sábado, 6 de diciembre de 2014

DEJAR QUE LOS LIBROS VAYAN. Un proyecto de promoción de lectura en la zona rural de Pacho, Cundinamarca.

Pero agradezco, como la vida misma, que lo haya hecho. Y que por aquellos años aún no hubiera tantos “asesores pedagógicos” disfrazados de expertos en literatura infantil, ni planes lectores que la hubieran puesto a leernos algún endriago que trabaja los valores. Otros hubieran sido mi gusto y destino sin duda. (...)

Siempre se ha afirmado que padres lectores hacen hijos lectores. Pero en el medio rural hemos podido observar cómo hijos lectores hacen padres lectores: niños que aún no descifran el texto escrito “leen” a su madre analfabeta una historia a partir de las imágenes; los más grandecitos leen a los pequeños y a la sombra de estos los grandes escuchan y crece su interés por los libros; padres que motivados por la actividad lectora de sus hijos piden en la escuela libros para ellos. Niños que casi aprenden a leer solos o lo hacen en la mitad del tiempo por la motivación de leer tantos libros bellos que ven en su salón y que escuchan comentar a sus hermanos y compañeros mayores. (...)

Y una de lujo. La Colonia Alberto Nieto Cano, a cargo de la Beneficencia de Cundinamarca, ofrece protección y educación a niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de distintas formas de violencia o se encuentran en riesgo de reclutamiento forzoso. Todos ellos llegan allí luego de historias personales sobrecogedoras, a edades demasiado tempranas para siquiera oír hablar de cosas que ellos ya vivieron. Son chicos encerrados en sus propios dolores y recuerdos, que se aíslan de sus compañeros, de sus maestros. Los rodean muros muy altos de dolor. Entonces se encuentran con los libros, y poco a poco sus mentes se van repoblando de mejores imágenes, de mejores personajes, de mejores situaciones, y por supuesto de mejores sentimientos y emociones. Entonces se opera la magia de la lectura: estos chiquitos encuentran allí pequeñas puertas y ventanas desde las cuales empezar a mirar un mundo distinto, a través de las cuales conversar de nuevas experiencias con sus amigos y adultos, por donde dejar entrar aleteando motivos para sonreír de nuevo. Solo bastó abrir unos libros para que por allí pareciera entrar una nueva vida.

Fue una idea sencilla: poner libros en las manos de los niños, buenos libros. LEER MÁS


Fuente: Reflexiones sobre la marcha. http://fabiogarciao.blogspot.fr/

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