Es una antología de relatos y crónicas escritas e ilustradas. Lo integran 27 autoras y autores, Ilustradoras e ilustradores argentinos nacidos entre los años 1966 y 1980, cuya infancia transcurrió en diversas localidades del país o en el exilio quienes fueron convocados especialmente por la CONABIP a recuperar la mirada infantil, la memoria emotiva, la vida. cotidiana en el contexto de la guerra de Malvinas y de la Dictadura Militar que asoló el país, a 40 años de ocurridos los hechos. La selección y el prólogo del libro están a cargo de Maria Teresa Andruetto y el arte de tapa es obra de Isol Misenta. Fernanda García Lao, Roberta Iannamico , Elina Méndez, Luciano Saracino, Mariano Quirós, Matías Trillo, Ariel Williams, Julián Axat, Poly Bernatene , Marcelo Guerrieri, Patricia Suárez, Cynthia Orensztajn, Alejandra Kamiya, Eduardo Sacheri, Costhanzo , Gustavo Murillo, Sergio De Matteo, Nicolás Arispe, Viviana Ayilef, Silvia Mellado, Pablo Bernasconi, Natalia Ferreyra, Leo Oyola, Raquel Cané, María Pia López.
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario