jueves, 16 de octubre de 2025

"EL 'BOOM' DE LEER EN COMÚN". Álvaro Devís. Revista Plaza 11/10/2025

Llevan existiendo toda la vida, pero, desde el confinamiento, los clubs de lectura han empezado a ser protagonistas del día a día de las librerías en València y en España. Decenas de lectoras (las participantes son, abrumadoramente, lectoras) se reúnen para compartir una experiencia que siempre se ha entendido como íntima, pero que se multiplica cuando se piensa en grupo

Abrir un libro siempre se ha pensado como un gesto íntimo, reservado a los momentos en soledad o, al menos, de tranquilidad. Pero algo cambia cuando ese acto se comparte en voz alta, entre desconocidos, que se convierten en cómplices de lecturas. Siempre pasa igual: la vergüenza inicial, el miedo a no saber qué decir, se disuelve en la conversación y, de repente, la lectura se transforma en experiencia colectiva.

En València, los clubs de lectura se han multiplicado en los últimos años hasta convertirse en uno de los motores de la vida cultural de las librerías y bibliotecas públicas. No es solo un encuentro alrededor de un libro: es la construcción de una comunidad a través de una dinámica sin jerarquías que hace el cierre perfecto del círculo virtuoso de una lectura. «Es un clima muy respetuoso, en el que partimos siempre de que nadie sabe más que nadie», subraya Almudena Amador, de la librería Ramon Llull. En esa atmósfera de confianza, el libro deja de ser únicamente un objeto de consumo para convertirse en excusa, en puente y en territorio compartido.

Para entender el fenómeno, primero los datos: según el informe de la Federación de Gremios de Editores de España, en 2024, la lectura en nuestro país alcanzó un máximo histórico: el 65,5% de la población lee en su tiempo libre, mientras que en la Comunitat Valenciana el índice se quedó en el 63,8%, algo por debajo de la media nacional. El total de población no lectora está en mínimos; desde la pandemia, las dinámicas que ya marcaban un camino se han acentuado.

Y, claro, esto también se ha traducido en ventas y dinamización de las librerías: «Cuando llegó la pandemia, pensábamos que iba a ser el final. Y, todo lo contrario, desde el principio vimos que los clientes querían cuidar sus librerías. Ese boom inicial de ventas consiguió que las librerías mejoráramos mucho, que cuidáramos mejor también a nuestros clientes. Y, sobre todo, creo que estos años han servido para que las instituciones nos tengan en cuenta por primera vez».

Los clubs no son idénticos en todas partes, pero sí comparten una misma pulsión: reunir a gente alrededor de un libro y generar conversación. En La Primera, Julia Carrasco García enumera una larga lista de grupos activos: en una pequeña librería de barrio acogen varios, de literatura norteamericana, de terror, de literatura portuguesa, de filosofía y ensayo, «y otros que van y vienen según las circunstancias». Ella misma coordina uno de literatura griega moderna, heredero de un club dedicado a la antigüedad clásica: «Caí casi por casualidad en ese club, como lectora tímida que solo escuchaba, y acabé lanzándome a hablar, y ahora soy yo quien lo coordina desde la librería», confiesa. Es decir, su vida en la librería La Primera empezó como lectora, luego coordinó un club de lectura y, desde hace apenas unos meses, se ha convertido en su propietaria a través de un traspaso.

Y, claro, esto también se ha traducido en ventas y dinamización de las librerías: «Cuando llegó la pandemia, pensábamos que iba a ser el final. Y, todo lo contrario, desde el principio vimos que los clientes querían cuidar sus librerías. Ese boom inicial de ventas consiguió que las librerías mejoráramos mucho, que cuidáramos mejor también a nuestros clientes. Y, sobre todo, creo que estos años han servido para que las instituciones nos tengan en cuenta por primera vez».

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