Hay poesía que expresa lo que nosotros somos incapaces de decir, como si contuviera algo que, aun siendo escrito por otro, habla del dolor propio más profundo y, en principio, "incomunicable". P.157
… El poema se convierte a veces en la red que trata de atrapar “para que lo bello viva”, pero otras, constituye el espacio de resonancia de un encantamiento o de un hechizo de palabras: aquel que llama a quien no está y lo trae “de vuelta”. P.160
Ana Carrasco-Conde, “La muerte en común. Sobre la dimensión intersubjetiva del morir”, Barcelona, Galaxia Gutenberg (2024)
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