sábado, 17 de marzo de 2018

"INSTRUCCIONES A MIS HIJOS". Un poema de Magdalena Sánchez Blesa


 
Jamás un conato de daros la vuelta.
Jamás una huida, por muchos que sean.
Jamás ningún miedo, y si acaso os diera,
jamás os lo noten, que no se den cuenta.
Jamás un “me rindo”, si no tenéis fuerzas.
Aunque fuese a gatas, llegad a la meta.

Que nadie os acuse… ¡miradme a la cara!
Que nadie os acuse de dejar a medias un sueño imposible…
(Si es que los hubiera)
Yo no los conozco,
y mira que llevo yo sueños a cuestas.


Jamás, y os lo digo como una sentencia, ¡miradme a la cara!
Jamás en la vida paséis por el lado de cualquier persona sin una
sonrisa,
no hay nadie en el mundo que no la merezca.
Hacedle la vida más fácil, ¡miradme!
A cada ser vivo que habite la tierra.

Jamás se os olvide que en el mundo hay guerra
por pasar de largo sin gloria ni pena delante de un hombre
y no preguntarnos qué sueño le inquieta,
qué historia le empuja,
qué pena lo envuelve,
qué miedo le para,
qué madre lo tuvo,
qué abrazo le falta,
qué rabia le ronda,
qué envidia lo apresa…

Jamás, y lo digo faltándome fuerzas,
si el mundo se para,
os quedéis sentados viendo la manera de que otro lo empuje.
Remangaos el alma,
sed palanca y rueda,
tirad de la vida vuestra y de quien sea,
que os falte camino,
perded la pelea contra los enanos,
no sed los primeros,
que os ganen los hombres que no tienen piernas.
No sabedlo todo,
dejad que contesten los que menos sepan.

Las manos bien grandes,
las puertas abiertas,
anchos los abrazos, fuera las fronteras.
Hablad un idioma claro, que se entienda.
Si estrecháis la mano, hacedlo con fuerza
mirando a los ojos,
dejando una huella.
Prestad vuestra vida,
regaladla entera
que a nadie le falte ni una gota de ella.
¡Cantad!
Que cantando la vida es más bella.
Y jamás, os hablo desde donde nazca
el último soplo de vida que tenga,
jamás una huida,
por muchos que sean…

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