Un anillo, una silla
pero sobre todo los lentes, que aparecen, de pronto
como si ya estuviera por ponérselos.
“¿Dónde dejé los lentes?” La pregunta de siempre
es ahora inaudible pero casi se oye
mejor dicho, está ahora en la zona intermedia
entre la realidad y el recuerdo. Más fuerte
que la sola memoria, la pregunta se pega
a los lentes y los hace oscilar
entre lo que está aquí ahora -el silencio-y lo que estuvo el día en que los lentes
eran siempre olvidados: ¡Ah, los lentes!¿Dónde los puse?
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