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jueves, 20 de julio de 2023

"QUIERE LEER CONMIGO, TODAVÍA". Un artículo de la escritora Aroa Moreno Durán publicado en El País el 8 de julio de 2023

El ritual es el mismo cada anochecer. Se pone el pijama, pasa por el baño y a la cama. Salta y salta sobre el colchón. Se ríe siempre, se le ocurren en ese momento del día todas las preguntas de su vida, apura el sol. Qué difícil es el verano para mandar a dormir a los niños. Bajamos la persiana, encendemos la luz de la mesilla y él elige un libro de su estantería. A veces, continúa con el que dejó ayer; a veces, quiere un cómic o un atlas de dinosaurios o uno de risa. Casi siempre uno gamberro. Yo no tengo sentido del humor leyendo, pero él sí. Él quiere pasárselo muy bien. Y quiere leer conmigo, todavía.

Hasta ahora, la lectura habitaba en ese lugar del día, al final. Nunca es una obligación. Pero creo que él piensa que la jornada termina siempre así para todos. Es lo que hemos hecho durante toda su vida. Entiende sin entender que leer es su buenas noches, su pequeño narcótico, su infusión. Le pregunto ahora mismo por qué le gusta leer y me dice tres cosas: porque aprende, porque se divierte y porque así pasa tiempo con nosotros. La última respuesta no la vi venir. Se llama Pablo y tiene siete años.

Qué es lo que hace que un niño elija leer. Sin duda, tener libros a mano es una premisa. Ver a sus padres hacerlo puede que también. Me parece importante que decida los títulos en cuanto sea capaz. Para mí, ninguna de esas tres cosas lo fue. Sí hay un libro en la vida de cada uno que nos transforma en lector. Un libro con el que dices quiero regresar a ese lugar imposible, quiero perder de nuevo la noción de las horas, de todo el ruido exterior. E interior. Y, a veces, con esa novela, con ese poema, con ese juego de las palabras, también puedes llegar a decirte: ahora voy a intentar escribirlo. Nadie sabe, excepto quien lo sostiene, la intimidad a la que responde un libro. Y esta es la verdad: a él le ha convertido en lector Capitán Calzoncillos.

Casi nunca elegiría para él los libros que él señala en la librería o en la biblioteca. Qué gran decepción que le pesara el ritmo de El libro de la selva o que no le interesaran los poemas de Gloria Fuertes. Hay álbumes preciosos, de ilustraciones delicadas y textos donde cada palabra tiene un peso y una belleza. Pero si eso no es lo que necesita para su verano, ¿no estaría poniendo trabas a la lectura? ¿No estaría traicionando la libertad de leer? ¿No estaría dinamitando el puente que le conducirá hacia otras páginas? CONTINUAR LEYENDO

viernes, 28 de septiembre de 2018

A la hora del cuento: la experiencia de leer a los niños. Yolanda Reyes.

…Para leer un cuento se necesita casi lo mismo que para bailar la Bamba: “un poquito de gracia y otra cosita”. La gracia la aporta cada niño: sus oídos atentos a esa voz que inventa un mundo, sus ojos abiertos y asombrados que van y vienen, del libro al rostro adulto, y esa cercanía deliciosa que tienen los niños para buscar refugio en el calor de sus seres queridos. Las otras cositas las aportan los adultos: ese ritual que se repite cuando papá, mamá o cualquier cuidador amoroso deja su vida en suspenso para entregarles una historia.

Con las palabras mágicas del érase una vez se erige un mundo imaginario, donde no caben el teléfono ni las urgencias del mundo real. “Que nadie interrumpa porque estoy leyendo un cuento”, dirá el adulto. Entonces los niños irán aprendiendo, piel a piel, que esa conversación sobre la vida que ocurre entre las líneas de un cuento da nombre a las emociones. Y aprenderán también a querer los libros porque les permiten conversar con sus seres queridos.

En esa coreografía que es como un baile y que amarra a una pareja lectora-niño y adulto o que hace una rueda para convocar a todo un grupo, en el hogar, en una escuela, en el parque, en una biblioteca, está la esencia de la lectura y ustedes saben cómo crearla. ¿Acaso, alguien podría enseñarles a bailar, a enamorarse o a arrullar a un bebé? Lo que sí puedo corroborar, como lo han dicho muchos de ustedes durante estos días, es que los niños no llegan solos a la lectura y que para leer en la infancia, se necesitan los adultos: sus voces que suben y bajan, que exclaman, preguntan, cuentan y cantan son la partitura para aprender a hablar, a escuchar y a leer lenguajes diversos. Ese triángulo amoroso que une tres vértices –libro, adulto y niño– se queda en la memoria profunda de los primeros lectores.

Sí, pero cómo leer, suelen preguntarme los padres. “Es que yo tartamudeo o leo despacio o muy rápido”… Por eso voy a contarles un secreto que me han contado los niños: nadie lee mejor los cuentos que un papá, una mamá o un adulto amado por ellos. Aunque yo hiciera un doctorado en el arte de contar cuentos, sus niños los elegirían a ustedes. ¿Y saben por qué?…Porque mientras leen, ustedes se revelan ante ellos: ustedes son el lobo y también el refugio, y los niños descubren que ustedes también podrían tener miedo y vencerlo, que ustedes también sueñan y sienten.

No hay nada más fascinante para un niño que descubrir cómo se pueden experimentar, en ese lugar seguro del lenguaje, las emociones y las peripecias que nos hermanan a todos, grandes y chicos. Esa posibilidad de emocionarnos con la emoción de otros, que llamamos empatía, se aprende en las experiencias literarias de la infancia. Y como los niños tienen pocos años de experiencia, se asoman, a través de las historias que viven en sus voces, a la experiencia de los mayores.

Pero hay otra razón más poderosa para que sus niños los prefieran a ustedes y es que, mientras dura la historia, no se pueden escapar ni hacer nada distinto que estar ahí, de corazón y de viva voz. Y como a los niños les gusta tener cerquita a sus seres queridos, les pedirán un cuento y otro… y otro más. Porque los niños son hijos del “otra vez” y cuando descubren que las palabras son un conjuro para prolongar la presencia, prefieren sus voces a las de cualquier aparato, así como un bebé prefiere un arrullo cantado en la voz de su madre o su padre a la voz del mejor cantante del mundo.

La voz, el libro, el abrazo. No creo que exista un “lugar” más exacto para situar el nacimiento de la literatura en la vida.

martes, 1 de mayo de 2018

La hora de la lectura en familia. Sugerencias.


Es un vídeo (o cuatro en uno) con cuatro temas:
  • Completando una frase.
  • Haciendo preguntas abiertas.
  • Recordando el cuento.
  • Haciendo preguntas de qué, quién, dónde, cuándo, y por qué.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Lee en voz alta 15 minutos cada día. Campaña de la Asociación Read Aloud.


Fijaos que campaña tan divertida está haciendo la asociación americana Read Aloud (hay materiales en castellano e inglés) para fomentar la lectura en voz alta desde el nacimiento. Incluye carteles, consejos (en inglés y español) y más vídeos. Nos encanta que sea un pediatra el que afirma: No sólo es el cuerpo de los bebés el que está creciendo este primer año. ¡Su cerebro se está desarrollando muy rápidamente! Dele a su bebé el mejor inicio leyendo en voz alta cada día, por lo menos 15 MINUTOS, desde su nacimiento.

Fuente: La casa de tomasa