He descubierto con placer la poesía de Lola Tórtola, a la que le acaban de otorgar el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2024 por su libro ‘Los dioses destruidos’, por el que anteriormente había obtenido el accésit del Premio Adonáis en 2022. Es un libro que me ha sorprendido por la madurez poética con la que refleja el viaje que hace la autora por Italia, Grecia y Centroeuropa con amigos y en pleno proceso de formación académica. Viaje que le enseña que la vida no era esa arcadia feliz que les habían prometido. Dejar de ser jóvenes es darse cuenta de que el futuro era en realidad una sucesión de ruinas, que los dioses vigentes ya no sirven y es necesario pensar otros nuevos. He elegido el poema que abre el libro, titulado ‘Ídolo adolescente’, pues creo que es representativo de lo que el libro nos ofrece. (Andrea Villarrubia Delgado)
ÍDOLO ADOLESCENTE
LO heredamos todo destruido.
ya de sus templos y de sus colinas
los dioses han sido expulsados,
ya los símbolos ya los altares
ya los bustos han rodado.
Ya no hay moral ni fe ni figuras
verdaderas, no hay en el mundo
una medida talla de barro
estatua de piedra, no hay luz
que rija el canon de nuestra belleza.
Nos lo dieron todo descubierto.
no hay en toda la ciudad
un solo lugar para la épica,
ni misterios ante los que doblarse
caídos de rodillas sobre el
vítreo suelo de las discotecas.
Voy a encargar un dios nuevo,
lo haré a nuestra imagen y semejanza:
pasará
su bello cuerpo las noches en vela
y no sabrá nada.
Un caminar entre piedras capiteles
derruidos, un caminar por pasillos
que no llevan a ningún sitio.
Andamos en busca de algo
-lo que sea, cualquier cosa-
que erigir sobre los restos.
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