Tengo ya encanecida la cabeza,pero yo sólo he visto que encanezcan cabezas
cuando ya estaba cano el corazón.
Que siempre el corazón
es vanguardia del cuerpo,
en todas las miserias y fortunas.
Y a través de caminos de esperanza,
cuando ya todo guía y camellero se había extraviado,
cruzaste las tinieblas.
Porque la claridad de la esperanza
abre la vista más, y el corazón,
que cualquier claridad en otros sitios.
Aun cuando las colinas
hasta las sendas estrelladas estén cerca,
y la suerte resida en los abismos.
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