Soledad,
aquí están mis credenciales,
vengo llamando a tu puerta
desde hace un tiempo;
creo que pasaremos juntos temporales,
propongo que tú y yo
nos vayamos conociendo.
Aquí estoy,
te he traído mis cicatrices,
palabras sobre papel pentagramado.
No te fijes mucho en lo que dicen,
me encontrarás
en cada cosa que te he callado.
Ya pasó,
ya he dejado que se empañe;
la ilusión de que vivir es indoloro.
Qué raro que seas tú
quien me acompañe, soledad;
a mí que nunca supe bien
como estar solo...
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