jueves, 3 de marzo de 2016

El guardagujas. Un cuento de Juan José Arreola.

Imagina una estación, un destino, un billete esperanzador... Imagina la espera rutinaria que se va transformando en desesperanza. Imagina que el tiempo se quiebra, que lo esperado no llega, que el destino se acaba, que... ¿Estará la respuesta en el cuento? En tu mano está adivinarlo. 

EL GUARDAGUJAS
José Arreola

El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir. 
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad: ­
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren? ­
-¿Lleva usted poco tiempo en este país? ­
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo. ­
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros- ­y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio. ­
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren. ­
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención. 
¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo. ­
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes. 
-Por favor... CONTINUAR LEYENDO EL CUENTO

Una cita de Arreola: “El arte de escribir consiste en violentar las palabras, ponerlas en predicamento para que expresen más de lo que expresan”.

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