La Odisea habría que cantarla, bailarla, decirla con una voz bella. Tal como se hizo durante siglos, cuando aún no se transmitía en forma escrita. ¿Alguien me la contó? No tengo ningún recuerdo de ello. Seguramente en mi infancia leí algún libro ilustrado que narraba la epopeya de Ulises, porque recuerdo la imagen de Penélope deshaciendo su obra por las noches, mi asombro porque nadie sospechaba de su treta y mi temor a que fuera descubierta. Y luego ese arco que ninguno de los pretendientes lograba tensar, y mi preocupación ante la idea de que alguno de ellos pudiera hacerlo.
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