con la mente trastornada y los ojos espantados,
nos consumimos y planeamos cómo hacer
para escapar del seguro
peligro tan atroz que nos acecha.
Y sin embargo, en qué error estamos, ese peligro
no está en nuestro camino.
nos consumimos y planeamos cómo hacer
para escapar del seguro
peligro tan atroz que nos acecha.
Y sin embargo, en qué error estamos, ese peligro
no está en nuestro camino.
Eran mentira las noticias
(o no las escuchamos o mal las entendimos).
Otra desgracia que no sospechábamos,
súbita, fulminante se abate sobre nosotros,
y desprevenidos —ya no hay tiempo— nos arrastra.
(o no las escuchamos o mal las entendimos).
Otra desgracia que no sospechábamos,
súbita, fulminante se abate sobre nosotros,
y desprevenidos —ya no hay tiempo— nos arrastra.
Constantino Petrou Cavafis
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