se espanta de su imagen reflejada,
apresuradamente escapa
de sí misma.
Yo también me miro en el espejo
y por una vez no me ahuyenta
mi rostro algo cansado; al contrario,
cierta ternura, algo así como afecto,
me detiene, y reconozco que soy yo
la que se mira,
la que se ve,
la que se acepta,
¿Será esto hacerse vieja?
Bello muy muy bello,Poema.Gracias.
ResponderEliminarNos hace vér la importancia de la aceptación propia en cada etapa de nuestra vida..y cada arruga en nuestro rostro un tesoro acumulado.