En ti lloramos todos los demás muertos
los que fueron fusilados en vigilias sin fecha
los que se pierden sin nombre en la sombra de las prisiones
tan ignorados que ni siquiera podemos
preguntar por ellos imaginar sus rostros
lloramos sin consuelo aquellos que sucumben
entre los cuernos de rabia bajo el peso de la fuerza
No podemos aceptar. Tu sangre no se seca
no descansamos en paz en tu muerte
la hora de tu muerte continúa cercana y vehemente
y la tierra donde abrieron tu sepultura
semeja una herida que no cierra
Tu sangre no halló embocadura ni salida
de norte a sur de este a oeste
estamos viviendo ahogados en tu sangre
la lisa cal de cada muro blanco
escribe que tú fuiste asesinado
No podemos aceptarlo. El proceso no cesa
pues ni tú te libraste de la patada de la bestia
la noche no puede beber nuestra tristeza
y por más que te escondan aún no estás sepultado
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