Ayer por la tarde me encontré con una mujer que no hace mucho había tomado parte en la Tertulia Literaria Dialógica de la prisión. Fue un reencuentro emocionante. Me hace una ilusión terrible encontrarme con estas personas en la calle, fuera de aquel ambiente sórdido, cuando están empezando a olvidar -creo que esa experiencia nunca se olvida del todo- la pesadilla que supuso su estancia en prisión, y cuando vuelven a ser personas en toda su dimensión -la cárcel deshumaniza-. Y nos miramos, y nos reconocimos, y nos abrazamos..., y hablamos de la Tertulia. ¡Cómo no! Y de los compañeros y compañeras que allí siguen todavía. Sabía que esta tertuliana, por una serie de circunstancias, lo había pasado muy mal en la cárcel. Lo que no sabía era, tal como me dijo, que había estado a punto de suicidarse allí mismo, y que una de las cosas que le mantuvo enganchada a la vida fue su participación en la Tertulia. Me contó que, unido al cariño, la ayuda, y la solidaridad de una serie de compañeros y compañeras de la prisión, la Tertulia le había ayudado a superar aquel desánimo vital; que el momento en que nos juntábamos le devolvía por unos instantes su dignidad como persona; que en ese tiempo, gracias a todas y a todos los participantes y los clásicos que comentábamos, se olvidaba de dónde estaba; y que, en ese espacio, por la misma magia del compartir palabras, volaba fuera de las rejas que asfixiaban su existencia. Son ya 15 años los que llevamos haciendo la Tertulia Literaria Dialógica en la prisión, y en este tiempo los reencuentros que he tenido con participantes fuera de la cárcel han venido teñidos por las mismas emociones y sentimientos que el que aquí comento. Me considero un privilegiado por poder participar en ella y desde aquí seguiré repitiendo mi eterna gratitud a estas personas que tertulia tras tertulia, además de lo que me han enseñado, han dado un sentido nuevo a mi vida. Un dulce y tierno abrazo para todas ellas. Miguel
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
¡ Que satisfacción debes sentir cuando comparten esos sentimientos contigo! Tu esfuerzo merece la pena.
ResponderEliminarUn abrazo,
Mª Pía
Veo que por fin lo has conseguido. Y tienes razón, me siento genial cuando compartimos estas cosas.
EliminarUn abrazo