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lunes, 4 de diciembre de 2023

"El dúo de la tos". Un cuento de Leopoldo Alas Clarín para leer y/o escuchar.


El gran hotel del Águila tiende su enorme sombra sobre las aguas dormidas de la dársena. Es un inmenso caserón cuadrado, sin gracia, de cinco pisos, falansterio del azar, hospicio de viajeros, cooperación anónima de la indiferencia, negocio por acciones, dirección por contrata que cambia a menudo, veinte criados que cada ocho días ya no son los mismos, docenas y docenas de huéspedes que no se conocen, que se miran sin verse, que siempre son otros y que cada cual toma por los de la víspera.

«Se está aquí más solo que en la calle, tan solo como en el desierto», piensa un bulto, un hombre envuelto en un amplio abrigo de verano, que chupa un cigarro apoyándose con ambos codos en el hierro frío de un balcón, en el tercer piso. En la oscuridad de la noche nublada, el fuego del tabaco brilla en aquella altura como un gusano de luz. A veces aquella chispa triste se mueve, se amortigua, desaparece, vuelve a brillar.

«Algún viajero que fuma», piensa otro bulto, dos balcones más a la derecha, en el mismo piso. Y un pecho débil, de mujer, respira como suspirando, con un vago consuelo por el indeciso placer de aquella inesperada compañía en la soledad y la tristeza.

«Si me sintiera muy mal, de repente; si diera una voz para no morirme sola, ese que fuma ahí me oiría», sigue pensando la mujer, que aprieta contra un busto delicado, quebradizo, un chal de invierno, tupido, bien oliente. CONTINUAR LEYENDO



martes, 11 de octubre de 2016

"Un médico rural". Un cuento de Franz Kafka.(Para leer y/o escuchar)

Estaba muy angustiado. Tenía que emprender un viaje urgente. Un enfermo grave me esperaba en un pueblo a diez millas de distancia. La fuerte tormenta de nieve ocupaba todo el espacio que me separaba de él. Yo tenía un cochecito, de grandes ruedas, justo lo más adecuado para nuestros caminos. Envuelto en el abrigo de pieles, con el maletín en la mano, me encontraba en el patio, listo para marchar; pero el caballo… no tenía caballo. Mi caballo había muerto la noche anterior, los esfuerzos de este helado invierno lo habían agotado. Mi sirvienta recorría el pueblo para conseguir un caballo prestado; pero era inútil, yo lo sabía. Y seguía allí, sin sentido alguno, cada vez más inmóvil, cada vez más cubierto por la nieve. La muchacha apareció en la puerta, sola, balanceando el farol. Estaba claro, nadie prestaría ahora su caballo para semejante viaje. Atravesé otra vez el patio. No hallaba ninguna solución. Distraído y atormentado, di una patada a la desvencijada puerta de la porqueriza, que no se usaba desde hacía años. La puerta se abrió y siguió oscilando sobre las bisagras. Sentí el calor y el olor de caballos. Una turbia linterna de cuadra se bamboleaba de una cuerda. Vi el rostro franco de ojos azules de un hombre acurrucado bajo el cobertizo. CONTINUAR LEYENDO


Literatura sonora: literatura para escuchar.

En esta página hay unas trescientas lecturas, sobre todo relatos, minificción y poesía, pero también se puede encontrar teatro y obras de no ficción. En el buscador se pueden buscar por género, idioma -que además del español hay alemán, griego, latín y algo de gallego y catalán-, por la duración de la lectura y por la colección a la que pertenece. Se distinguen dos colecciones: en "LS Colección" están las lecturas producidas por Literatura Sonora y en "LS En Abierto" están las demás lecturas.

Creo que es una iniciativa interesante, ya que puede ayudar a que en todas las actividades de lectura compartida: Tertulias literarias, Clubes  de lectura, etc., puedan participar más personas, por ejemplo, personas con problemas de visión u otras que no saben leer.