miércoles, 6 de abril de 2022

"LA LETRA INVISIBLE DE UN CRIMEN. ABUSO SEXUAL Y LITERATURA INFANTO-JUVENIL (LIJ) por Graciela Bialet




Breve contextualización de la problemática del abuso sexual a menores

Números y letras. Voces acalladas. Delitos invisibles. ¿Realidades que superan la ficción?

Según UNICEF, en 2011, 5 mil 500 niños y niñas eran explotados sexualmente por día en América Latina y el Caribe. Estas cifras se disparan aún más en Asia y la Polinesia. Los mayores consumidores de “turismo sexual infantil” son adultos del llamado primer mundo. En España y en otros países de la Unión Europea, EEUU y Canadá, estiman que un 23-25% de las niñas y un 10-15% de los niños sufren abusos sexuales antes de los 17 años. No hay condición social para este crimen. Ricos, pobres, clases medias son víctimas o victimarios de esta perversión centrada en saciar fantasías y actos sexuales con niños y adolescentes. Y lo peor es que las tres cuartas partes de los abusadores denunciados son familiares directos de las víctimas.[1]

El abuso sexual a menores se configura cuando se produce cualquier contacto sexual, consentido o no, entre un adulto y un menor de edad. Según la Organización Mundial de la Salud —reflejado en documentos de UNICEF de noviembre de 2016— a nivel mundial, una de cada cinco mujeres y uno de cada trece varones ha sufrido abuso sexual en la infancia. “Entre las víctimas, el 71% son niñas y el 29% son varones y las edades de mayor riesgo son entre los 3-4 años y entre los 8-12 años”.[2]

Si nos situáramos hipotéticamente en un salón de clase de escuela primaria, cuya matrícula fuese de 36 estudiantes, podríamos deducir que dentro de ese grupo, 7 niñas y 3 varones han sido o están siendo abusados sexualmente. De 36 niños, 10 sufren abuso. O sea, casi la tercera parte de una escuela infantil vive esa pesadilla.

Alguna vez se definió al abuso sexual en la infancia como un crimen silencioso, porque las víctimas son indefensas, vulnerables, y mientras ese delito se consume, las criaturas no entienden qué, ni por qué les sucede, sospechan que tal vez son responsables por algo que han hecho mal, o es un tema natural a aprender, dado que la mayor cantidad de abusos contra las niñas y los niños ocurre en el seno de su hogar: siete de cada diez abusadores son los padres, padrastros, tíos y/o abuelos.

El abuso siempre es una violación a la intimidad, ya sea que la agresión sexual implique penetración carnal, acosos, exhibicionismo, toqueteos, pornografía, o engaños seductores a través de encuentros en redes de internet (grooming, en inglés).


“El abuso es una de las formas más tremendas de violencia hacia la infancia, pues los chicos tienen miedo de hablar porque son niños, porque se los juzga, por temor a las represalias, porque sienten culpa y vergüenza” [3], dice Mariángeles Misuraca, oficial de Protección y Acceso a la Justicia de Unicef.

Las secuelas emociones, psicosociales y físicas que marcan al infante abusado van desde la ansiedad, enuresis, depresión, dificultades en su adulta vida sexual, ya sea por insatisfacciones amorosas crónicas o por el desarrollo de conductas promiscuas, incluso una fuerte predisposición a la esquizofrenia.

Según estudios realizados en la Universidad del País Vasco, las niñas son más proclives a mostrar reacciones ansioso-depresivas, en cambio los varones, tienden al fracaso escolar, a tener dificultades para socializar, e incluso, precoces comportamientos sexuales agresivos.

Los niños más pequeños, en etapa pre-escolar, como consecuencia de su escueto repertorio lingüístico y el incipiente proceso de formación de sus recursos psicológicos, tienden a invisibilizar o negar lo ocurrido. Pero cuando crecen, aparecen los sentimientos de culpa y de vergüenza. Ya en la adolescencia, se agudiza el problema, pues se toma conciencia del alcance de esas relaciones abusivas e incestuosas, del riesgo real de coito y de embarazo, lo que da cabida a “huidas de casa, consumo abusivo de alcohol y drogas, promiscuidad sexual e incluso intentos de suicidio”[4]. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: Linternas y bosques

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