solo los pasos que está siguiendo como lector o escritor experto, sino también explicar el porqué de cada decisión tomada, de cada estrategia aplicada. Dicho de otra manera, implica la verbalización y exteriorización de los procesos de pensamiento y de autorregulación llevados a cabo por el docente, permitiendo que los niños observen cómo se construye la comprensión de textos. 

El andamiaje, por su parte, se refiere al apoyo que un experto suministra a un aprendiz inexperto para ayudarle a realizar una tarea y que ha de ir retirándose gradualmente a medida que el alumno vaya siendo capaz de realizarla por sí mismo (Bruner, 1983; Beltrán, 1996). Según apuntan Ankrum, Genest y Belcastro (2014), es un elemento distintivo de las prácticas efectivas de comprensión lectora y, aplicado a la instrucción de estrategias de comprensión lectora, supone saber adoptar un papel mediador para proporcionar inmediatamente una solución sin pistas, ayudas o sugerencias que indiquen a los aprendices cómo continuar comprendiendo. 

Finalmente, la introspección requiere, como el modelado, la explicitación de los procesos de pensamiento, también a medida que se va realizando la tarea, pero, en este caso, por parte del aprendiz. Como señalan Monereo, Pozo y Castelló (2001), quienes lo denominan análisis de casos de pensamiento, este método de instrucción de estrategias permite un diálogo abierto sobre las distintas formas en que los niños resuelven un determinado reto cognitivo y la identificación de los conocimientos previos que están activando. Aplicado a la instrucción de estrategias de lectura, supone permitir que los aprendices reflexionen en voz alta sobre los pasos y decisiones que han tomado para producir significados por escrito o para acceder al sentido de un texto. Se ha demostrado que cuando se fomenta que los alumnos piensen en voz alta durante los procesos de lectura, mejora su capacidad de resumir el contenido de un texto (Silven y Vauras, 1992), así como su capacidad de autorregulación de la comprensión lectora (Baumann, Seifert-Kessell y Jones, 1992)."

Rey y rey. Un cuento de Linda De Haan y Stern Nijland


sábado, 2 de julio de 2016

Sobre el "Biblioburro" de Colombia.


Entrevista a George Steiner: “Estamos matando los sueños de nuestros niños”

[...] P. La poesía vive… o mejor dicho, en este mundo de hoy sobrevive. Algunos la consideran casi sospechosa.

R. Estoy asqueado por la educación escolar de hoy, que es una fábrica de incultos y que no respeta la memoria. Y que no hace nada para que los niños aprendan las cosas de memoria. El poema que vive en nosotros vive con nosotros, cambia como nosotros, y tiene que ver con una función mucho más profunda que la del cerebro. Representa la sensibilidad, la personalidad.

[...] P. Habla usted de la utopía y de su contrario, la dictadura de la certidumbre…

R. Muchos dicen que las utopías son idioteces. Pero en todo caso serán idioteces vitales. Un profesor que no deja a sus alumnos pensar en utopías y equivocarse es un muy mal profesor.

P. No se sabe bien por qué el error tiene tan mala prensa, pero el caso es que en estas sociedades exacerbadamente utilitarias y competitivas la tiene.

R. El error es el punto de partida de la creación. Si tenemos miedo a equivocarnos jamás podremos asumir los grandes retos, los riesgos. ¿Es que el error volverá? Es posible, es posible, hay algunos atisbos. Pero ser joven hoy no es fácil. ¿Qué les estamos dejando? Nada. Incluida Europa, que ya no tiene nada que proponerles. El dinero nunca ha gritado tan alto como ahora. El olor del dinero nos sofoca, y eso no tiene nada que ver con el capitalismo o el marxismo. Cuando yo estudiaba la gente quería ser miembro del Parlamento, funcionario público, profesor… hoy incluso el niño huele el dinero, y el único objetivo ya parece que es ser rico. Y a eso se suma el enorme desdén de los políticos hacia aquellos que no tienen dinero. Para ellos, solo somos unos pobres idiotas. Y eso Karl Marx lo vio con mucha anticipación. En cambio, ni Freud ni el psicoanálisis, con toda su capacidad de análisis de los caracteres patológicos, supieron comprender nada de todo esto.

Fuente: El País. Babelia

viernes, 1 de julio de 2016

Nueva página web de la Asociación Entrelibros.Os recomiendo que hagáis una visita.


La Asociación Entrelibros es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, de carácter laico, abierta e integrada por voluntarias y voluntarios de diversas edades y dispares experiencias personales y profesionales. La característica común a todos nosotros es la disposición a leer a otros, a leer con otros. Consideramos que los libros compartidos son manos tendidas, oportunidades de diálogo, vías de conocimiento mutuo. Mantenemos la confianza en el poder cordial de la palabra poética, de las palabras que emocionan, hacen pensar, estimulan los sueños y favorecen la comprensión.

El fundamento de las actividades de la Asociación Entrelibros es la lectura en voz alta, entendida como un encuentro, un desinteresado ofrecimiento de amistad. La lectura en voz alta da presencia pública a las palabras de los libros y promueve las palabras de quienes las escuchan, tanto más necesarias cuanto más vulnerables, abatidas o relegadas se encuentren esas personas. Al leer en voz alta ofrecemos tiempo y voluntad de conversación, que es para nosotros un modo de dar sentido a la experiencia individual y colectiva, de escuchar con atención los pensamientos, los recuerdos, los deseos o los sentimientos de otros.

Tertulia Literaria de Barrio en el Casco Viejo de Vitoria-Gasteiz.


Ayer por la tarde tuvo lugar la Tertulia Literaria de Barrio en el Casco Viejo de Vitoria-Gasteiz organizada por Sareak Josten (Tejiendo Redes) para Zaharraz Harro (Orgulloso de lo Viejo). Sareak Josten lo componen distintas organizaciones que trabajan dentro del espacio de la parte más antigua de la ciudad con personas inmigrantes. Está compuesta por: ACCEM, ADRA, ADSIS, Asociación Insola, Cártitas Zona Centro, CEAR, GIAN RADIX2 y Saregune (Sartu Alava).

A eso de las seis de la tarde (en las fotos podéis ver algunos momentos de los preparativos) nos juntamos en la Plaza de Santo Domingo. Alrededor de sesenta personas tomábamos pacíficamente la plaza para hacer visible la diversidad y la forma en que la lectura compartida de textos literarios puede ayudar a la convivencia igualitaria a través del diálogo. Los textos escogidos para esta tertulia fueron: "Algo muy grave va a suceder en este pueblo" de Gabriel García Márquez, y un cuento anónimo titulado "Sopa de piedra". Estos cuentos comentados en los diferentes grupos compuestos por personas de distintos orígenes fueron los mediadores de diálogos muy fructíferos a través de los que nos fuimos enriqueciéndonos con las visiones que sobre la vida, el amor, los valores, el género, el rumor, el hambre, la guerra, los intereses creados, el dinero, la violencia, etc. teníamos cada una de las personas participantes, todo ello aderezado con las distintas cosmovisiones provenientes de diferentes territorios del mundo. ¡UNA AUTÉNTICA GOZADA!

Finalizamos la Tertulia de Barrio leyendo entre todas y todas y en distintos idiomas un poema de Felipe Juaristi titulado: Txorien aberria / La patria de los pájaros.

LA PATRIA DE LOS PÁJAROS

Los pájaros tienen su patria: ligera como una pluma, vital como el aire, ancha y extensa como un corazón generoso.

Allí encuentran refugio todos los pájaros, los tristes y los alegres, los asustados y los intrépidos, los grandes y los pequeños, los vistosos y los feos.

No hay banderas en esa patria.

Pero todos los colores se unen en su cielo: el negro del cuervo, el blanco de la paloma, el verde del jilguero, el amarillo del canario, el rojo del petirrojo, cómo no.

No hay muros en esa patria, ni jaulas, ni manicomios, ni cuarteles.

No hay armas en esa patria, ni escopetas, ni fusiles, ni pistolas.

Todas las noches sueño que estoy allí.

TXORIEN ABERRIA
Txoriek badute beren aberria: lumajea bezain arina, airea bezain bizigarria, bihotz zintzoa bezain zabala.

Han aurkitzen dute babes triste zein pozik, izuturik zein izurik gabe bizi diren txoriek, handi zein txiki, polit zein itsusi diren txoriek.

Ez dago banderarik aberri horretan.

Baina kolore guztiak biltzen dira hango zeruan: belearen beltza, usoaren zuria, txantxangorriaren gorria, karnabaren berdea, kanarioaren horia…

Ez dago harresirik aberri horretan, ez kaiolarik, ez eroetxerik, ez kuartelik.

Ez dago armarik aberri horretan, ez eskopetarik, ez fusilik, ez pistolarik.

Askatasunaren herria da.

Gauero egiten dut hartaz amets.


 


El cuento maravilloso de tradición oral, pervivencia y actualización para todos los públicos, incluyendo el infantil. Laura Marta Guerrero Guadarrama. Revista Catalejos.

Los cuentos de la tradición oral, llamados también cuentos de hadas o relatos maravillosos, son tan antiguos como la humanidad, hablan en símbolos y metáforas del mundo y de los seres humanos; son relatos universales que viajan a través del tiempo para traspasar todas las fronteras inventadas a lo largo de la historia. Los creadores, seres anónimos, los fueron tejiendo y organizando en largas jornadas de aprendizaje y deleite, dirigidas a públicos diversos y heterogéneos, entre quienes, seguramente, se encontraban los niños y niñas. Las historias han sido fijadas mediante la escritura por muchas personas conscientes de su trascendencia; han sido transcritas con fines antropológicos; pero en otras ocasiones se adaptan al lenguaje literario para realzar sus cualidades artísticas. Las objeciones surgen cuando nuevas adaptaciones dejan de lado aspectos del mundo simbólico del relato tradicional que son su fortaleza, cuando las historias se banalizan y se les despoja de su sabiduría. Italo Calvino, a mediados del siglo XX, decidió realizar la compleja tarea de reunir, seleccionar y revitalizar artísticamente los relatos italianos, respetando sus cualidades primordiales. Una tarea semejante es la que ha realizado Fabio Morábito en México tal y como los hermanos Grimm pretendieron con sus compilaciones. Han logrado remitizar las historias, esto es, han retenido el sustrato simbólico y lo han actualizado para el mundo contemporáneo con idéntico poder de revelación que en el pasado.