Virginia Woolf. National Portrait Gallery |
Si las condiciones socioculturales hubieran limitado su formación y el ejercicio de su vocación y hubieran necesitado condiciones materiales para lograr su independencia intelectual y desarrollar su creatividad, tal y como ha venido pasando con las mujeres, en los libros de Historia de la cCultura figurarían la mitad de la mitad de la mitad de hombres que ahora.
Además de su papel en el hogar como esposas, madres y educadoras, la mujer ha realizado una importante labor en el desarrollo cultural que la Historia, contada por hombres, ha llenado de ausencias. Sería posible citar a miles de mujeres que, de una forma u otra, han destacado en los campos más variados de la cultura. Pero la mayoría de ellas tuvo que vencer perplejidades y desconfianzas ajenas para crear un espacio, un reconocimiento y un lenguaje propio. Muchas pasaron por vidas difíciles y complicadas, fruto de la búsqueda constante de su identidad ocultada por un mundo de hombres. Y aunque algunas fueran reconocidas en su época —y eran consideradas excepciones del género e incluso milagros de la naturaleza—, la historia de la cultura ha sido tremendamente injusta con ellas. Históricamente hablando, a la mujer le ha estado vedado el esplendor; y su independencia ha producido grandes desasosiegos.
La Enciclopedia Historia Naturalis, escrita en el año 70 antes de nuestra era por Plinio el Viejo, atribuye la invención de la pintura a la joven Kora, hija del alfarero Butades Sicyonius, y menciona a seis mujeres artistas de la Antigüedad. De ninguna de ellas se tienen datos fiables ni se han conservado sus obras. Sí se sabe que, en el siglo I a.C, Iaia de Kyzikos retrataba mujeres patricias y tallaba marfiles. Durante la Edad Media algunas mujeres de cuna noble que permanecen en el anonimato, realizaron labores de bordado y fabricación de tapices. Durante el siglo XV, periodo de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, con las nuevas ideas del Humanismo y el Renacimiento en las que supuestamente se abandonaba la rígida y dogmática mentalidad establecida en la Europa medieval, las mujeres con inquietudes culturales podrían haber tenido idéntica oportunidad que los hombres de la época, pero Europa estaba consolidada bajo linaje masculino y las líneas hereditarias se realizaban en nombre del varón, con lo cual la mujer desconocía el valor de la independencia. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: unitedexplanations.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario