En este artículo se habla sobre el derecho que tienen los niños y las niñas a no dar besos, abrazos u otras formas de expresión afectiva si no quieren hacerlo. El texto se centra en las relaciones con el entorno próximo del niño. Ahora bien, pienso que este planteamiento se ha de hacer extensible a todos los lugares, en especial al del centro educativo, evitando así, entre otras, algunas prácticas que se han extendido con la denominada "educación emocional", o con aquello de, por ejemplo, "dale un beso" para hacer las paces. Además, añadiría que este derecho afecta a todas las edades de la persona y a todo lo que tenga relación con su intimidad. Nadie puede ser presionado en sus expresiones afectivas ni para que relate sus relaciones con otra persona. El hacer esto arguyendo finalidades educativas no supone más que una perversión de la propia educación.
"Todo el que tenga niños sabe que en la mayoría de los casos lo más normal es que se muestre verdad2eramente renuente a dar muestras de afectos tales como besos o abrazos tanto a familiares como a conocidos y lo cierto es que obligarlos a hacerlo de todos modos es la peor de las opciones en cualquiera de los casos. Lo cierto es que obligar a los niños a demostrar afecto que no les nace de manera natural en realidad no los vuelve más sociables sino más vulnerables al abuso sexual y al desarrollo de conductas sexuales de complacencia, aunque los adultos desconozcan estas graves consecuencias." Leer más
Fuente: pequelia.es
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