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miércoles, 2 de febrero de 2022

«OJOS COMO NIEBLA». Un poema de José Agustín Goytisolo

Eran días crueles
con golpes de febrero en el postigo
y frío al respirar.
¡Agudos
son sus dardos ah doctor!
Giraba un tiempo
sin compasión y sin memoria
en su cabeza en blanco: las pastillas
una inyección que duerme y una goma
metida entre los dientes. Luego
las sacudidas del electrochoque.

Todo por no tomar algunas decisiones
en las que pensó siempre: cierta cuerda
y al aire; o el cañón pavonado
en la boca; o bien salirse
en una curva del acantilado.

El sobraba ¡gran dios! pero tenía
cosas que hacer y nadie reparó
en sus ojos como de niebla
en su chaqueta vacilante
o en un silencio que pedía ayuda.

Los días más crueles
dejaron de asediarle y él sanó
y regresó a la casa con su gente
y olvidó lo vivido.
Luego
pasaron muchos años y al final
el enfermo y los suyos
—con memoria o sin ella—
murieron todos de su propia muerte.


lunes, 17 de febrero de 2020

"Lo que no tiene nombre", un libro de la colombiana Piedad Bonnett que, pese a su dureza, me ha llegado al alma por su ternura.

El otro día terminé de leer un libro de la colombiana Piedad Bonnett, Lo que no tiene nombre, que me impactó por la vivencia que en él reflejaba, la enfermedad mental y el suicidio de Daniel, uno de sus hijos. 

Luis García Montero lo glosa así: «¿Hasta dónde puede llegar la literatura? En este libro dedicado a la vida y la muerte de su hijo Daniel, Piedad Bonnett alcanza con las palabras los lugares más extremos de la existencia. La naturalidad y la extrañeza conviven en sus páginas igual que en su mirada conviven la sequedad de la inteligencia y el latido más intenso de la emoción. Buscar respuestas es sólo un modo de hacerse preguntas, de negociar con las preguntas, de saber cuántas preguntas caben en una obsesión. Es también una forma de seguir cuidando al hijo más allá de la muerte, de defenderlo contra el frío, comprarle ropa nueva, preguntarle por los estudios y por su arte.»

Y otra de las cosas que me llegó al alma fue el final.
Envío
Dani, Dani querido. Me preguntaste alguna vez si te ayudaría a llegar al final. Nunca lo dije en voz alta, pero lo pensé mil veces: sí, te ayudaría, si de ese modo evitaba tu enorme sufrimiento. Y mira, nada pude hacer. Ahora, pues, he tratado de darle a tu vida, a tu muerte y a mi pena un sentido. Otros levantan monumentos, graban lápidas. Yo he vuelto a parirte, con el mismo dolor, para que vivas un poco más, para que no desaparezcas de la memoria. Y lo he hecho con palabras, porque ellas, que son móviles, que hablan siempre de manera distinta, no petrifican, no hacen las veces de tumba. Son la poca sangre que puedo darte, que puedo darme

En este libro se citan, entre otros textos, dos cuentos de Vladimir Nabokov, Signos y Símbolos y Navidad . Ambos cuentos aparecerán en el blog en los próximos días.


viernes, 4 de diciembre de 2015

¿Por qué se suicidan más los escritores y escritoras?


Una larga nómina de autores decidieron acabar con sus vidas de los modos más variopintos

Dicen los estudios que los artistas sufren más problemas mentales y durante más tiempo que las personas que se dedican a otros trabajos, con éxito equivalente. El índice de suicidios es mayor.

Esta no es una simple lista de biografías con el suicidio como nexo, sino que es un viaje por la literatura de todos los tiempos siguiendo un hilo que enmaraña las vidas de escritores con igual final.

Fuente: elplacerdelalectura.com