jueves, 18 de abril de 2024

"CUANDO LOS LIBROS CRECEN. LITERATURA Y VIOLENCIA". Un artículo de Iree¡ne Vasco

Foto tomada del periódico
'La opinión', Cúcuta, Colombia.

El señor Watts nos habí­a regalado a nosotros, los niños, otra porción del mundo. Descubrí­ que podí­a volver a ella siempre que quisiera. Es más, podí­a elegir cualquier momento de la historia.
Lloyd Jones, El señor Pip

Los mapas recorridos

¿Violencia? ¿Dónde está la violencia? ¿En la sala de espera de un hospital sin médicos, enfermeras, medicinas ni camas? ¿En los cordones de miseria de las grandes ciudades donde se hacinan los desposeí­dos? ¿En las minas de oro y de carbón donde los niños mueren asfixiados y bajo toneladas de escombros buscando una promesa de mejor vivir? ¿En los rí­os contaminados por las industrias que no gastan ni una porción de sus utilidades en el cuidado de las aguas? ¿En las casas campesinas donde el hambre se hace sentir de dí­a y de noche? ¿En las escuelas sin libros? La violencia está en muchas partes.

La esperanza también.

He conocido la violencia y la esperanza transitando por las calles y las carreteras de mi paí­s, Colombia, en el que, según los polí­ticos y los periodistas, llevamos cincuenta años de guerra y según los historiadores llevamos quinientos años.

Las fechas y los datos no son importantes para las personas que dí­a a dí­a viven las consecuencias. Las tribulaciones cotidianas no permiten detenerse en la investigación y el análisis de los hechos. Hay que resolver, sobrevivir, desplazarse, vencer, resistir. La memoria se borra para que el presente se haga perentorio. Como dirí­a Orwell, “Quién controla el pasado, controla el futuro. Quién controla el futuro, controla el pasado”.

En medio de los conflictos y los dolores, a través de diversos programas, muchas personas e instituciones, intentamos aliviar, exorcizar, catalizar y brindar esperanzas a las ví­ctimas de una guerra sin fin, agazapada en miles de rincones.

Señalar en mapas, formular estadí­sticas, pararse sobre la teorí­a, son formas de evadir responsabilidades. Por ello quiero hablar de casos concretos, unos pocos entre la enorme experiencia acumulada a lo largo de los años en este recorrer del paí­s. CONTINUAR LEYENDO

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