Mostrando entradas con la etiqueta Álbumes ilustrados mudos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Álbumes ilustrados mudos. Mostrar todas las entradas

jueves, 24 de septiembre de 2020

Contar cuentos con libros álbum sin palabras (CHILDREN'S LITERATURE IN CRITICAL CONTEXTS OF DISPLACEMENT)

FUNDAMENTOS

Los libros álbum sin palabras, donde las imágenes llevan el peso de la narrativa, se conocen como álbumes “sin palabras” o “mudos”. Al no tener un texto escrito que pueda presentar una barrera para niños pequeños o incluso para algunos adultos, pueden animar a quienes se sienten incómodos con la lectura a acercarse al libro. Son textos hospitalarios, ideales para compartir en grupos multilingües o en grupos donde hay una variedad de niveles de lectura y / o lenguaje, pero también donde hay una variedad de edades. Las imágenes secuenciadas invitan a los lectores a expresar la historia en sus propias palabras y, dado que no hay interpretaciones correctas o incorrectas, todos pueden convertirse en coautores. Por lo tanto, los álbumes sin palabras promueven una participación activa y conjunta, además de conversación, aprendizaje de idiomas, construcción de significados y habilidades en cuanto a la narración de cuentos. Ofrecen oportunidades para hablar sobre las imágenes y las formas en que los ilustradores utilizan los elementos  visuales, por ejemplo, el color, los marcos y la perspectiva, para contar una historia. Además, pueden ser especialmente útiles para invitar a los participantes a responder a la historia de diferentes formas, desde la dramatización hasta la escritura.

CONSEJOS PARA LOS MEDIADORES

• Por lo general, en las imágenes de estos álbumes hay mucho que ver, así que asegúrese de que los participantes tengan suficiente tiempo para mirar el libro y que lo puedan mirar una y otra vez si lo
desean.
• Deje pasar un tiempo antes de pedir a los participantes que intenten contar la historia en palabras, más bien, ofrezca oportunidades para conversar sobre sus inferencias e impresiones del libro y asegúrese de que todos sientan que su versión de la historia es valorada.
• En lugar de “caminar y hablar” a través del libro, muéstreles cada página sin decir nada, pero manténgase atento a si alguien quiere decir algo, señalar un detalle o hacer una pregunta. Al final,
pídales a los participantes que piensen en una palabra que resuma el libro.
• Piensen en cómo los elementos visuales se usan para contar historias (colores, perspectiva etc.) y crear significado.
• Intente contar la historia usando sonidos, ruidos o incluso canciones y música, puede comenzar y luego pedirles a los participantes que ayuden o pedirles que cuenten otro álbum sin palabras de esta manera.
• La historia también se puede contar o acompañar con una acción dramática, haciendo movimientos corporales y gestos.
• Hagan una lista de palabras, quizás en diferentes idiomas, para describir los objetos o los caracteres de las imágenes.
• Anime a los participantes a agregar burbujas de diálogo o de pensamiento a las imágenes (vea la actividad sobre Anotaciones).
• Grabe en audio las historias que los participantes cuentan sobre los libros y compártalas. Las grabaciones también se pueden hacer para comparar las historias contadas después de cada lectura o para ayudar a escribir las historias.
• Escriba la historia colectivamente, asegúrese de que todos sientan que tienen algo valioso para contribuir a la historia colectiva: una palabra, un sentimiento, un recuerdo.

TOMANDO NOTAS DE LAS REACCIONES DE LOS NIÑOS

Tanto los niños como los adultos, incluso los propios mediadores, a menudo se sorprenden cuando ven un libro sin palabras por primera vez y se preguntan cómo se puede ‘leer’. También se preguntan si estos libros ofrecen algo de ‘beneficio’, especialmente para niños mayores. Por lo tanto, es importante aprovechar la oportunidad para hablar sobre el papel de las palabras y las imágenes en una historia y quizás también sobre las imágenes y símbolos que vemos a nuestro alrededor y cómo los interpretamos. Los mediadores también a menudo se sorprenden de la concentración que puede ocurrir durante la lectura de un álbum sin palabras mientras que los participantes intentan darle sentido a la historia. Esta es la razón por la cual se debe permitir suficiente tiempo para leer y mirar con cuidado. En nuestra experiencia, los niños que han leído estos álbumes a menudo hacen comentarios como “te hace pensar más”, “tienes que usar más tu imaginación” o “tienes que inventar tus propias palabras / historias”. Al tomar notas sobre cómo las historias que los niños y otros participantes cuentan después de varios encuentros con el mismo libro, los mediadores pueden observar cómo han aumentado sus habilidades en cuanto a lenguaje y narración.

CRÉDITO Y LECTURAS RECOMENDADAS
Gracias a Nora Obregón por sus comentarios y consejos.

Algunas de estas ideas han sido adaptadas de tres recursos en inglés:

https://www.ibby.org/fileadmin/user_upload/Tips_for_SB.jpg
https://www.scottishbooktrust.com/uploads/store/mediaupload/128/file/Using%20wordless%20picture%20books.pdf
https://www.ibby.org/fileadmin/user_upload/Silent_Books_ENG.pdf

Artículos y listas de álbumes sin palabras en español:






miércoles, 11 de septiembre de 2019

“Los álbumes ilustrados mudos son gimnasia para el cerebro y fomentan la creatividad”. Los libros sin palabras obligan a los lectores “a construir un relato". Un artículo de Un artículo Adrián Cordellat publicado en El País.


Apenas unas semanas antes del inicio de la Feria del Libro de Madrid la editorial Nórdica lanzaba al mercado dentro de su catálogo infantil una nueva adaptación de uno de los grandes clásicos de la literatura universal, Caperucita roja, una historia que proviene de la tradición oral medieval y que ha sido reinterpretada, entre otros, por Charles Perrault (1697) y los hermanos Grimm, que dieron en 1812 forma a la versión que casi sin modificaciones ha llegado hasta nuestros días.

La revisión de Caperucita Roja de Adolfo Serra publicada por Nórdica tiene un valor diferencial: es muda. Está construida solo a base de imágenes en tres tonos: negro, rojo y naranja. No hay espacio para el texto. “Su visión sobre el cuento clásico es fascinante. Las imágenes son muy potentes, hablan por sí solas y nos conectan con nuestros miedos de una forma espectacular. Hay mucho simbolismo en la narración, es una auténtica belleza”, sostiene Susana Sánchez, responsable de la colección infantil de Nórdica. Para su autor, Adolfo Serra, esta particular versión de Caperucita Roja permite que sean los niños o adultos, “a través de la lectura de imágenes y jugando con metáforas o símbolos visuales, los que construyan su propio relato basado en el recuerdo del cuento y sus propias experiencias, emociones o ideas”. CONTINUAR LEYENDO