martes, 7 de junio de 2022

"OLIKOYE". Un cuento de Chimamanda Ngozi Adichie

La lluvia caía suavemente aquel lunes en que rompí aguas. Pero como estaba habituada a los feroces aguaceros de Lagos, este golpeteo tranquilo me relajaba, llenándome de paz. Mi marido, Omoregie, estaba en el trabajo, por lo que fue mi vecino quien me llevó al hospital, con el vestido ligeramente húmedo y el corazón rebosante de emoción. Mi primer hijo.

El nombre de la enfermera de turno era Hermana Chioma. Se trataba de una mujer con el rostro pétreo que disfrutaba haciendo bromas un poco pesadas. Durante mi último chequeo, yo me había quejado del dolor de espalda a causa de mi estado y su respuesta fue, “¿Y no pensaste en el dolor de espalda cuando disfrutabas?».


Tras revisarme, me dijo que aún era pronto y me sugirió que caminara a lo largo de la sala de espera.

“Debes estar contenta de que el primero sea un niño”, dijo.

“Mientras sea sano”, respondí levantando los hombros.

“Ya sé que es costumbre esperar a que nazca para elegir el nombre, pero estoy segura que ya pensaron alguno”, agregó.

“Lo llamaré Olikoye”

“Oh”, dudó, “no sabia que tu marido era Yoruba”.

“No lo es. Ambos somos Bini”.

“Pero Olikoye es un nombre Yoruba”.

“Así es”.

“¿Y por qué?” preguntó. Mis contracciones aún eran leves. Así que le dije a la Hermana Chioma que se siente para escuchar la historia. CONTINUAR LEYENDO


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