El 29 de noviembre terminamos el libro de James Joyce: "Retrato de un artista adolescente". Esta vez las sesiones han venido marcadas de una forma singular por el libro, ya que se escapa de lo que podemos considerar un texto al uso. Joyce, además de un gran autor, es un innovador, un escritor que explora nuevas formas de expresión. Eso sí, sin perder en ningún momento su gran calidad literaria. Todo esto es lo que ha hecho que las sesiones de tertulia hayan estado jalonadas por dos momentos que se repetían. En el primero, al manifestar la opinión sobre lo leído, había casi unanimidad en que el texto era difícil de seguir y que, por tanto, no gustaba. Ahora bien, en un segundo momento, a la hora de iniciar la lectura y el comentario de los párrafos, era sorprendente observar que se habían elegido más de los esperados y que los diálogos que se producían sobre esos párrafos eran ricos e intensos. Nuevamente se evidenciaba que la comprensión lectora consiste en la construcción de significados elaborada por un grupo de personas que leen el mismo texto.
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario