El pasado martes por la tarde volvimos a retomar la Tertulia Literaria o Club de Lectura -tanto monta, monta tanto, mientras sean dialógicos- de la prisión de Zaballa/Araba, sita en Nanclares de la Oca (Álava). Son más de 20 años de actividad ininterrumpida. Algo que, en vez de cansarnos, nos renueva año a año.
Nos volvimos a encontrar los del curso pasado, salvo los que, afortunadamente, han salido en libertad, y algunas caras nuevas. Tras los saludos y las presentaciones de rigor, amén de una sencilla explicación sobre lo que hacemos, nos pusimos manos a la obra, en este caso a las "obras", ya que en estas primeras sesiones utilizamos cuentos o relatos cortos para después pasar a la novela, que es el génro más utilizado, aunque, de vez en cuando, también tocamos el ensayo.
En esta ocasión hablanos animada y dialógicamente sobre dos textos: La marca de nacimiento, de Nathaniel Hawthorne (1804-1864) y Revolución, de Slawomir Mrozek (1930-2013)
Comenzamos por el texto de Hawthorne que fue el que, no sin sorpresa, nos mantuvo hablando la mayor parte del tiempo tertuliano. Cuestiones como la esperanza, la ciencia y su relación con la ética, la tecnología, el consuelo, la eternidad, la muerte, la perfección... afloraron al diálogo alentadas tanto por el texto como por el propio intercambio de pareceres. Para cuando nos dimos cuenta, casi habíamos agotado el tiempo, así que con cierta premura nos solazamos en el magnífico cuento de Mrozek. Una joya.
Finalmente repartimos y acordamos el número de páginas a leer para la próxima sesión. La novela lleva por tíutlo Palmeras en la nive, de Luz Gabás. A ver qué tal resulta. Lo que es seguro es que, visto lo visto, diálogo no va a faltar.
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