jueves, 17 de abril de 2025

"UNA MEDIDA TEMPORAL". Un cuento de Jhumpa Lahiri

El aviso les informó de que la medida era temporal: durante cinco días les cortarían la electricidad por espacio de una hora, a partir de las ocho de la noche. La última tormenta de nieve había producido una avería en el suministro y los empleados de la compañía iban a acometer la reparación a primera hora de la noche, cuando el clima fuese algo más clemente. La reparación iba a afectar solamente a las casas de la tranquila calle arbolada, cercana a una hilera de tiendas con fachadas de ladrillo y una parada de tranvía, en la que Shoba y Shukumar habían vivido durante tres años.

“Está bien que nos avisen,” admitió Shoba después de leer el aviso en voz alta, más para sí misma que para Shukumar. Dejó que la correa de su bolso de cuero, repleto de documentos, resbalara de sus hombros, y lo dejó en el pasillo mientras caminaba hacia la cocina. Llevaba un abrigo azul, pantalones grises y zapatillas blancas; se veía, a los treinta y tres, como el tipo de mujer al que alguna vez juró que nunca se parecería.

Venía del gimnasio. El carmín rojo se podía apreciar sólo en la comisura de su boca, y el delineador había dejado manchas de carbón bajo sus pestañas inferiores.

Solía verse así a veces, pensó Shukumar, en las mañanas después de una fiesta o de una noche en el bar, cuando ella tenía demasiada flojera para lavarse la cara (y estaba) demasiado ávida de entregarse a sus brazos. Ella dejó caer la correspondencia en la mesa sin mirarla. Sus ojos estaban todavía fijos en el aviso que tenía en las manos. “Deberían hacer esto durante el día”, dijo.

“Cuando yo estoy aquí, quieres decir,” dijo Shukumar. Puso la tapa de vidrio en una olla con cordero, ajustándola de tal modo que ni siquiera el vapor pudiese escapar. Desde enero, él había estado trabajando en casa, intentando terminar los capítulos finales de su tesis doctoral sobre las revueltas agrarias en la India. “¿Cuándo empiezan las reparaciones?”.

“Dice que el 19 de marzo. ¿Hoy es 19?” Shoba se dirigió al corcho enmarcado y colgado en la pared junto al refrigerador, vacío salvo por un calendario con motivos decorativos sacados del papel pintado de William Morris. Ella lo miró como si lo viera por primera vez, estudiando cuidadosamente el diseño en la parte superior, antes de permitir que sus ojos descendieran a la trama numerada de la parte de abajo. Un amigo les había enviado por correo el calendario como regalo navideño, aunque Shoba y Shukumar no hubieran celebrado la Navidad aquel año.

“Es hoy, entonces” anunció Shoba. “Por cierto, tienes una cita con el dentista el viernes que viene.”

Él pasó su lengua por la parte superior de sus dientes. Había olvidado cepillárselos esa mañana. No era la primera vez. No había salido de casa en todo el día, ni el día anterior. Cuanto más estaba Shoba fuera de casa, cuanto más comenzaba ella a hacer horas extras y a tomar trabajos adicionales, más quería él quedarse en casa, sin salir siquiera para ir por el correo o comprar fruta o vino que estaban en las tiendas junto a la parada del tranvía. CONTINUAR LEYENDO

No hay comentarios:

Publicar un comentario