Jacob Blivens era un niño "horriblemente bueno", y un fervoroso lector de todos los libros de la escuela dominical. Allí estaba la clave de su extraño comportamiento. Jacob creía y confiaba en todos aquellos niños-modelo de los libros, quería fervientemente ser uno de ellos, y formar parte de alguna de aquellas historias. El único inconveniente era que a Jacob las cosas nunca le salían como en los libros. Su obstinación en imitar a los niños buenos de los cuentos, le significó toda clase de vejaciones y accidentes. Finalmente murió despedazado por una explosión. Su cuerpo quedó distribuido en cuatro pueblos cercanos.
Jim era un niñito malo. A él tampoco las cosas le salían como en los libros de la escuela dominical, donde a los niñitos malos le sucedían accidentes y castigos, y finalmente se veían en la obligación de arrepentirse y pedir perdón. A Jim todo, absolutamente todo le salía de maravillas. Este niño malo tenía muy buena suerte y el final de la historia lo prueba. Creció, se hizo rico, y obtuvo un puesto en la Cámara Legislativa.
De esta forma comienza Marcela Carranza su reseña sobre el libro: "Historia de un niñito bueno. Historia de un niñito malo". Un interesante artículo aparecido en la Revista "Imaginaria". Y añade:
"No es casual la alusión a Saki al comenzar esta reseña. Tanto Mark Twain (1835-1910) como Saki (Hector Hugh Munro; 1870-1916), son dos grandes maestros del humor, de la ironía. Un humor muy anglosajón, no caben dudas. Y no sólo eso, ambos apuntan sus dardos hacia un mismo objetivo: la literatura para niños moralizante, aburrida, ridícula y pacata, teñida de la religiosidad puritana de aquellos tiempos: los famosos libritos de la escuela dominical "que le secaron el cerebro" al pobre Jacob. El humor es la herramienta que ambos autores utilizan para desenmascarar ese discurso adulto hipócrita destinado a los niños."
Por mi parte, además de recomendaros el artículo de Marcela Carranza, tan sólo me queda dejar a vuestra disposición ambos cuentos.
EL CUENTO DEL NIÑO MALO
Para finalizar, tan sólo recordar el aviso para navegantes (profes y demás) de Mark Twain. He aquí lo que escribió al inicio de Las aventuras de Huckleberry Finn(1884):
"AVISO: Las personas que intenten encontrar un motivo en esta narración, serán perseguidas. Aquellas que intenten hallar una moraleja, serán desterradas, y las que traten de encontrar un argumento, serán fusiladas". (Twain, M. Las aventuras de Huckleberry Finn, Barcelona: Planteta, 1993, p. 3)
¡¡¡ A ver si algunos y algunas se van enterando. Que no me sean más papistas que el papa !!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario