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martes, 12 de julio de 2016

El deporte como instrumento para la reinserción de jóvenes. Una colaboración entre el Centro de Intermamiento de Menores "Las Lagunillas" de Jaen y el Club de Atletismo Correcaminos de Martos.


A través de mi buena amiga Laura Cañas, hasta hace poco asesora del CEP de Jaén, me llegan noticias del Centro de Menores "Las Lagunillas" de esa ciudad. Van para cuatro años que, gracias a ella, tuve la oportunidad de colaborar con dicho centro. Desde entonces no ha habido curso en el que no les haya hecho una visita para, entre otras cosas, compartir con ellos lecturas y palabras, tal como ha quedado reflejado varias veces en este  blog. Pero hoy la noticia viene de la mano de Manolo Chamorro, marido de Laura, que en su momento fue director del CEP ya citado, y que en la actualidad ejerce como docente en un centro de Jaén. Manolo, además de su actividad docente, ha sido un afamado atleta, afición que no ha abandonado en ningún momento, siendo en la actualidad colaborador del Club de Atletismo Correcaminos de Martos, como entrenador. 

Manolo me cuenta que la relación entre el Club y el Centro surge cuando Sergio Águila, miembro del Club, fue a Las Lagunillas a dar una charla sobre su experiencia con las drogas y la delincuencia, para compartir con los menores cómo a través del atletismo consiguió tener un objetivo que le motivara a vivir otra realidad diferente a la que hasta aquel momento le estaba robando la vida. Al finalizar la charla, Sergio se ofreció para hacer un “taller” de atletismo, propuesta que fue muy bien aceptada por la dirección, que a su vez se la propuso a Manolo para que la hiciera realidad. Fue así como entraron en el centro para iniciar un proyecto de colaboración que ha sido altamente motivador para Sergio, Manolo y todo el Club de Atletismo, así como para los menores. De esta forma se ha iniciado un nuevo camino para que los jóvenes conozcan otra forma de sentirse más libres y vayan desechando las prótesis de identidad que surgen, entre otras cosas, del consumo de drogas y de la delincuencia que, a la larga, tan sólo provocan un vacío existencial que acaba corroyendo la vida.

De momento están saliendo del centro una vez a la semana para ir a la pista de atletismo donde, entre otras cosas, conviven con otros atletas y son acompañados por otros miembros del club que son vivos ejemplos de lo que puede ser la vida unida al deporte. Concretamente, la semana pasada les han acompañado tres féminas de su edad que son campeonas de Andalucía en distintas especialidades y con las que rápidamente se identificaron, estableciéndose una sana corriente de amistad. En esas visitas, no sólo se habla de atletismo, sino que aprovechan para meter un poco de todo: desde autoconocimiento, empezando por tomarse las pulsaciones tras el esfuerzo -algo que resulta muy gracioso para todos tras ver los resultados-, hasta cuestiones de autoestima, habilidades sociales, literatura, biología ... Cabe todo, según Manolo.

En la actualidad, el grupo lo forman 8 componentes. Y no paran. Así, esta semana  les van a acompañar a una carrera popular en un pueblo de Jaén. De esta forma comprobarán lo que es una competición en cuanto a desafío y en cuanto a satisfacción y superación personal. Están seguros, y yo con ellos, de que se van a enganchar al deporte. 

Ahora bien, esto, como dice Manolo, es el comienzo. No saben a dónde llegarán, porque los frutos vendrán más tarde y puede ser que no los vean. Pero, conociendo a Manolo y a través de él a Sergio y al Club de Atletismo Correcaminos de Martos, puedo decir, utilizando sus palabras, que por semillas y sembradores no va a quedar, y que, sin el menor atisbo de duda, alguna de ellas, por no decir todas, germinará.

¡¡¡ENHORABUENA A TODOS Y A TODAS!!!

Cuando tengamos más noticias las iremos contando



viernes, 24 de abril de 2015

Libros que dan la libertad. La lectura en el centro de menores "Las Lagunillas" de Jaén.

Ayer, leyendo el periódico, tuve la grata sorpresa de encontrarme con una noticia titulada: "Libros que dan libertad" y cuya entradilla decía: "Jóvenes delincuentes internos en un reformatorio de Jaén devoran las novelas que les regalan los estudiantes de 180 institutos andaluces. No sabían lo que era un libro y ahora superan la media lectora de España." Ese centro no era otro que el de "Las Lagunillas", que había visitado recientemente y en el que tuve la inmensa fortuna de participar en una Tertulia Literaria.

Ya dentro del artículo, me detengo en el siguiente párrafo: "El internado se creó en 2001, pero no tuvo biblioteca hasta 2008. Desde entonces se ha puesto en marcha un club de lectura con tertulias literarias en las que se les habla de Ana Mª Matute, Blasco Ibáñez, Edgar Allan Poe, Cervantes o Benedetti. Hoy celebrarán el día del libro... leyendo." Y lo hago para aclarar que en esa tertulia no se les habla de los autores y autoras que ahí se citan -olvidándose de Kafka-, sino que lo que hacen es leer sus obras y dialogar sobre ellas en un plano de igualdad, tal y como he dado noticia en este blog en diferentes ocasiones. En fin, que muchas felicidades a todos y todas las tertulianas y, en especial, a esos educadores, educadoras y voluntariado que están haciendo posible transformaciones como las que aparecen en esta noticia.


Fuente: Diario El Correo

martes, 20 de mayo de 2014

Tertulias en el Centro de Menores "Las Lagunillas" de Jaén

Hace algunos días tuve la oportunidad de realizar una sesión de formación y una tertulia literaria y otra musical en el el Centro de Internamiento de Menores Infractores 'Las Lagunillas" de Jáen', dependiente de la Consejería de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía. En las tertulias participaron tanto los y las educadoras como algunos jóvenes internados en el Centro. Fueron unos momentos inolvidables que me sugirieron esta reflexión que envié a la directora del centro y a los jóvenes con los que compartí palabras y que no me resisto a lanzarlas a los cuatro vientos.

"Han pasado ya algunos días desde nuestro encuentro y, como te comenté, quisiera darte y daros las gracias por la oportunidad que me brindasteis para compartir palabras. Fue todo un privilegio el poder aprender nuevas cosas y construir conocimiento con todos vosotros. Aquello de "Ilusionarte para ilusionar" se encarnó en aquellos momentos mágicos de lectura, diálogo, escucha y expresión. Para mí fue realmente emocionante. El escuchar la música de Beethoven en aquel paraninfo, rodeado de vidas que claman por una nueva oportunidad y de personas que tratan de ofrecérsela incondicionalmente, me trastocó el alma. Por un momento pensé, como me ha ocurrido algunas veces en la prisión, que aquellas notas iban a ser capaces de derribar aquellos muros que nos separaban del mundo. Un sueño que era posible, porque no estaba pensando en el cemento, sino en las murallas que construye la injusticia para los más desfavorecidos. Lo vi claro: sólo a través de la ciencia, la ilusión y el amor podemos recuperar la voz que, de una u otra forma, nos es arrebatada. Por eso mi mirada se posa de una forma especial en aquellos jóvenes con los que compartí voces y silencios. Hazles llegar, por favor, mi más sincero agradecimiento: gracias por la alegría que me provocaron; gracias por la ilusión que me transmitieron; y gracias, porque al conocerlos aumentó mi cariño a la vida. Diles que en el mundo todo está por hacer y que, hoy más que nunca, les necesitamos. Te adjunto, especialmente para ellos, dos escritos de dos tertulianos de la prisión. Ambos fueron escritos para el Encuentro de Tertulias en el País Vasco. Diles que se los envío porque la mejor Tertulia Literaria Dialógica que conozco es precisamente esa."