El filósofo Aurelio Arteta dedicó uno de sus libros a examinar un tema curioso: los tópicos. Expresiones como “no es nada personal”, “al enemigo ni agua”, “sé tú mismo”,… A pesar de que en principio parecen inofensivos, Arteta pensaba que los tópicos tienen un lado oscuro. Como explicaba en una entrevista en el diario La Vanguardia:
"Muchas veces bastantes tópicos cumplen una función positiva porque con una frase condensamos nuestra experiencia de manera que así la explicamos perfectamente. Pero en más de una ocasión esa frase dice otras muchas cosas más de lo que creemos. Dice cosas literalmente falsas."
Los tópicos campan en todos los ámbitos, y de vez en cuando se puede leer un tópico recurrente en el ámbito de la lectura: lo importante es que la gente lea. Así, a secas.
No diré, como Arteta, que este tópico diga cosas falsas, pero sí que me parece que es matizable. En esta entrada me gustaría hacer tres breves reflexiones que muestren algunos de esos matices, en forma de preguntas abiertas para tu consideración. Creo que investigar aquello que no se contempla en el tópico puede tener el valor de hacernos reflexionar sobre lo que implica el acto lector, más allá de tener en cuenta el acto mismo de leer.
Antes de empezar, haré las necesarias aclaraciones previas. Me parece que, a priori, cualquier consumo de producto cultural es muy respetable. También me parece que afirmaciones como “el producto (libro, disco, grupo,… lo que sea) X es mejor que Y” carecen de sentido, a menos que se especifique y se argumente qué es “ser mejor”… y aun así, eso no garantiza (ni tiene por qué hacerlo) que se llegue a ningún tipo de acuerdo o de verdad trascendente.
Lo que sí creo, como ya escribí en su día en esta plataforma, es que por un lado privarnos de examinar nuestros gustos también nos priva de la oportunidad de examinar la influencia de nuestro consumo cultural en nuestra visión del mundo; y por el otro, blindarnos ante la crítica cultural también es una manera de blindarnos ante los múltiples beneficios de la cultura.
Dicho lo cual, vamos con las tres reflexiones. Sin ningún orden en particular:
1. En la escuela, ¿lo importante es que los alumnos lean?
En el fomento de la lectura hay un amplio consenso en una idea: obligar a leer es ideal si lo que se quiere conseguir es que los alumnos aborrezcan la lectura. Hay que leer por placer, se dice, conseguir que los pequeños (y no tan pequeños) lean por su cuenta, que desarrollen el hábito lector escogiendo ellos mismos sus lecturas. Ya habrá tiempo para que elijan otro tipo de obras. Lo importante es crear el hábito. Lo importante es que lean. CONTINUAR LEYENDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario