lunes, 25 de febrero de 2013

Ensayo sobre la ceguera (Saramago). Tertulia de la prisión


Hace poco terminamos el libro de Saramago: "Ensayo sobre la ceguera". Ha sido un libro que no nos ha dejado impasibles. Ha despertado fobias y filias. Hay personas a las que les encanta el autor y su obra, mientras que otras manifiestan que no les atrae. En este caso, también producía cierto escalofrío el hecho de pensar en quedarse ciego. La verdad es que nos ha dejado un regusto pesimista. Da la sensación de que el autor ha querido hacer una especie de experimento psicológico, sólo que esta vez, en vez de utilizar el laboratorio, ha utilizado la literatura. Las ratas son las personas a las que ha cegado y ha encerrado en un recinto para observar su comportamiento desde su mirada de escritor. Y en ese experimento, da la sensación de que Saramago no es una persona que vea con optimismo las capacidades transformadoras de las personas. Parece denotar cierto fatalismo y poca confianza, salvo en algún personaje, en valores como la solidaridad. En fin, que todo esto nos ha llevado a un rico debate y a reafirmarnos en la potencialidad de la agencia humana, porque en la prisión no dejan de darse actos de solidaridad y de ayuda mutua todos los días.

2 comentarios:

  1. Miguel!!!, qué valientes tú y los contertulios!!!.
    Este libro me impactó de una manera increíble; me produjo sentimientos muy desagradables, tristeza, desazón, sufrimiento....
    Se me antoja difícil confiar en la "bondad humana" - QUE CADA DÍA CONSTATO QUE EXISTE - después de leerlo; y en el caso de tus contertulios, soñando con salir y tener oportunidades,conquistar nuevos espacios... no les resultaba desazonador???.

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    1. En primer lugar, gracias por tu comentario. La verdad es que el libro lo propuso una de las tertulianas que lleva bastante tiempo en la cárcel y todavía le queda una temporada. Pero no resultó descorazonador. Desde luego que defendimos que no estábamos de acuerdo con la visión que Saramago tiene acerca de las personas y su generosidad. Quizá el momento más duro fue el de la venta de las mujeres para conseguir comida. Ahí muestra un panorama descorazonador. Pero, como indicaba en la entrada, en la prisión, habiendo de todo, también hay muchos gestos de solidaridad llenos de generosidad.

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