domingo, 31 de octubre de 2021

DE LA VIDA CRUEL. Un cuento de María Teresa León

La luz, tamizada por las cortinitas de batista rosa, daba al cuartito modesto una moderna nota de coquetería; sobre el costurerito, unas violetas hablaban de la delicadeza de la mano, que ágil voltea los bolillos junto a la ventana, y va trenzando el ensueño de una blonda ideal. Paz, sosiego en la casita tranquila, que tiene las maderas entornadas, para que el sol no desluzca los pobres cortinajes de yute y dé esa sensación de limpieza y reposo que pone un rayo de sol al filtrarse indiscreto y curioso en el interior.

iQué lejos aquella mañana la fantasía de la que trabaja junto a la ventana! Se ve niña cuando sólo era Lolita Esteban y vivía en una casona de piedra y tenía tranquilidad. Luego... el noviazgo con un guapo mozo artillero. Los pergaminos llenos de ejecutorias del muchacho deslumbraron, con el fulgor de sus besantes y la majestuosidad de leopardos y calderos, a la familia. Un verdadero sueño para la provincianita, hija del secretario del Ayuntamiento iQué envidias! Qué tijeras más afiladas las del paseo pueblerino! iQué alegre la novia! Era blanquita y morena, los ojos azules de suave entonación, la figurita frágil, dulce el temperamento y hábiles sus manos de hacendosa mujercita.

iBoda! iBoda!, doblaron las campanas al llegar al templo la novia blanca. La emoción humedecía los ojos negrísimos de Alfredo Vélez, al notar que temblaba junto a sí el cuerpecito de colegiala de Lolita.

Pasaron los arios, dejando implacables su rastro de desilusiones, traducidos los días amargos en el gris de la cabeza altiva, y se encorvó a la tierra la carita blanca con los ojos azules.

Allá, en África, el dolor de la muerte del mayor de los hijos, la enfermedad que acecha y vence, el sufrimiento sin consuelo ante la crueldad del destino, más horrible por la falta de salud de Lolita, y la paga sola para hacer frente a la vida.

Paz, reposo en la casita tranquila, desde que se instalaron en el pabelloncito que el Regimiento da, en la bella ciudad mediterránea.

Pero... resignada, la cabeza se inclina sobre el encaje que es el descanso de las manos acostumbradas a trabajar, y la tristeza de su vida de sacrificada se condensa en una lágrima que resbala y cae.

Alfredo es muy bueno, adora a la mártir y tiene admiraciones para el trabajo perseverante de su compañera. CONTINUAR LEYENDO

Nota: Tal día como hoy hace 118 años nació la escritora María Teresa León. Según ella misma solía decir, fue expulsada suavemente del Colegio Sagrado Corazón de Leganitos, de Madrid, porque se empeñaba en hacer el bachillerato, porque lloraba a destiempo, porque leía libros prohibidos.

Por derecho propio pertenece a la Generación del 27. Recorrió los caminos ásperos y añorantes del exilio en Orán, Francia, Argentina, Uruguay, Italia. En Roma escribió su "Memoria de la melancolía”.

«Estoy cansada de no saber dónde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos? Habría que hacer tantas presentaciones con otros muertos, que no acabaríamos nunca. Estoy tan cansada de hilarme hacia la muerte. Y sin embargo, ¿tenemos derecho a morir sin concluir la historia que empezamos? ¿Cuántas veces hemos repetido las mismas palabras, aceptando la esperanza, llamándola, suplicándola para que no nos abandonase? Porque todos los desterrados de España tenemos los ojos abiertos a los sueños».

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