- Me gusta leer porque me gusta leer. Suena a perogrullada, pero no lo es. Recuerdo que en mi infancia no leí demasiado; eso sí, dibujé mucho y jugué más, inventando historias y personajes. Pero un día descubrí los libros y la lectura. Y desde entonces he tenido un lugar propio donde ser feliz siempre. Podría decir que leer me hace feliz, inmensamente feliz.
-Y el primero que recuerdo que leí entero fue Ivanhe, de Sir Walter Scott, en una edición de quiosco publicada por Orbis, en traducción de Guillem d’Efak. Me lo recomendó mi padre, al que le pregunté en su momento qué leer, y me respondió «a los clásicos, que no defraudan nunca», y no falló. Fue el libro que me convirtió en lector.
Fuente: Revista Texturas
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