Dos estilos de música, el jazz y la música clásica, en apariencia irreconciliables, basados en principios antagónicos que nombres como George Gershwin hicieron que se diesen la mano. Y es que esta obra consiguió lo que parecía imposible: fusionar el jazz y la música clásica, aunque su verdadera intención era hacer que los músicos "cultos" consideraran a esa música menor, digna de entrar en la sala de conciertos. Y vaya si lo consiguió. Leer más.
Fuente: http://rz100.blogspot.com.es/
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