Parece que la nueva reforma educativa permite que un alumno se gradúe sin pasar por el estudio de la Filosofía. No es necesaria, dirán muchos, o, al menos, no tanto como las ciencias, que abren la puerta a carreras universitarias 'con futuro'. Además, es un rollazo lleno de palabras raras y ejemplos que poco tienen que ver con la vida real, pensarán algunos jóvenes. Menuda inutilidad, ¿verdad?
Pero la diferencia de la Filosofía con respecto a otras asignaturas es que, por muy rollazo que sea o por muy inútil que parezca, ayuda a ver las cosas con ojos críticos. No construye puentes, ni gestiona empresas, pero siembra dudas necesarias en todo lo que sucede a nuestro alrededor. Enseña a leer entre líneas y a no dar por sentado todo lo que nos cuentan. Menuda chorrada, ¿eh? CONTINUAR LEYENDO.
Fuente: El País
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