Estaba muy angustiado. Tenía que emprender un viaje urgente. Un enfermo grave me esperaba en un pueblo a diez millas de distancia. La fuerte tormenta de nieve ocupaba todo el espacio que me separaba de él. Yo tenía un cochecito, de grandes ruedas, justo lo más adecuado para nuestros caminos. Envuelto en el abrigo de pieles, con el maletín en la mano, me encontraba en el patio, listo para marchar; pero el caballo… no tenía caballo. Mi caballo había muerto la noche anterior, los esfuerzos de este helado invierno lo habían agotado. Mi sirvienta recorría el pueblo para conseguir un caballo prestado; pero era inútil, yo lo sabía. Y seguía allí, sin sentido alguno, cada vez más inmóvil, cada vez más cubierto por la nieve. La muchacha apareció en la puerta, sola, balanceando el farol. Estaba claro, nadie prestaría ahora su caballo para semejante viaje. Atravesé otra vez el patio. No hallaba ninguna solución. Distraído y atormentado, di una patada a la desvencijada puerta de la porqueriza, que no se usaba desde hacía años. La puerta se abrió y siguió oscilando sobre las bisagras. Sentí el calor y el olor de caballos. Una turbia linterna de cuadra se bamboleaba de una cuerda. Vi el rostro franco de ojos azules de un hombre acurrucado bajo el cobertizo. CONTINUAR LEYENDO
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario