miércoles, 17 de mayo de 2017

Sobre árboles sin jirafas y máquinas de baño. Cuestiones sobre la crítica en el sistema de libros para niños. Ponencia de Marcela Carranza.

¿Puede la crítica cumplir algún papel dentro del sistema de los libros para niños? Quizá sí, quizá no. Muchos argumentos pueden llevarnos a pensar que no. Uno de ellos de orden pragmático consiste en hacernos esta simple pregunta: ¿cuántas personas leen crítica de libros para niños? Y de los que la leen, ¿cuántos se ven afectados en sus decisiones como productores o lectores/mediadores de libros infantiles?

[...] Pero en literatura infantil esto se complica todavía más porque el crítico no suele dirigirse directamente a los niños lectores, sino a los adultos lectores que median entre los libros y los niños. Por lo tanto, tenemos al autor, a la obra y al lector infantil. Pero en medio de estos a los adultos que entre otras acciones suelen tener a cargo la selección de los textos. Y entre el autor, la obra y los mediadores tenemos al crítico. De esta compleja relación se puede desprender una de las preguntas que los especialistas en literatura infantil se han hecho a menudo: ¿Hasta dónde el enunciado crítico debe considerar o no al niño lector? Sin tiempo para responder a esta pregunta, podemos aprovechar la oportunidad para poner de relieve la trascendencia que tiene una determinada representación del lector niño en la lectura crítica de un libro infantil. La idea subyacente de “lector niño” es el punto de partida en la mirada del crítico y forma parte del horizonte de representaciones y valores con el que encara su tarea; tema del que hablaremos más adelante.

[...] Esto me parece particularmente importante en el mundo de los libros infantiles porque el mensaje crítico quizá cumple su papel en el campo de la literatura infantil, en la medida en que puede proponer a los lectores adultos que median entre los libros y los niños miradas, lecturas diferentes a las establecidas, recorridos imprevistos a través de una obra. Problematizar lo naturalizado en el mundo de los libros para niños no es poca cosa. Reducir el ruido que interfiere en la lectura adulta de libros para niños dado por una serie de normas, convenciones y supuestos acerca de cómo debe ser un libro infantil, para así invitar a acercarse a la obra con menos certezas y más interrogantes. 



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