lunes, 1 de marzo de 2021

Fábula 220 de Cayo Higinio (colección de "Fábulas mitológicas)

 Cayo Julio Higinio (Valencia, 64 a.C. - 17) fué un famoso escritor hispano-latino. Nació esclavo, fué liberado por Augusto debido a su inteligencia y llegó a estar a cargo de la Biblioteca Palatina, en cuyas aulas enseñó Filosofía.

Es conocido por dos obras, una «Astronomía poética», en la que describe la mayoría de las grandes constelaciones, vistas como los animales y seres mitológicos que les dan los nombres con los que las conocemos aún hoy en día, tal y como se ve en la ilustración medieval de más arriba, y una colección de «Fábulas mitológicas». Una de esas fábulas, que impresionó especialmente a Heidegger, versa sobre el origen del ser humano.

FÁBULA 220

Estaba un día Cura (el cuidado) atravesando un río y al ver gran cantidad de arcilla, cogió una buena porción y distraídamente, comenzó a modelar una figura. Mientras pensaba para sí qué había hecho, se acercó Júpiter. Cura le pidió que infundiese espíritu al trozo de arcilla modelado y Júpiter le concedió ese deseo.

Pero al querer Cura ponerle nombre a su obra, Júpiter se lo prohibió, diciendo que debía ponerle nombre él que le había infundido vida. Mientras Cura y Júpiter discutían sobre quién debía ponerle nombre, se levantó la Tierra (Tellus) y dijo que solo a ella le correspondía darle nombre al nuevo ser, puesto que ella le había dado el cuerpo. La discusión se prolongó largo tiempo, hasta que los litigantes escogieron por juez a Saturno, el dios del tiempo, que dictó la siguiente sentencia:

Tú, Júpiter, por haber puesto el espíritu, lo recibirás a su muerte; tú, Tierra, por haber ofrecido el cuerpo, recibirás el cuerpo. Pero por haber sido Cura quien primero dio forma a este ser, será quien lo posea mientras viva. Y en cuanto al litigio sobre el nombre, que se llame homo, puesto que está hecho de humus (tierra).

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