sábado, 6 de diciembre de 2014

CUANDO LA FANTASÍA ES EL CALMANTE DE LA POBREZA. Hans Christian Andersen proyectó en algunos de sus mejores cuentos los mismos mecanismos que usó en su infancia para resignificar su propia pobreza. ¿Resiliencia literaria?

Hans Christian Andersen (Odense, Dinamarca: 1805-1875) nació muy pobre. El autor de clásicos infantiles como El patito feo, El valiente soldadito de plomo, La sirenita y El traje nuevo del emperador, tuvo un padre zapatero y una madre lavandera del hospital de Odense, que apenas pudieron ofrecerle en su infancia una modesta habitación de la sencillísima casita que compartían con otras familias. Buscando su sueño de dedicarse al teatro se fue a los 14 años de edad a Copenhague en pos de fortuna, sin bien algunos consideran que lo hacía para evadir el segundo matrimonio de su madre. Durante varios años su situación apenas fue un poco menos que mísera, y esto gracias a la generosidad de quienes decidieron apoyarlo con magros estipendios. LEER MÁS
Fuente: Reflexiones sobre la marcha. Ciudad Seva





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