Manuel con su hija Martina y su abuela Matilde |
¿Tu papá y tu mamá saben quiénes son? Manuel sí. Ahora sabe. No ahora ahora. Hace un tiempo que sabe. Pero no lo supo siempre. Yo tampoco lo supe siempre. Me enteré hace poco de la historia de Manuel. Me la contó mi amiga Martina. Y te la quiero contar porque... me sigue sonando adentro la voz de Martina. No sé bien por qué. Durante 19 años Manuel Gonçalves estaba seguro de que era Claudio. Claudio Novoa. Y una tarde le contaron que no, que no era Claudio Novoa, que era Manuel Gonçalves. Así nomás.
Paf.
Y se tuvo que hacer el documento otra vez. Y le preguntaron con cuál nombre se quería quedar. ¿Raro eso, no? Yo, entre Claudio y Manuel, también hubiera elegido Manuel.
Me gusta el nombre Manuel.
A Martina también le gusta. Y mientras me seguía contando yo pensaba en la historia de Superman.
Viste que Superman nació en otro planeta, uno que estaba por explotar. Kryptón, se llamaba. Entonces sus papás lo metieron en una cápsula espacial para salvarle la vida. Lo mandaron al planeta Tierra y cayó cerca de la casa de unos granjeros, los Kent. Ellos le pusieron el nombre Clark. Clark Kent. Y le dijeron que no era hijo de su sangre, que era adoptado. Claro, con los superpoderes que desarrolló no les quedó otra que decirle eso. Pero después, cuando pidió más detalles, se les complicó. “Caíste del cielo’’, le dijeron. Era la verdad. Después él averiguó que venía de Kryptón. Y que su nombre real era Kal-El. De más grande averiguó.
Bueno, Manuel no es Superman.
Pero su mamá lo envolvió en unas mantas para salvarlo. Y lo escondió en un placard, lleno de almohadas. Hizo eso mientras militares y policías lanzaban granadas y gases tóxicos adentro de la casa de San Nicolás donde estaban escondidos con unos amigos. Valiente, la mamá. Ana se llamaba. CONTINUAR LEYENDO
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