"Me tendieron una trampa", ha declarado el lobo Silvestre en exclusiva al Diario Lobo. En este escandaloso libro por fin se va a saber la verdad. a prensa se lo inventó todo, porque en realidad los tres cerditos son unos maleducados, y el lobo Silvestre solo quería azúcar para hacer un pastel a su abuelita. este álbum de 1989 constituye una de las primeras revisiones de un cuento infantil realizada con conciencia narrativa y mediante una fuerte propuesta visual perpetrada por dos autores notoriamente gamberros.
Muy interesante el artículo de Cecilia Bajour que se centra en este álbum: "¿Quién es el dueño de la verdad? Los problemas de la ficción en ¡La verdadera historia de los tres cerditos! de Jon Scieszka y Lane Smith" y que se puede leer en la revista Imaginaria
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