sábado, 26 de julio de 2025

"LA SALUD MENTAL DE LOS ADOLESCENTES: ". UN SÍNTOMA DE UNA SOCIEDAD VULNERABLE". Marino Pérez Álvarez (Psicólogo, académico y ensayista) Universidad de Oviedo, Theconversarion.com 21 JUL 2025

La crisis de salud mental es ya una característica del siglo XXI, identificado también como “el siglo de la soledad”. En un principio, las personas mayores eran quienes más sufrían las crisis de salud mental y soledad por razones que parecían obvias. También resultaba esperable en otras franjas de la vida adulta (los 30, 40 y 50 años); a cada década, su crisis: trabajos precarios, hipotecas, primeros divorcios, chequeos médicos, etcétera.

Sin embargo, hoy en día la crisis de salud mental por antonomasia se asocia principalmente con los niños, los adolescentes y jóvenes, edades cada vez más fluidas entre sí y las que peor están ahora (no en vano son conocidas como la “generación ansiosa”).

Los estudios muestran que del 35 % al 50 % de los escolares y estudiantes universitarios presentan síntomas de ansiedad y depresión. Otros problemas –como las adicciones, anorexia, bulimia, conductas autolesivas, ideas suicidas y suicidios o TDAH– van igualmente en aumento. La hospitalización de adolescentes por salud mental crece y empieza en edades más tempranas.

La crisis de salud mental que afecta a la infancia, la adolescencia y la juventud es doblemente paradójica. Por un lado, ocurre en la sociedad del bienestar y, por otro, aflige a las mejores edades de la vida, que reciben cuidados de bienestar emocional como nunca.

Una explicación común enfatiza el estrés al que, se supone, están sometidas las nuevas generaciones. Se suele invocar la presión escolar (tareas, exámenes, evaluaciones), el cambio climático (ecoansiedad) y las redes sociales.

Es difícil ver la presión escolar como explicación, ya que los contextos educativos cuidan de que nada perturbe el bienestar de los escolares, evitando correcciones y suspensos y, en su lugar, prodigando beneplácitos.

Las propias universidades se han convertido en “espacios seguros” para que nada contravenga las opiniones de los estudiantes, cuando debieran ser precisamente lugares “inseguros” para las opiniones previas en aras de nuevos conocimientos, incluidos aquellos que desafían lo dado por sabido.

La ecoansiedad –en realidad ansiedad ante las noticias, sin duda preocupantes, sobre el cambio climático– es también difícil de ver como explicación de la crisis de salud mental, pese a que la refieren el 84 % de los jóvenes de 16 a 25 años. La ecoansiedad es más una posición ética y política que propiamente un padecimiento psicológico.

Las redes sociales sí, efectivamente, están exacerbando el malestar psicológico de los niños, adolescentes y jóvenes notablemente desde 2012, cuando se generaliza su uso. Sin embargo, las redes sociales no explican la crisis, que ya venía de antes. La recrudecen, pero no la crean. CONTINUAR LEYENDO

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