Todos alguna vez necesitamos otro corazón,
otro corazón que nos filtre el aire,
o que disuelva
ese humo sin llama que a veces nubla el día;
no nos basta con el nuestro único,
porque cada corazón necesita al menos dos vacíos
para remover la sangre,
uno para querer los recuerdos,
otro para olvidarlos.
También alguna vez todos necesitamos otras manos,
otras manos con las que palpar las grietas del mundo;
no nos basta sólo con las desgastadas manos nuestras,
no nos basta porque las manos
son mesas que sostienen
y dedos que señalan,
son puertas y ventanas,
y nidos en la noche
y alas en la madrugada.
Todos alguna vez necesitamos otros ojos,
otros ojos que reflejen dónde estamos detenidos,
otros ojos en los que disolver nuestros sueños;
no nos bastan los desenfocados ojos nuestros,
no nos bastan porque los ojos
son horizonte y son fondo de un océano,
son límites y vibración distorsionada,
y son también, y sobre todo,
-el corazón, las manos y los ojos-
un lugar de encuentro.
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
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